Nacional
La insolvencia de Interbolsa
Por Eduardo Sarmiento Palacio
La debacle de la comisionista replica muchas de las fallas que llevaron a la gran crisis financiera de los Estados Unidos. La liquidación de Interbolsa no ha pasado de las verdades a medias. Los directivos de la institución y la Superintendencia Bancaria
Por Eduardo Sarmiento Palacio
La debacle de la comisionista replica muchas de las fallas que llevaron a la gran crisis financiera de los Estados Unidos. La liquidación de Interbolsa no ha pasado de las verdades a medias. Los directivos de la institución y la Superintendencia Bancaria
no han explicado las razones que llevaron a la liquidación de la firma. El desenlace se atribuye a fenómenos que surgieron en forma intempestiva.
Las quiebras de las instituciones financieras no hay que buscarlas aguas arriba. Por lo general se encuentran en los balances de activos y pasivos. En la práctica Interbolsa realiza dos tareas distintas. Una es la actividad tradicional de corretaje, es decir, de compra y venta de activos para el público, que no encierra mayores dificultades de riesgo. La otra es la captación y colocación de recursos que se realizan con la posición propia y se asimila a las operaciones de las instituciones bancarias. En este caso el balance está conformado, de un lado, por los depósitos del público (pasivos) y, del otro, por las colocaciones (activos).
La operación crítica estuvo en que los comisionistas adquirían las acciones de Fabricato y con base en ellas obtenían préstamos o depósitos en el sector financiero. El 90% de los repos de Fabricato están en Interbolsa y se estiman en $300 mil millones.
La comisionista realizaba el doble juego de adquirir las acciones presionando el precio alza y de obtener préstamos bancarios por encima de las garantías. Sin embargo, el cruce fue advertido por el mercado que vio subir en forma artificial el valor de la acción de $30 a $90. En este momento se hizo evidente que los pasivos de la firma corredora superaban los activos y se enfrentaba un típico problema de insolvencia. Las dificultades de liquidez eran más una manifestación que la causa de la crisis. De seguro, si Interbolsa hubiera salido a liquidar las acciones, no habría obtenido ni la mitad de la cotización actual.
A una situación como la descrita no se llega de un momento a otro. El desbalance entre los activos y pasivos venía desde que la acción de Fabricato subió a $90 y los intermediarios se percataron que estaba sobrevalorada por la misma intervención de Interbolsa en el mercado accionario. Bastaba cualquier evaluación simple de riesgo para confirmar la disparidad. En lugar de comprometerse con los comisionistas a obtener en forma desesperada la liquidez en el sistema financiero, la Superintendencia Bancaria ha debido reconocer de tiempo atrás la situación de insolvencia.
La verdad es que la reglamentación de las firmas comisionistas contiene serias falencias. La posición propia les confiere una amplia flexibilidad para captar recursos de corto plazo y colocarlos a largo plazo a mayores tasas de interés. Las firmas tienen acceso ilimitado al crédito para influir en los precios de las acciones. Los organismos de control y vigilancia les facilitan todo tipo de mecanismos de liquidez para enfrentar y ocultar situaciones de insolvencia. Todo esto configuró un sistema altamente vulnerable, con características piramidales, que permite obtener altos rendimientos en el corto plazo a cambio de asumir grandes riesgos que se trasladan al resto de la sociedad.
La debacle de Interbolsa replica muchas de las fallas que llevaron a la crisis financiera de Estados Unidos. Los intermediarios financieros emplean el crédito para influir en los precios de los activos y asumen riesgos excesivos, a tiempo que los organismos de control no tienen la capacidad para identificar a tiempo los problemas de solvencia. Si estos elementos no se corrigen con una severa regulación, el mercado financiero continuará siendo una fuente de alta inestabilidad económica y concentración del ingreso.
El Espectador, Bogotá, 18 de noviembre de 2012.