Nacional
La “jugada” es con movilización
Por Eudoro Álvarez
La caída abrupta de los precios del arroz; la falta de comercio para la soya; los desestimulantes precios persistentes del maíz; las bajas cotizaciones para la palma aceitera, son “icebergs” de lo que ocurre realmente a la agricultura nacional.
Lo del arroz es patético; los precios continúan en picada y su disminución ya supera el 30%;
Por Eudoro Álvarez
La caída abrupta de los precios del arroz; la falta de comercio para la soya; los desestimulantes precios persistentes del maíz; las bajas cotizaciones para la palma aceitera, son “icebergs” de lo que ocurre realmente a la agricultura nacional.
Lo del arroz es patético; los precios continúan en picada y su disminución ya supera el 30%; adicionalmente las condiciones sanitarias siguen sin ser resueltas y sus verdaderas causas develadas; el contrabando continua su acción destructora; las deudas se convierten en impagables y los cobros judiciales están a la orden del día y las importaciones se presentan como una dolencia obligada ante la cual el gobierno solo sugiere resignación.
Entre tanto se parlotea sobre competitividad, nada se hace por resolver un mal que cobija a toda la economía real: la revaluación del peso, que acumulada, ya supera el 30%; enfermedad económica curable si se decide reconocer su maternidad de muchos males contra la competencia y resultante de la aplicación terca del ideario neoliberal.
Con el libre comercio y los TLC, presentados como panaceas para el desarrollo del país, la víctima ha sido la economía real, en primer lugar la agricultura y la industria, pues si en la primera llueve, en la segunda no escampa, al decir de ilustres enterados.
Los consumidores siguen sin recibir las dádivas de la globalización; en tanto los productores son castigados con bajos precios, los consumidores, presuntos beneficiarios de la globalización, son flagelados con altos precios por sus consumos.
Las medidas gubernamentales desde el fracasado y corrupto AIS, seguidas por un inoperante DRE, se siguen esperando y no llegan; no llegarán mientras los afectados no se decidan a actuar por encima de los mesianismos inactivos.
Los cafeteros marcan la pauta y anuncian un paro a finales de febrero. Los arroceros reunidos en Dignidad Arrocera anuncian una medida similar para el 8 del mismo mes; se espera que la bola de nieve de la protesta de los productores continué y los medrosos gremios nacionales se percaten de que no pueden seguir escuchando la orquesta mientras el Titanic se les hunde.
Cuando los caminos normales se cierran deben removerse obstáculos y seguramente se llegó la hora de pausar en la diplomacia del coctel y las gestiones de escritorio como estrategia central en la defensa de la producción y el trabajo y decidirse a hacer “sonar claros clarines” de hechos que motiven a un gobierno más amigo de la retórica que de la acción.
21 de enero de 2013.