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Canalla mediática ecuatoriana sigue en su intento de desestabilizar gobierno del presidente Correa

Como fracasaron en su propósito político de derrotar en las urnas al presidente Rafael Correa, quien logró su reelección superando el 57% de los votos, los medios de comunicación privados en el Ecuador que se caracterizan por la mentira, la calumnia y, en definitiva, por haber prostituido el oficio periodístico, ahora continúan en su empeño de desestabilizar al gobierno a través de una campaña sistemática de desprestigio.

Para ello, la canalla mediática ecuatoriana cuenta con el apoyo de los oligopolios

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Como fracasaron en su propósito político de derrotar en las urnas al presidente Rafael Correa, quien logró su reelección superando el 57% de los votos, los medios de comunicación privados en el Ecuador que se caracterizan por la mentira, la calumnia y, en definitiva, por haber prostituido el oficio periodístico, ahora continúan en su empeño de desestabilizar al gobierno a través de una campaña sistemática de desprestigio.

Para ello, la canalla mediática ecuatoriana cuenta con el apoyo de los oligopolios

de información tanto de América Latina como de España, así como de los sectores ultraconservadores. Se trata en definitiva, de desarrollar el concepto de “Golpe blando” para lograr derrocar presidentes democráticamente elegidos.

Tránsito paulatino de las democracias a las dictaduras.

En efecto, en el Ecuador, como en otros países de la región, grupos opositores se dedican a pensar, planificar, organizar, y llevar a cabo la estrategia del “golpe blando”: un golpe de Estado que consiste en el tránsito paulatino de las democracias a las dictaduras.

La era de las dictaduras militares contra regímenes democráticos en América Latina, terminó al iniciar los 90 en Chile. Fueron tres décadas cuyas consecuencias aún no se terminan de esclarecer en la medida del desarrollo y la interferencia de empresas trasnacionales.  Todavía se sigue sancionando a aquellos que violentaron derechos humanos, que cometieron actos de genocidio.

Tras la caída del muro de Berlín, hubo dos décadas de un mundo en apariencia unipolar, donde el dominio hegemónico lo tiene el capitalismo. En América Latina surgen proyectos como el de “modernización” que reparte a manos privadas la pobre institucionalidad de los estados. Aquello cierra la puerta del golpe de Estado militar, porque se volvieron pasos innecesarios.

Sin embargo, surgen procesos de cambio estructural en la región –como los de Ecuador, Argentina, Bolivia y Venezuela–. Aquello se convierte en una amenaza para los intereses geopolíticos de los EE.UU. y sus empresas trasnacionales.

La vigilancia vuelve a ser una realidad que estorba a las democracias latinoamericanas, la posibilidad de intervención, en alianza con grupos de poder y opositores del continente, deben ser mecanismos para lograr sus objetivos.

Aparece ahora el “Golpe Blando”, este concepto fue introducido por el estadounidense Gene Sharp, quien dirige la Fundación Albert Einstein. Sharp propone cinco etapas para estos intentos de desestabilización “blandos”: ablandamiento, deslegitimación, calentamiento de calle, combinación de diversas formas de lucha y fractura institucional. Un mínimo análisis de lo que sucede en Ecuador revela cómo esta estrategia ya está en marcha en el país y cómo los medios de comunicación privados lo viabilizan.

El defensor de Derechos Humanos, Alexis Ponce, no tiene reparos en definir al conglomerado de medios privados como “Partido Mediático Destituyente”, en tanto se han convertido en actores políticos ilegítimos, pues nadie los eligió.

Para el politólogo Hernán Reyes, es fundamental no caer en el reduccionismo de creer que todo intento de oposición en un país, está inducido por fuerzas externas y busca el derrocamiento del gobierno, pero asegura que hay una tentativa desestabilizadora debido a que la política está fuertemente condicionada por el ejercicio mediático.

El académico argentino y especialista en medios de comunicación Roberto Follari encuentra que esta estrategia está en marcha en el continente. Él asegura que la intentona no está hecha al azar, aunque reconoce que quizás en un primer momento fue espontánea.

Crear insatisfacción permanente es uno de los primeros pasos, también el presentar a los gobernantes como corruptos, hegemonistas, como despóticos, dice Follari. Él recuerda que en América Latina se puede insultar al gobernante todos los días sin que haya ninguna censura previa ni requisas posteriores de material como sucedía en las dictaduras.

Un informe sobre el accionar de la ultraderecha ecuatoriana a través de la canalla mediática que dirige, en el siguiente video elaborado por la Agencia Andes:

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