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Alianza del Pacífico, un organismo que descarta la integración porque solo quiere mercados: Rafael Correa en la Sorbona de París

Por Omar Jaén / El Telégrafo  

La “verdadera integración latinoamericana pasa por momentos difíciles”, dijo el mandatario ecuatoriano al advertir que “potencias no quieren a Unasur” y que hay una “restauración conservadora en la región” que está reflejada en la Alianza del Pacífico.

En su disertación Correa también señaló que la crisis de Europa no es técnica, sino política.

La primera pregunta era: ¿disertará en español o en francés? Y Rafael Correa eligió el idioma galo para dirigirse a un auditorio completamente lleno.

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Por Omar Jaén / El Telégrafo  

La “verdadera integración latinoamericana pasa por momentos difíciles”, dijo el mandatario ecuatoriano al advertir que “potencias no quieren a Unasur” y que hay una “restauración conservadora en la región” que está reflejada en la Alianza del Pacífico.

En su disertación Correa también señaló que la crisis de Europa no es técnica, sino política.

La primera pregunta era: ¿disertará en español o en francés? Y Rafael Correa eligió el idioma galo para dirigirse a un auditorio completamente lleno.

Ante cámaras, filmadoras y celulares listos, un Correa sereno se paró en el podio, tomó un respiro y soltó una de sus primeras frases: “Un banquero es aquel que te da un paraguas cuando hace sol y te lo quita cuando llueve”. Así, parafraseando a Mark Twain, el Presidente ecuatoriano marcaba el territorio de lo que sería su charla magistral en la Universidad La Sorbona, en París.  

Su siguiente movida –sabiendo que entre los oyentes había académicos y estudiantes de variopintas posturas políticas y económicas- fue desglosar, desmenuzar a niveles que rozaron lo básico, la historia de Latinoamérica en la década de los 80, la que para él y muchos otros fue la “década perdida”. Correa lo hizo a propósito porque su intención era llegar hasta  los 90. Resumió con notoria indignación cómo se triplicó la deuda externa de la región en los 80 para llegar a inicios de los 90 a cerca de 443 mil millones de dólares. “Pero esto no se debió a que se pidieron más recursos o a que incrementó la deuda, sino a las renegociaciones y refinanciación de la misma”.   

La ruta del discurso surca las entrañas de la “década perdida” con la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI), con sus “recetas” para asegurar el pago al sistema financiero internacional. Austeridad, precariedad de servicios básicos estatales, privatizaciones al por mayor fueron la herencia que enumeró el Jefe de Estado.

“Estas medidas no garantizaban salir de las deudas, sino garantizar el pago a los bancos”, dijo Correa mientras aterrizaban sus explicaciones al caso ecuatoriano y recordaba que en 1998 se redactó una nueva Constitución que privilegiaba a la banca, lo que a la larga derivó en la crisis financiera de finales del siglo XX.

De ahí el “salto al charco”. Cifras crudas para empezar el análisis sobre lo que ocurre en Europa: 570 mil millones de euros se han utilizado para salvar a los bancos europeos. España, Irlanda, Italia, Portugal y Grecia redujeron sus inversiones en el sector público en casi 6%, provocando afectaciones en los servicios básicos. Hasta el año pasado, en la zona europea 4 millones de personas perdieron sus empleos y unos 6 millones de habitantes no hallan una plaza de trabajo fijo.        

En España, concretamente, indicó el mandatario, se sumó la crisis inmobiliaria que hasta el momento ha provocado más de 200.000 desalojos. Correa explicó que lo que ocurre en España es una “aberración económica” que no se debe a la falta de recursos, sino a la falta de acciones políticas-económicas.      

Una vez más el “mono afrancesado” –un término que confesó Correa se lo endilgan por haber estudiado en Lovaina- aclaró que la crisis en Europa no es técnica, sino política. Las relaciones de poder aún se inclinan hacia el capital, insistió.

Con un mensaje directo a los jóvenes, sobre todo los españoles, el presidente ecuatoriano invitó a los europeos a tener esperanzas en una recuperación económica porque sus “capacidades están intactas. Esta no es una crisis real, es financiera, un problema de coordinación”.

Así –bajo la mirada de las estatuas de Robert de Sorbon, Descartes, Lavoisier, Rollin, Pascal y Richelieu- Rafael Correa emplazó a la comunidad internacional a “reconquistar el mercado” para que el “ser humano esté por encima de él”.

En el foro de preguntas, Correa se refirió al estado de la integración latinoamericana alterada por la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México) que, según el gobernante, es “lo mismo de siempre”, un organismo que no busca integrar sino que quiere mercados.

Para Correa, la “verdadera integración latinoamericana pasa por momentos difíciles” al advertir que “potencias no quieren a Unasur” y que hay una “restauración conservadora en la región” que está reflejada en la Alianza del Pacífico.

El Telégrafo, Ecuador.

 

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