Conecta con nosotros

Titulares

25 años de impunidad del genocidio de Jaime Pardo Leal

El 11 de octubre de 1987 el paramilitarismo en alianza con fuerzas oscuras del Estado colombiano perpetraron el asesinato del dirigente y excandidato presidencial por la Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal. A 25 años de ese magnicidio ha sido muy poco lo que la justicia ha podido avanzar para identificar a los autores intelectuales y prácticamente este delito que sacudió a la sociedad colombiana ha quedado en la impunidad.

Publicado

en

El 11 de octubre de 1987 el paramilitarismo en alianza con fuerzas oscuras del Estado colombiano perpetraron el asesinato del dirigente y excandidato presidencial por la Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal. A 25 años de ese magnicidio ha sido muy poco lo que la justicia ha podido avanzar para identificar a los autores intelectuales y prácticamente este delito que sacudió a la sociedad colombiana ha quedado en la impunidad.

Clara López Obregón, presidenta del Polo Democrático Alternativo recordó el legado político de Pardo Leal, su capacidad de liderazgo para sacar adelante un proyecto de unidad de izquierda como la Unión Patriótica, así como su decidida vocación por encontrarle salidas a la paz del país.

Fue precisamente Pardo Leal quien propuso y alentó la candidatura de López Obregón a la Alcaldía de Bogotá en 1988 en medio de una guerra sucia contra la dirigencia de izquierda.

Voz de denuncia

En su activismo político Pardo Leal fue uno de los dirigentes que con valentía denunció las alianzas de la clase política con el narcotráfico y el paramilitarismo. Su asesinato es parte del genocidio político que se desató contra los integrantes de la Unión Patriótica que en ese momento contabilizaba 471 de sus miembros asesinados desde 1985. La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz afirma que más de 4.000 miembros de dicha organización política murieron en las dos décadas siguientes.

Este destacado dirigente nacido en la población de Ubaque, Cundinamarca en 1941, realizó sus estudios de de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia. Durante esta etapa fue un activo dirigente estudiantil y de la JUCO (Juventud Comunista Colombiana). Fue juez, magistrado del Tribunal Superior de Cundinamarca y candidato a la Corte Suprema de Justicia. Fundador de la Asociación Nacional de Empleados de la Rama Judicial (ASONAL-Judicial), organización sindical de la que fue su primer presidente. Se caracterizaba por su humor y su carácter extrovertido. Como miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano fue impulsor de la Unión Patriótica, de la cual fue su primer candidato presidencial para las elecciones de 1986 logrando 320.000 votos, cifra record para la izquierda colombiana de la época.

Su éxito electoral prendió el entusiasmo popular, porque por vez primera desde el trágico asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán en 1948, ningún candidato de la izquierda había despertado tanto fervor, esperanza y fe de que ahora si, por la vía electoral, era posible alcanzar el poder. Las amenazas no se hicieron esperar. El gobierno, la Iglesia Católica y los gremios empresariales del país guardaron cómplice silencio.

Pardo Leal frente al ambiente hostil no cesó en denunciar la existencia de una peligrosa alianza entre efectivos de la fuerza pública con grupos narcoparamilitares bajo el mando de oscuros personajes de la vida nacional. Las llamadas para insultarlo a él y a su familia, el envío de coronas y sufragios donde invitaban a su sepelio, la interceptación de los teléfonos de su casa y oficina, atentados, vigilancia, seguimientos, fueron una constante en su vida Sin embargo, nunca expresó temor ni angustia aunque sabía, siempre supo, que lo iban a matar y así lo confesaba a sus amigos y familiares más cercanos.

Denuncias concretas

El 18 de marzo de 1987, Pardo denunció ante los medios masivos de comunicación con “pruebas en mano”, nombres y grados, que oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas – Ejército y Policía- estarían implicados en graves violaciones de los derechos humanos cometidas contra su movimiento político. También acusó a la policía de los municipios de Segovia y Remedios (nordeste de Antioquia) de pertenecer al grupo paramilitar Muerte a Revolucionarios del Nordeste (MRN).

Pardo exigió la destitución del Mayor General de las Fuerzas Armadas que hasta entonces ocupaba el cargo de Procurador Delegado para las Fuerzas Militares por un civil. Días después, el Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos, (asesinado por la mafia, el 25 de enero de 1988), admitía su petición y nombraba al primer civil en ese puesto.

El proceso penal que se siguió por la muerte de Pardo Leal, permitió que fueran condenadas cuatro personas señaladas de ser los autores materiales del magnicidio: William Infante, quien recibió 25 años de prisión fue dejado en libertad antes de cumplir su condena, y posteriormente fue sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos por narcotráfico. Beyer Yesid Barrera, fue condenado a 24 años de prisión en Colombia. Olivera Acuña Infante, hermana media de William Infante, fue quien prestó la casa donde se fraguó el asesinato, fue condenada a 9 años, al igual que Dora Libey Peñalosa Rodríguez como cómplice del magnicidio. Aunque los nombres de los autores intelectuales nunca fueron revelados, las investigaciones de la época concluyeron que entre ellos se encontraba, Gonzalo Rodríguez Gacha, alias “el Mexicano”. Al parecer habría pagado 30 millones de pesos a los sicarios que ejecutaron el crimen. Uno de los abogados encargados de llevar el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), asegura que aún no se han esclarecido los presuntos vínculos que tuvieron algunos miembros de las Fuerzas Militares en el asesinato del dirigente político.

Videos

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Facebook

⚠️LO MÁS RECIENTE ⚠️️

NUESTRO TWITTER