Nacional
El derecho fundamental a la información
Por José Arlex Arias Arias
“La libertad de expresión es un derecho fundamental o un derecho humano, señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y las constituciones de los sistemas democráticos, también la contienen.
Por José Arlex Arias Arias
“La libertad de expresión es un derecho fundamental o un derecho humano, señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y las constituciones de los sistemas democráticos, también la contienen.
De ella deriva la libertad de imprenta, también llamada libertad de prensa… El derecho a la libertad de expresión es definido como un medio para la libre difusión de las ideas. Entre los Derechos Fundamentales en Colombia, clasificados como de aplicación inmediata, junto a la vida, igualdad, habeas data, libre desarrollo de la personalidad, libertad personal, entre otros, aparecen: la libertad de conciencia, de expresión y de información”, explica Wikipedia.
En un mundo con permanentes crisis, en donde la competencia por los mercados de los países y los sectores económicos desata conflagraciones, el derecho a la información se convierte en inalienable para la población. Quienes manejan la información tienen la capacidad de acceder con muchas más posibilidades al desarrollo científico y los mercados y además al peligroso juego de la manipulación y la desinformación. Los neoliberales se han vuelto “magos” en el manejo de los medios de comunicación, a través de los cuales proyectan una realidad virtual que no nos corresponde.
Para poder proyectar esa realidad virtual, además del manejo privilegiado de la información, ponen en práctica la manipulación, seducción, propaganda, cambios de mediciones en las encuestas -caso DANE para desempleo y la inflación- y en general todo tipo de tácticas que les permita hacernos creer que vivimos en “el país de las maravillas”; por esa gracia somos el país más feliz del mundo, el que más ha rebajado la miseria y la pobreza, el de la mejor economía, el que acabó con el desempleo y en general un país que le “pisa los talones” a los veinte más industrializados del mundo. ¡Vaya ironía! La triste realidad es otra cuando tenemos la oportunidad de integrar todos los sectores de la población.
La táctica no se queda en ello, sino que además utilizan los billonarios presupuestos del Estado en los medios de comunicación, especialmente de los grupos económicos que les permiten mantener esa imagen; pero también muchas veces se llega hasta la propia eliminación de la vida o presión a quienes osen desenmascarar “sus verdades”. Es aquí donde se pierde cualquier tipo de objetividad en el respeto por este derecho fundamental, hasta el punto que en un mes y tres días dos periodistas fueron víctimas de sendas agresiones físicas como en los casos de: Ana María García, a quien “en ese momento, el subteniente la tomó del brazo, la sacó y luego, haciéndole una llave, la dominó en el suelo, causándole varias heridas”, indicó la sentencia del juez; y en otro hecho, el deceso de José Quiroz Delgado, de apenas 31 años, en donde también están implicados agentes de la policía y por lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció su muerte sucedida el pasado 27 de noviembre y exigió a las autoridades una investigación. Común denominador: estaban cubriendo la noticia de sendas manifestaciones. Los grandes “cacaos” de la información hacen “mutis por el foro”.
¡Nuestro derecho fundamental a la información sólo existe en el papel!
arlexariasarias@hotmail.com
Cartagena, 10 de diciembre de 2012.