“La hegemonía mundial de EE.UU. tiene los días contados”, afirma uno de las más influyentes analistas de geoestrategia del imperio

Zbigniew Brzezinski, uno de los más influyentes analistas de política exterior de Estados Unidos, considerado además como de los más grandes intelectuales orgánicos del imperio, dijo en una conferencia ofrecida días atrás en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins que la hegemonía mundial de Estados Unidos tiene los días contados.

Según este politólogo polaco-estadounidense que fue consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter (1977-1981)

y asesor de la campaña de John F. Kennedy que lo llevó a la Casa Blanca, desde la implosión de la Unión Soviética, Estados Unidos “no ha ganado ninguna guerra”. Sus tesis recientes implican una drástica revisión del optimismo que exhalaba su anterior libro, El Gran Tablero Mundial, y coinciden con los análisis de quienes desde América Latina hace ya un buen tiempo vienen formulando similares pronósticos en torno a la declinación del poderío global norteamericano.

La dominación de Estados Unidos, que después de la Guerra Fría determinaba la agenda internacional, ha terminado y no podrá restablecerse durante la vida de la próxima generación, precisó en su conferencia Brzezinski.

Ninguna de las potencias puede alcanzar la hegemonía mundial en las condiciones actuales, por lo que Estados Unidos debe elegir mejor los conflictos en los que va a participar, ya que las consecuencias de un error podrían ser devastadoras, declaró el influyente politólogo, primer director de la Comisión Trilateral, una organización internacional privada fundada por iniciativa de David Rockefeller para fomentar una mayor cooperación entre EE.UU., Europa y Japón.

“Es cierto que nuestra posición dominante (en la política internacional) no es la misma que hace 20 años”, declaró Brzezinski durante su conferencia y subrayó que desde 1991 Estados Unidos, en su estatus de potencia mundial, “no ha ganado ni una sola guerra”.

El que se considera uno de los más influyentes especialistas en política exterior, y que durante décadas configuró el curso geoestratégico de Washington, subrayó que a Estados Unidos le ha llegado la hora de entender que el mundo contemporáneo es mucho más complicado y más anárquico que en los últimos años después de la Guerra Fría, por lo que la “acentuación de nuestros valores, así como la convicción en nuestro ‘excepcionalismo’ y universalismo, son al menos prematuras desde el punto de vista histórico”.