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Cómo el Consenso de Washington arruinó el agro colombiano

Frente a los TLC,  Sintrainagro – Departamento del Azúcar defiende el trabajo, la producción y la soberanía nacionales.

Los trabajadores de la agroindustria azucarera organizados en SINTRAINAGRO, corteros de caña y personal de oficios varios, preocupados por los graves problemas que padece el campo colombiano, afirmamos que la aplicación del Consenso de Washington, traducida en fenómenos como la acelerada flexibilización laboral, la privatización del patrimonio público, el desplazamiento del Estado de su responsabilidad en la garantía de los derechos a funciones de vigilancia y control, el libre comercio de bienes capitales y servicios, en resumen, la pérdida de soberanía por el sometimiento del país a intereses extranjeros, es causa de los males que padece el país.

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Frente a los TLC,  Sintrainagro – Departamento del Azúcar defiende el trabajo, la producción y la soberanía nacionales.

Los trabajadores de la agroindustria azucarera organizados en SINTRAINAGRO, corteros de caña y personal de oficios varios, preocupados por los graves problemas que padece el campo colombiano, afirmamos que la aplicación del Consenso de Washington, traducida en fenómenos como la acelerada flexibilización laboral, la privatización del patrimonio público, el desplazamiento del Estado de su responsabilidad en la garantía de los derechos a funciones de vigilancia y control, el libre comercio de bienes capitales y servicios, en resumen, la pérdida de soberanía por el sometimiento del país a intereses extranjeros, es causa de los males que padece el país.

Aunque buen número de nosotros están contratados bajo las normas del código laboral, son muchos los que continúan tercerizados, privados del derecho a sindicalizarse y a negociar colectivamente.

Prueba de ello es la situación que atraviesan los compañeros de los ingenios La Cabaña, María Luisa y Castilla (Oficios Varios), entre otros, intermediados por sociedades anónimas simplificadas, contratos sindicales o cooperativas multiactivas.

Más de 100 de esos compañeros fueron despedidos o no se les renovaron sus contratos debido a que se afiliaron a SINTRAINAGRO. En todos los ingenios del valle geográfico del río Cauca los trabajadores de oficios varios están tercerizados y sometidos a la inestabilidad laboral.

Además de la degradación de las condiciones laborales, el incremento de la pobreza, el desempleo, el cierre de la red pública hospitalaria, el deterioro en la calidad de la educación, vivimos por sobre todas las cosas el arrasamiento de la producción agropecuaria e industrial, que priva al país de la que debería ser su principal fuente de ingresos y obliga a establecer, mediante reformas tributarias, una avalancha de impuestos que descarga sobre los hombros de los trabajadores y la clase media el peso del sostén del Estado, mientras a la inversión extranjera se la privilegia con grandes exoneraciones.

La reforma tributaria que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos hizo aprobar en diciembre de 2012 ha herido de muerte al SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) y al ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), instituciones al servicio de la clase trabajadora que es de nuestro interés defender. Por ello somos solidarios con las movilizaciones de los sindicatos de las madres comunitarias y de los aprendices del SENA.

Las grandes potencias, con Estados Unidos a la cabeza, impulsan lo que llaman acuerdos de libre comercio de nueva generación, como la Alianza del Pacífico, elTranspacífico y el Transatlántico, que profundizarán los efectos de los Tratados de Libre Comercio (TLC) ya firmados.

En el caso de Colombia, la importación de importantísimos productos de la dieta básica, como leche, arroz, papa, cacao, cerdo, huevos y aves quebrará a los productores nacionales, dejándolos a merced de la voracidad de grandes transnacionales.

Más dependencia, menos tierra y menos producción nacional

En el caso de la cadena del dulce las importaciones de azúcar durante el primer año de vigencia del TLC con Estados Unidos pasaron de 188.000 a 326.000 toneladas.

Sabemos de buena fuente que existen inventarios de 1.300 toneladas de panela y azúcar que no encuentran cabida en el mercado nacional, copado por endulzantes extranjeros, así como estamos al tanto de  las dificultades que enfrentan los ingenios que no producen etanol.

Pero quienes están en el negocio de los agrocombustibles tampoco pueden dormir tranquilos, al estar amenazados por la entrada de capital extranjero al sector.

Es el caso de Agrifuels, en Pivijay, departamento del Magdalena, donde la multinacional israelita Merhav siembra 10 mil hectáreas de caña e invierte 250 millones de dólares en montar una destilería con capacidad de producir 137 millones de litros al año.

En este escenario se teme por la supervivencia de los únicos mecanismos de protección estatal a la cadena del dulce: el Fondo de Estabilización de Precios(FEPA) y la Franja Andina de Precios. En la negociación de los acuerdos comerciales de nueva generación se prevé el desmonte de este tipo de instrumentos, al ser vistos como obstáculos a la libre competencia.

