Nacional
¿Regresa Campo Elías?
Por José Arlex Arias Arias
La interrogante refleja la incertidumbre de los cartageneros. Se preguntan sobre la posibilidad del retorno de su alcalde, Campo Elías Terán, para ponerse al frente de sus destinos; pero de la misma forma, se pueden preguntar: ¿A qué regresa Campo Elías?
Por José Arlex Arias Arias
La interrogante refleja la incertidumbre de los cartageneros. Se preguntan sobre la posibilidad del retorno de su alcalde, Campo Elías Terán, para ponerse al frente de sus destinos; pero de la misma forma, se pueden preguntar: ¿A qué regresa Campo Elías?
o ¿a qué juega Campo Elías? En estos momentos, los más de ciento sesenta mil “heróicos” que votaron por “un Campo para todos”, lo único que sienten es impotencia, decepción y rabia por la forma como el erario de la ciudad siguió capturado o secuestrado, a pesar de sus promesas, por quienes han hecho de la política un multimillonario negocio. Esa es una de las razones que convierten a Cartagena en una de las ciudades más inequitativas de América Latina y la segunda de Colombia con más pobreza.
La historia se repite algunas veces como comedia y otras como tragedia; pero en el caso de Cartagena se vive una tragicomedia con visos de drama, el que debe estar sintiendo un ser humano como Campo Elías, que no tenía razón para estarlo padeciendo. Dirán: son los gajes del oficio, pero ese no era su oficio; entonces dicen sus profesionales: son los intríngulis de la política. Sí, hasta de la ambición desmedida. Pero ¿en dónde queda Cartagena en esta obra teatral? ¿Qué papel le asignaron al millón de habitantes y a esos cerca de ciento sesenta mil que votaron por el “Campo para todos”? Sencillo: les tocó hacer el papelón; elementos de reparto en la asignación del guión. Entonces preguntarán, “pero bueno, ¿quién(es) es el director de la obra?”. También la respuesta es contundente: No, nunca fue Campo Elías, quien jugó de protagonista para animar al auditorio, pero detrás de bambalinas los directores fueron los mismos con las mismas: las viejas casas políticas y sus grupos de financiación que, con contadas excepciones, han defraudado esta ciudad y la llevaron a su actual estado de postración.
Guión elemental: un protagonista locuaz, bonachón, sincero, servicial y con carisma. Lo pusieron a hacer el mandado, a conducir la parroquia, rodeado de clientelistas profesionales, se salvan pocos; le pusieron monaguillos para que cantaran y tocaran las campanas, pero el diezmo y la limosna están más perdidos que la Custodia de Badillo. Siguieron secuestrados el erario y patrimonio de la ciudad. En medio del caos de quien no sabe administrar y tiene poca voluntad para enfrentar la corruptela que se le arrimó, comenzó la repartija de Secretarías y con ellas, la burocracia y el presupuesto. Mentiras, lo último que están pensado es en solucionar los graves problemas de las barriadas, hoy más solas que nunca. En este acto, infortunadamente, la vida le pasó una drástica cuenta al protagonista que lo obligó a estar fuera de la alcaldía desde hace más de cuatro meses. De contera, la Contraloría General de la República, a través de la Resolución 0057, le impuso una suspensión que debe cumplir una vez se reintegre como Alcalde, contra la cual impetró una acción de tutela argumentando la violación de derechos fundamentales como el de debido proceso, del trabajo y el de elegir y ser elegido.
Reconforta con el ser humano que Terán Dix haya recibido un diagnóstico según el cual “presenta una importante mejoría funcional (90%) y cognitiva, sin mayor déficit residual, excepto por algo de limitación para la marcha (sin apoyo) por inestabilidad”, pero un flaco servicio le presta a la ciudad y a sus electores el que venga a seguir siendo intermediario de esas casas políticas que han tomado el presupuesto de la ciudad como herencia y utilizan cualquier tipo de método con tal de mantenerlo secuestrado. ¡Campo Elías, si tanto amas a Cartagena, permite que sus habitantes vuelvan a determinar su destino!
arlexariasarias@hotmail.com
Cartagena, 4 de febrero de 2013.