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¡La culpa no es del zancudo!, sino del modelo económico

Aedes aegypti, el zancudo vector del virus del dengue, ha puesto en evidencia los problemas del país en materia de salud y saneamiento básico, en general de pobreza.

El dengue según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) amenaza entre 50 y 100 millones de personas cada año en el mundo, no obstante, la reciente investigación publicada en la revista Nature estima que en 2010, además de  los casos presentados por la OMS, se presentaron en el globo 294 millones de infecciones inaparentes no detectadas por los sistemas de vigilancia de salud pública estatales.

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Aedes aegypti, el zancudo vector del virus del dengue, ha puesto en evidencia los problemas del país en materia de salud y saneamiento básico, en general de pobreza.

El dengue según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) amenaza entre 50 y 100 millones de personas cada año en el mundo, no obstante, la reciente investigación publicada en la revista Nature estima que en 2010, además de  los casos presentados por la OMS, se presentaron en el globo 294 millones de infecciones inaparentes no detectadas por los sistemas de vigilancia de salud pública estatales.

La comunidad científica argumenta que la utilidad de estos datos a la dolencia expone la dinámica de expansión de la enfermedad y el peligro de que aumente la incidencia en los casos de dengue grave.

Según el Sistema de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA) del Instituto Nacional de Salud de Colombia, hasta la semana epidemiológica 25 de 2013 (tercera semana de junio) se han presentado 25.149 casos de dengue y dengue grave, un incremento del 74% comparado con los 14.416 casos presentados en el mismo periodo de 2012, y de 94% tan solo en los casos de dengue grave (hemorrágico). Este aumento ha producido alarma entre los colombianos, y en especial los caleños, que contribuyen con la mayor tasa de infectados del país en lo transcurrido del año (22%) y la mayor mortalidad, 15 personas fallecidas según la superintendencia de salud (http://bit.ly/12j4apb).

Pese a que el dengue es una enfermedad compleja por sus manifestaciones, nadie debería morir por ello en el siglo XXI, la clave está en la oportuna intervención del estado en dos fases; la primera, el control del vector y la segunda, la atención de los pacientes en centros clínicos y hospitalarios de todo nivel, con apenas la sintomatología de la enfermedad.

En las dos fases, se raja la política nacional y local

Los sitios donde se presentan los casos de dengue y fallecimientos por dengue grave en general están asociados con situaciones de pobreza y pobreza extrema. Las condiciones en las que viven estas poblaciones, son la evidencia de las debilidades de la política nacional y local. Los 15 casos de muerte en Cali y la mayor expansión del virus se han presentado en las comunas más pobres de la ciudad a las que pertenecen los barrios del distrito de Aguablanca, Terrón Colorado, y algunos barrios del nororiente, y donde se concentra según Cali en cifras 2011, el 48,1% de la población urbana en el 29,36% del área bruta, siendo superior la densidad poblacional en 80 habitantes por hectárea con respecto al promedio general de la ciudad. Estas comunas corresponden en su mayoría al estrato 1 y 2.

Las políticas en el manejo sanitario del agua potable, la infraestructura inexistente o inadecuada de alcantarillado, el abandono en materia de recolección de basuras y manejo de los residuos sólidos a las que son sometidas estas comunidades han generado el caldo de cultivo propicio para la proliferación del vector y la transmisión de la enfermedad. El 17,4% de las viviendas de estas comunas no tienen suscripción de acueducto y el 18,4% de alcantarillado (Cali en cifras 2011 http://bit.ly/1arvaIh).

No siendo suficiente la pobreza en materia de saneamiento básico que incrementa la vulnerabilidad, los usuarios son sometidos a abusos como el paseo de la muerte, es el caso de María Eugenia González Nieto quien falleció por negligencia de la EPS (http://bit.ly/128cjb7). Este es el carácter de la ley 100 de salud y su reforma promovida por Juan Manuel Santos, con la negación del servicio, garantizar el enriquecimiento de los intermediarios financieros (EPSs) o ahora denominadas Gestoras de Salud.

La culpa no la tiene el zancudo, es el modelo económico que protege la rentabilidad del sector financiero por encima del derecho a la salud, que prioriza los beneficios tributarios a las multinacionales sobre la inversión social para resolver las necesidades básicas insatisfechas como saneamiento básico, educación y vivienda. De este modelo no se diferencia ni Rodrigo Guerrero, ni Juan Manuel Santos porque siguen implementando las políticas neoliberales de quienes antecedieron a sus gobiernos.

 

Ángela Quevedo
Bióloga
Integrante liga de usuarios de servicios públicos de Cali
Pedro Fernando Cruz
Estudiante Administración de Empresas
Universidad del Valle

Cali.

 

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