Al tiempo que se desarrollan estas negociaciones, siete compañías cuyas casas matrices están ubicadas en países integrantes de los acuerdos Transpacífico oTransatlántico, o que siendo colombianas, como Nutresa, tienen fuertes intereses en el extranjero, han elevado una demanda contra los ingenios del valle geográfico del río Cauca por violación a las normas de la libre competencia.

Uno de los demandantes es Bimbo Colombia, que cuenta entre sus accionistas aNutresa, con una participación del 40 por ciento en su capital.

Apenas terminada la VII Cumbre de la Alianza del Pacifico, Colombia pidió ser admitida como país observador en las negociaciones del acuerdo Transpacífico.

El pedido fue negado luego que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, considerara que Colombia debe esperar a que terminen las negociaciones y el acuerdo esté firmado, es decir que el país sudamericano entraría en condición de adherente a un acuerdo del que forman parte Nueva Zelanda (gran productor y procesador de leche), Vietnam y Malasia (potencias en café y palma africana respectivamente), Australia ( importante exportador de azúcar), y Estados Unidos, primer productor mundial de maíz y potencia en producción y exportación de etanol, jarabe de maíz, algodón, cerdo, carne de res, pollo, aceites de maíz, soja y canola.

Así las cosas, la demanda contra los ingenios y su gremio no parece ser una coincidencia. Todo lo contrario, parece obedecer a un plan, una de cuyas metas sería que, llegada la hora de adherir al acuerdo Transpacífico, el terreno esté allanado para la toma de este sector productivo, uno de los más importantes de Colombia no solo por su aporte a los ingresos estatales y la generación de empleo, sino por su contribución en aspectos como la investigación científica y el desarrollo organizacional, y sobre todo porque es uno de los pocos de capital nacional.

Reiteramos que, sumados los dos grandes acuerdos de libre comercio -elTranspacífico y el Transatlántico- coparán casi la totalidad del mercado mundial a favor de las grandes potencias y sus transnacionales.

Resulta entonces extraño que el empresariado azucarero considere que hay tratados de libre comercio buenos, cuando lo cierto es que la pretensión de estos acuerdos consiste en quebrar la producción nacional de los países más débiles comoColombia. Por ello hacemos un llamado a la agroindustria azucarera a reconsiderar su posición.

Muy a pesar de las contradicciones que mantenemos en lo laboral con el empresariado, de la desconfianza que generan sus prácticas de cooptación o represión de los trabajadores y dirigentes sindicales, de las críticas a su manejo del agua, tenemos la decisión de defender la producción nacional en su totalidad, particularmente la azucarera.

Exigimos por otra parte al gobierno nacional que haga respetar el derecho a la sindicalización y a la negociación colectiva; que cese la tercerización en todas las labores; que en lugar de desmontar la escasa protección existente la amplíe; que haya una política tributaria y monetaria soberana a favor de la producción y el trabajo nacional, un control de precios a los agro-insumos; y  que se conceda un crédito oportuno, suficiente y barato para todos los productores, sin importar su tamaño.

Declaramos nuestro respaldo al paro anunciado por los productores de café, panela, leche, papa, cacao y otros productos en defensa de la soberanía alimentaria, amenazada por la importación de alimentos y por una política monetaria contraria al interés nacional.

Anunciamos nuestra decisión de entrar en contacto con los productores y los trabajadores de los sectores mencionados y con los del calzado, las confecciones, las autopartes, con organizaciones sociales y con todos aquellos que manifiesten su interés en defender el mercado interno y a favor del trabajo digno y la producción nacional.

Llamamos a los compañeros trabajadores y a los productores nacionales de banano a que analicen las implicaciones del acuerdo Transatlántico, que involucra a un país como Estados Unidos, cuyas compañías dominan el comercio mundial del producto, y a los de la Unión Europea, uno de los mercados más importantes del banano colombiano.

Nos pronunciamos, en definitiva, por un país soberano, en el que los beneficios del desarrollo nos cobijen a todos, sin distingo de raza, religión, sexo o posición social.

ALFONSO VIAFARA 
Coordinador

JORGE ELICER CAICEDO
Seccional Florida

CARLOS VIDAL 
Seccional Pereda

ZENON ESCOBAR
Seccional El Cerrito

VICTOR OCORO 
Seccional Candelaria

ARLEY TORRES
Seccional Ing. Ma. Luisa

ALBERTO ACOSTA 
Presidente

JONSON TORRES
Secretaria General

OSCAR DELGADO
Ejecutivo CUT Valle

MAURICIO RAMOS
Seccional Ing. La Cabaña,
Ejecutivo CUT Cauca

VALERIO MASA 
Junta Nacional

 

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