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¿Por qué apoyo el paro?

Por Alba Luz Pinilla Pedraza*    

Apoyo el Paro Nacional por convicción de vida, siendo así consecuente con lo que pienso, digo y hago. En nuestra ardua labor legislativa siempre hemos hablado de frente al país, diciendo lo nefasto que llegan a ser algunos proyectos de ley presentados por el gobierno santista y su Unidad Nacional. 

Hoy justamente estamos viviendo la crónica de una muerte anunciada, pues desde la Bancada del Polo Democrático Alternativo, venimos, desde hace años, advirtiendo lo funesto que resulta que Colombia esté rompiendo

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Por Alba Luz Pinilla Pedraza*    

Apoyo el Paro Nacional por convicción de vida, siendo así consecuente con lo que pienso, digo y hago. En nuestra ardua labor legislativa siempre hemos hablado de frente al país, diciendo lo nefasto que llegan a ser algunos proyectos de ley presentados por el gobierno santista y su Unidad Nacional. 

Hoy justamente estamos viviendo la crónica de una muerte anunciada, pues desde la Bancada del Polo Democrático Alternativo, venimos, desde hace años, advirtiendo lo funesto que resulta que Colombia esté rompiendo

el Record Guiness, del país, a nivel mundial, que más tratados de libre comercio ha firmado. TLC´s que ponen en riesgo la soberanía y seguridad alimentaria y el ya debilitado sector industrial del país, pues estamos viendo en estos momentos como nuestras empresas y nuestros campesinos se están quebrando, y no de un solo sector de la economía, sino de todos, poniendo al país en un escenario de competencia desequilibrada, máxime si se tiene en cuenta que los últimos gobiernos no han desarrollado estrategias eficaces para conjurar los efectos negativos de una apertura a los mercados en desigualdad de condiciones. En suma, el gobierno nacional en lugar de proteger al campesinado, protege a quienes menos lo necesitan como sucedió con el famoso caso de Agroingreso Seguro, que terminó beneficiando a reinas de belleza y poderosas familias del país.

Mientras tanto, el gobierno está criminalizando a las y los campesinos que guardan y cultivan las semillas nativas y heredadas de nuestros antepasados, y eso no lo digo yo fantaseando, lo demuestran leyes como la 1032 de 2006, donde se establece prisión de 4 a 8 años y multas que van desde 26.6 a 1.500 Salarios Mínimos a quienes no utilicen las semillas “debidamente” registradas. Eso es, que las y los colombianos perdimos el derecho a la identidad y al patrimonio que nos daban nuestras semillas. Semillas que nos garantizaron durante siglos una gran variedad de productos alimenticios sanos y en significativa cantidad, y a cambio nos están obligando a comer productos de semillas transgénicas.

La soberanía y seguridad alimentaria también se ven amenazadas cuando nos estamos quedando sin empleo, ya que si seguimos al pie de la letra lo que significa empleo dentro del Código Sustantivo Laboral, podemos aseverar que en Colombia menos del 30% de la población activa laboralmente tiene un empleo formal y digno, y no conformes con esto, los TLC´s que se han firmado han puesto en riesgo la estabilidad de muchas de nuestras industrias, por ejemplificar pongo el caso de las y los fabricantes de calzado que han tenido que cerrar sus pequeñas y medianas industrias porque están llegando al país zapatos de costos y calidad bajos, que no sólo están poniendo en riesgo la estabilidad económica de las y los fabricantes, sino también la salud de quienes los utilizan.

Si continuamos mencionando casos, haríamos una lista de no acabar, pues también podemos mencionar los altos costos de gasolina, impuestos, las artimañas realizadas para que con la “reforma” a la salud se continuara protegiendo a las EPS´s, logrando que la salud continúe clasificando a la población colombiana en ciudadanos de primera y segunda clase; y ni mencionar el alto costo de la vivienda en el país, donde cada vez se ve más lejana la posibilidad de tener una casa propia, pues algunas personas que lograron comprar sus casas mediante la UVR (o el UPAC), a pesar de sus grandes esfuerzos, se están dando cuenta cómo sus esperanzas se desmoronan ante los intereses del sector financiero y la desprotección estatal, a quienes parece que no les importa ver las lágrimas que suplican no les dejen en las calles.

*Representante a la Cámara por Bogotá –  Polo Democrático Alternativo.

 

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