La salud: otra reforma para manipular al pueblo

Por José Arlex Arias Arias  

Para poder comprender la reforma a la salud que mediante Ley Ordinaria se tramita en el Congreso, es necesario conocer la naturaleza de sus autores: primero, el presidente Santos, connotado neoliberal que ha tenido “el privilegio” de ser Ministro en todos los gobiernos que desde 1990

han impulsado este paradigma. Segundo, el ministro de Salud y Protección Social, Alejandro Gaviria Uribe, un economista e ingeniero civil nacido en Santiago de Chile, de padres colombianos. Fue investigador del Banco Interamericano de Desarrollo, miembro de la junta directiva de Bancolombia y decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes. Terceros, los congresistas: los medios informaron que de 100 senadores, 42 tenían algún tipo de negocio con las EPS o con el sector salud, los cuales se auto-habilitaron sus impedimentos. En estas manos quedó la ilusión de ver transformar en derecho fundamental un sistema criminal de salud que todos los días mata más colombianos.

Conocidos los actores, que ya aprobaron una Ley Estatutaria que establece que el acceso a la salud está supeditado a los recursos que el Estado pueda otorgar sin afectar la sostenibilidad fiscal y que su prestación dependerá de dichos recursos, no será difícil pronosticar el engendro que nos entregarán al final de diciembre. De hecho, la manguala de la Unidad Nacional de Santos, con el apoyo de los neoliberales del Uribe Centro Democrático, ya aprobaron en el senado la “embarnizada” reforma, mediante la cual se mantiene la misma intermediación financiera, se le da tratamiento de negocio al otrora derecho fundamental de la salud y se le cambia de nombre a las mismas instituciones que durante dos décadas han usufructuado los $40 billones anuales destinados a este servicio esencial.

Es mentira que hayan acabado con las EPS; se les transforma en “GESTORAS DE SALUD”. No manejarán recursos pero tendrán mayores funciones e incentivos económicos. Se crean con 400 mil afiliados y se les premia, ya que las deudas que tienen con los hospitales, $14,4 billones de los cuales se apropiaron, serán asumidas por los colombianos vía el presupuesto nacional; se les permite la contratación con sus IPS para el primer nivel y urgencias, que son los más frecuentes, y vender el resto de clínicas y hospitales. Es decir, favorecen a quienes nos han “tumbado”.

El FOSYGA se reemplaza por el fondo “SALUD MÍA”, una tesorería centralizada, con autonomía presupuestal; tendrá funciones de recaudo y afiliación y hará pagos directos a hospitales. Manejará el presupuesto público pero lo hará con base en leyes que rigen al sector privado y con dependencia de las Gestoras de Salud. Al POS se le reemplaza por “MI PLAN”, que según Gaviria “no vale la demagogia barata para decir que lo vamos a cubrir todo”; será un POS más recortado, cuya inclusión de medicamentos y procedimientos se someterá al “INSTITUTO DE EVALUACIÓN DE TECNOLOGÍAS”, que buscará limitar las tutelas interpuestas, que el año pasado llegaron a 114.313 en todo el país. Y como si fuera poco, al estilo de la formación de obreros del SENA, se autoriza a hospitales universitarios para titular especialidades médicas, sin el concurso de las universidades, con la idea dizque de compensar el déficit, con énfasis en pediatría, medicina interna, gineco-obstetricia, cirugía general y medicina familiar. O sea, mano de obra barata para los negociantes de la salud ¡Santos manipula a los colombianos y pone en grave peligro sus vidas!

arlexariasarias@hotmail.com

Cartagena, 28 de octubre de 2013.