A pesar de la represión de Santos

Por José Arlex Arias Arias  

La implementación del modelo neoliberal –por sus características excluyentes a favor de los más poderosos, haciendo más ricos a los ricos¬–, ha obligado a la conformación de una superestructura del Estado absolutamente represiva, con la que buscan aplastar los justos reclamos

de las mayorías de la población por una distribución más equitativa de los recursos. Para poder asegurar los intereses de las multinacionales, y con ellas, de las Naciones que predominan sobre las otras, no solo se ha legislado para convertir cualquier violación de una norma de convivencia en un acto delictivo –con el fin de encarcelar dirigentes–, sino que se han realizado desarrollos en armamentos denominados disuasivos, que permitidos por el estado de derecho, son verdaderos artefactos letales que han dejado centenas de muertos en el mundo.

Colombia, como parte de ese circuito poderoso neoliberal, no ha sido una excepción; por el contrario, cada día avanza en las restricciones de las libertades democráticas, como lo establece la Ley 1453 o “Ley de Seguridad Ciudadana”, que convierte la toma de una vía pública en un “bloqueo”, tipificando un delito que antes era una simple contravención, criminalizando a los dirigentes que ejercen el derecho fundamental a la protesta como medio para disentir en la práctica de los programas de gobierno. Este hecho es complementado con el refuerzo de las Fuerzas Militares con los Escuadrones Antidisturbios –ESMAD–, cuyo solo equipo vale cerca de cuatro millones por unidad, dotados de una ideología de odio contra los manifestantes y con las famosas armas de disuasión mediante las cuales agreden sin discriminación a niños, mujeres embarazadas, discapacitados y ancianos. Son muy dicientes todos los videos y las quejas de las comunidades, amén de los muchos muertos que se les ha endilgado y de cuyas investigaciones nadie da razón.

Estos Gobiernos han fletado a la mayoría de los medios de comunicación, que corresponden a intereses de grupos económicos, para generar todo tipo de alienación, con el fin de neutralizar la capacidad de análisis de la población mediante matrices cuyos formatos parecen calcados; previo a cualquier movilización, intensifican las campañas de amedrentamiento, inculcando miedo a las comunidades, repitiendo todas las versiones oficiales hasta convertirlas en únicas y recurriendo al macabro expediente de la estigmatización de los principales personajes, dejando en el aire las versiones de su vinculación con los grupos armados al margen de la ley. Ya en las manifestaciones, ha habido muchas denuncias de que las mismas Fuerzas Militares son las que infiltran a los “revoltosos” para que con sus hechos se justifique su arremetida contra la población indemne. Esta es una táctica que siempre ha sido utilizada y tiene patente de corso desde que apareció el Estado.

A esta matriz se ven enfrentados quienes osan disentir dentro del marco de la Constitución con manifestaciones pacificas, civilistas y democráticas. Por algo, la Unidad Nacional del presidente Santos no ha cumplido con la Constitución al negar la legislación para reglamentar el Estatuto de la Oposición. Por eso es muy destacable que a pesar de todas las medidas represivas del Gobierno Nacional, se haya realizado el Paro Agrario con el respaldo de otros sectores de la población. El represivo Santos dijo: “El paro no ha sido por lo menos de la magnitud que se esperaba. Hay algunos bloqueos”. ¡Importante: que productores y trabajadores van perdiendo el miedo!

arlexariasarias@hotmail.com

Cartagena, 26 de agosto de 2013.