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Angelcom, el obstáculo del Distrito

Por Verónica Téllez Oliveros / El Espectador  

Recaudo Bogotá está lista para integrar a su sistema las tarjetas antiguas de Transmilenio.

Para Transmilenio es claro que la solución que necesitan los bogotanos para moverse en los buses troncales y zonales del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) con un solo medio de pago es que los torniquetes de los vehículos o de las estaciones lean cualquiera de las tarjetas existentes.

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Por Verónica Téllez Oliveros / El Espectador  

Recaudo Bogotá está lista para integrar a su sistema las tarjetas antiguas de Transmilenio.

Para Transmilenio es claro que la solución que necesitan los bogotanos para moverse en los buses troncales y zonales del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) con un solo medio de pago es que los torniquetes de los vehículos o de las estaciones lean cualquiera de las tarjetas existentes.

Lo que pareciera una sencilla decisión, se ha convertido en una de las tareas más difíciles para la entidad debido a la oposición de Angelcom, una de las firmas que maneja este componente.

La polémica entre Angelcom (encargada de las tarjetas de las Fases I y II de Transmilenio) y Recaudo Bogotá (que ganó la licitación para manejar el medio de pago en el SITP y la fase III del sistema), se ha vivido desde hace un año en medio de una larga lista de recursos jurídicos entre ellas y pedidos a Transmilenio para que acoja las opciones propuestas por cada una de las partes.

En principio la entidad trató de mediar entre los dos privados para encontrar un final feliz y llegar a la integración de medios de pago, tal y como lo estipulaba el contrato adjudicado a Recaudo Bogotá en 2010, que dejó en sus manos y por 16 años el control de la flota y el recaudo del SITP.

Sin embargo, desde el principio Angelcom expresó que para llegara la unificación de tarjetas, Recaudo Bogotá debía adaptarse al medio de pago existente y cambiar su tarjeta Tullave por una que sí fuera compatible con las suyas (Cliente Frecuente y Capital), ya que el Austrian Institute for Technology había certificado que no lo era.

Para poner fin a la controversia, Transmilenio pidió un estudio a la Universidad de los Andes, que arrojó que la compatibilidad podía lograrse por medio de la emulación de tarjetas (que obligaría a que el nuevo medio de pago imite al de Angelcom) o por medio de plataformas tecnológicas que lean cualquiera de las tarjetas. La última opción fue propuesta por Recaudo Bogotá y fue la que acogió Fernando Sanclemente, gerente de Transmilenio por medio de la resolución 125 del 30 de abril de 2013.

Pero después de tantos meses de dilemas y argumentos jurídicos, Angelcom insiste en que de esta manera Recaudo no cumple los contratos y mediante distintas cartas, Jorge Cabrera, gerente de Angelcom, le ha pedido a Sanclemente que exija a su oponente “honrar sus obligaciones”. Por esta razón decidió interponer recurso de reposición contra la resolución 125 de 2013, a lo que Transmilenio respondió este 26 de julio con las resoluciones 326 y 327, mediante las cuales dejó en firme la decisión inicial.

En medio de esta pelea legal, Recaudo Bogotá ha continuado trabajando para lograr que sus torniquetes lean las tarjetas de Angelcom y los usuarios puedan entrar a las estaciones de la troncal de la calle 26 y la carrera 10 y a los buses del SITP con este medio de pago, además de la tarjeta Tullave.

El problema es que como Angelcom no está de acuerdo con esta opción, aún no ha entregado unos chips o módulos sam a Recaudo Bogotá o a Transmilenio, de manera que también en cualquiera de las estaciones de las fases I y II (avenida Caracas, Portal 80, Avenida Suba, NQS, Autopista Norte) los usuarios puedan entrar con la tarjeta Tullave y no sólo con la azul o roja como sucede hasta ahora.

Jorge Cabrera dijo a este diario que Transmilenio no había hecho estudios sobre el impacto de permitir que los torniquetes lean cualquier tarjeta y que esto podría generar represamientos en las estaciones. Asegura que hoy pasan cerca de 41 personas por minuto en cada uno de sus torniquetes pero que al usar la tarjeta Tullave la cifra podría reducirse al tratarse de tecnologías distintas y sería de 28 o 20 usuarios.

Tanto Transmilenio como Pedro Ruano, gerente de Recaudo, niegan este argumento. El empresario privado agrega que su tecnología ha sido utilizada en 19 países y que en tres de ellos las caracteristicas de integración han sido similares a las de Bogotá.

Frente a la posibilidad de que la tarjeta Tullave emule a las de Angelcom, esta vía implicaría que la nueva tecnología quede practicamente igual a las tarjetas Capital y cliente Frecuente. Esto significa que tendría los riesgos de clonación de ellas y se convertiría en una herramienta más vieja. Precisamente uno de los requisitos de este acuerdo fue que la herramienta fuera más avanzada y pudiera aplicar beneficios como los descuentos por tarifa diferencial en el pasaje del sistema.

Así las cosas para Transmilenio es claro que se requiere la colaboración de Angelcom para que entregue más de 500 módulos para el proceso de integración mediante lectores. Incluso de no obtenerlos en los próximos días, luego de que el 23 de julio le recordara a la firma que el pedido es impostergable y de carácter inmediato, la entidad buscaría por sus propios medios la forma de traer estos elementos para que en diciembre la integración sea una realidad en todo el sistema.

Recaudo empezará en estos días las pruebas en sus torniquetes para la integración y además contempla instalar puntos de recarga en las grandes superficies.

El Espectador, Bogotá.

 

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