Nacional
Estado Social de Derecho
Roberto Elías Salcedo Martínez
Aunque no somos abogados ni científicos juristas, acudimos por supuesto, con la venia de los eruditos, a analizar desde la perspectiva de ciudadano el fallido acto legislativo de reforma judicial. Pues el avispero se alborotó, la mandada de intrigas asecharon con aguijón punzante a los indefensos congresistas,
Roberto Elías Salcedo Martínez
Aunque no somos abogados ni científicos juristas, acudimos por supuesto, con la venia de los eruditos, a analizar desde la perspectiva de ciudadano el fallido acto legislativo de reforma judicial. Pues el avispero se alborotó, la mandada de intrigas asecharon con aguijón punzante a los indefensos congresistas,
ninguno encontró charco para lanzarse y evitar picaduras mortales de su hazaña. Lo cierto es que el gobierno de la “prosperidad para todos” por un año completo estuvo al mando de la postulación de articulado por articulado. Para entender, sabemos que para el trámite de una Ley, como tal, se debe cumplir dos periodos legislativos de discusión, tanto, en comisiones, plenarias de Cámara y Senado, todos los debates con banquito especial de y los ministros de Estado. Como dijera, lencho de la merced y arredondo, en sus buenos tiempos, ese mojote no lo salta un chivo compadre. Ni creo que ni un mico tampoco. Ahora no nos vamos a detener en hechos cumplidos, porque como lo señala la doctrina: lo que en derecho se hace en derecho se deshace. Tal lo sucedido, por fortuna.
No compartimos ni estamos de acuerdo con quienes prefieren seguir navegando por la continua doble moral de la sociedad colombiana. Incluye la prensa a la vanguardia, dando la sensación de actuar más por el amarillismo, morbo, revanchismo y ventaja. Por las fuerzas oscuras que incursionan en la vida nacional al son de chantajear, colgar atrocidades e imponer impunidad. Por los congresistas de bolsillo, bobales iletrados y delfines. Por los congresista autistas, oportunistas y escandalosos. Por el gobierno reformista, centralista y despistado. Por los partidos políticos sin orden, norte ni democracia. Por la misma justicia, fiscalía e infinitas ias. Por este andamiaje legalista e insolente. Por la gente que se embarca en cuanta lancha llena de odio. Por la gente que vota y vota y vota sin saber por quién ni para qué. Por nosotros que nos resistimos a callarnos, escribir y proponer. Es necesario y urgente hacer un pare, un auto diagnóstico, ponernos en la balanza y medir la responsabilidad social, por estamento, por instituciones por ciudadanía. No aguantamos más. Dicen se acabaron los carteles, los paras, la guerrilla, la corrupción… da risa. Lo que sí se ha acabado es la Constitución.
Para transitar con un mínimo de coherencia olvidamos el legado del constituyente del 91. República de Colombia, Estado Social de Derecho, soberano de régimen democrático direccionado a través de las ramas del poder público. Donde el legislativo es de carácter parlamentario bicameral, elegida una por circunscripción regional y otra nacionalmente por el sufragio universal. Sus delegatarios no salen de la noche a la mañana, hacen parte de un proselitismo refrendado en elección popular, aunque para muchos su procedencia sea cuestionada como también han sido objeto del buen recaudo de la justicia. Volvemos y decimos, somos víctimas y victimarios al mismo tiempo de la histórica doble moral incapaz de superar. Pero, por hecho no tenemos que repudiar las instituciones y/o los pilares de una democracia en construcción. Sino, condenar a más de doscientos políticos por sus malas costumbres, habituales para todos, es hacerle el juego a los violentos, a los terroristas de estado que se saciaron al mando de un gobierno atroz y andan buscando volver imponer el extremismo.
Una propuesta de referéndum revocatorio del congreso, es por si como un arma de doble filo, como dijo mi abuelita “en río revuelto ganancia de pescadores”. Ad porta, de un nuevo ciclo legislativo y enmendando la salida en falso de la ocurrente reforma, lo saludable es que por iniciativa del mismo Congreso se abran discusiones regionales que abanderen la llegada de las locomotoras del actual gobierno a estaciones reales de desarrollo local. Principalmente que se vean las vías de comunicaciones, el campo productivo, mayor cobertura y mejoramiento de la calidad educativa, implementación de ciencia y tecnología, mejor dicho que la prosperidad democrática llegue ya, tanto a la esquina, como a la cuadra y a los mismos hogares. Esperamos que la centralización de las regalías que no se convierta en algo mortífero contra la felicidad de nuestras poblaciones, con manipulación y direccionamiento a los acólitos, de ser sí resultaría nefasto para nuestra maltratada Patria. Estos dos últimos períodos del actual parlamento deben ser un verdadero encuentro de la sociedad civil con soluciones efectivas e inmediatas. La justicia que urge es la social. La cual ha brillado por su ausencia, aún después de ser promulgada como un anhelo constitucional.
El Gobierno de Colombia anda por el mundo vendiendo el país, ofertándolo con TLCs, donde el mayor incentivo es la explotación de nuestros recursos naturales no renovables, este incremento de la economía nacional en el PIB no es en consecuencia vana, pero sí de alto riesgo, lo afirman estudios económicos, en este aspecto podemos estar pasando por un efecto burbuja, digamos próximos a la enfermedad holandesa. Indicador fatal para el desarrollo sostenible. Salvaguardar el campo, volver a la vocación agrícola debe ser un derrotero para la Paz además un imperativo constante para el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros conciudadanos. En todo lo ancho y largo del territorio nacional, hay que movilizarse, llegar al rincón más alejado y brindar las herramientas, los recursos y toda la bondad del Estado para que la gente goce nuevos tiempos con tranquilidad familiar y crecimiento de conciencia. El poder legislativo debe ser garante de esta marcha, incluso ponerse al frente, sería la mejor reivindicación de sus actos.
Para los gobiernos locales, que han encontrado las finanzas en bancarrota, ponerse las pilas para formular sus proyectos de inversión importantes de los planes de desarrollo locales y tramitarlos ante el nuevo Sistema General de Regalías (Ley 1350 – 2012). De cortico les chiveo, del fondo debe asignarse el 50% en inversión directa, compensación y desarrollo regional, también situar el 10% en ciencia y tecnología. No coma cuento ni pierda su tiempo, construya la convivencia nacional defendiendo la democracia y exigiendo a sus gobernantes resultados concretos.
robertosalcedomtz@live.com
Julio 11 de 2012.