Nacional
La pírrica defensa de nuestra soberanía
Por José Arlex Arias Arias
El 19 de noviembre de 2012, cuando la Corte Internacional de Justicia le quitó a Colombia gran parte de la plataforma continental marítima, se convierte en una fecha aciaga para la historia de nuestro país. Y trae a la mente otros reveses, el mayor de nuestra historia, el 3 de noviembre de 1903,
Por José Arlex Arias Arias
El 19 de noviembre de 2012, cuando la Corte Internacional de Justicia le quitó a Colombia gran parte de la plataforma continental marítima, se convierte en una fecha aciaga para la historia de nuestro país. Y trae a la mente otros reveses, el mayor de nuestra historia, el 3 de noviembre de 1903,
cuando los gringos urdieron el complot que les permitiera robarle a Colombia el Canal de Panamá, con la complicidad de muchos de los denominados “patriotas”; o el 29 de noviembre de 1.952, el día en que Roberto Urdaneta Arbeláez, presidente encargado del país, determinó que “El gobierno de Colombia declara que no objeta la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela sobre el archipiélago de Los Monjes y que en consecuencia no se opone ni tiene objeción respecto al ejercicio de la misma o cualquier acto de reclamación alguna que formular respecto al ejercicio de la misma o a cualquier acto de dominio de este país sobre el archipiélago en referencia”; el general venezolano Marcos Pérez Jiménez ocupó el grupo de islas izando la bandera e instalando un observatorio científico-militar, hoy una de las más grandes reservas de petróleo de Venezuela.
Episodios que desnudan con particular oprobio a esa inmensa mayoría de la dirigencia patria que durante la vida republicana han gobernado nuestro país. No en vano las manifestaciones populares incluyen consignas estremecedoras como aquella que señala a algunos dirigentes de “vende patrias”; de seguro que no es un lema hueco, tampoco sin sentido, tal como aseguran quienes expresan que ya las fronteras no son necesarias, que el principio de soberanía está en desuso, es “dinosaurio”. Según ellos estamos en un mundo que es una “aldea global” y todos tenemos derechos sobre cualquier bien en cualquier parte del mundo; ésta sí una verdadera utopía utilizada para engrupir a los países en desarrollo y poderse apoderar de sus más preciados recursos.
El problema en Colombia es que quienes han dirigido este país en las dos últimas décadas -que coinciden con los once años del litigio con Nicaragua y el nefasto fallo de la Corte Internacional de Justicia contra Colombia- tienen la concepción de esa “aldea global”, por lo tanto, así conocieran la historia de la forma en que le han arrebatado los territorios a Colombia, no tuvieron ni tienen la convicción para la defensa de los intereses de la Patria, por lo que sus argumentos fueron pírricos. Deben existir unos responsables, los colombianos deben conocer las razones de la derrota, los argumentos de la defensa, cómo se hizo la misma y por qué del estruendoso fracaso. ¿Cuál fue el papel de Estados Unidos? ¿Cuáles multinacionales se van a beneficiar de la explotación de los invaluables recursos naturales?
El fallo de la Corte Internacional de Justicia ha afectado en grado sumo la integridad territorial colombiana, cercenando, en favor de Nicaragua, una plataforma marítima que los analistas han determinado que mínimo son 130 mil kilómetros e incluso se atreven a decir que podrían llegar a los 300 mil kilómetros. Según la página oficial del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, “destacó que la Corte Internacional de Justicia, al emitir su fallo frente a la demanda interpuesta por Nicaragua, ratificó la soberanía colombiana sobre el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y de todos sus cayos e islotes. Y agregó que “esta Corte rechazó las pretensiones de soberanía de Nicaragua sobre nuestro archipiélago”. Posteriormente dice que “No obstante, el Jefe de Estado señaló que en el fallo se incurrió en omisiones, errores, excesos, inconsistencias, que no podemos aceptar” y luego se rasga las vestiduras: “El Presidente Juan Manuel Santos advirtió que defenderá los derechos de los sanandresanos y de todos los colombianos”. La historia se repite: lo mismo dijeron los responsables en los dos episodios anteriores.
Los últimos cinco gobiernos de estirpe neoliberal hacen la pantomima -hasta Álvaro Uribe posa de nacionalista-, todo para soslayar que vienen vendiendo y entregando al país por jirones con sus políticas de concesiones, Tratados de Libre Comercio, apertura del mercado interno y garantías a los negociantes de todo cuño.
Imposible que los creyentes en la “aldea global” pudieran defender nuestra patria. ¡Por eso sus resultados fueron pírricos!
Cartagena, Bolívar, 26 de noviembre de 2012.