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Nacional

Las fábricas de médicos especialistas

Por José Arlex Arias Arias  

El periódico El Tiempo del pasado 2 de septiembre registró: “El que quiera ser rico: no se dedique a investigador o profesor universitario”, aseguró la directora de Colciencias, Paula Marcela Arias. Las reacciones no se hicieron esperar. El presidente de la Academia Colombiana de Ciencias

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Por José Arlex Arias Arias  

El periódico El Tiempo del pasado 2 de septiembre registró: “El que quiera ser rico: no se dedique a investigador o profesor universitario”, aseguró la directora de Colciencias, Paula Marcela Arias. Las reacciones no se hicieron esperar. El presidente de la Academia Colombiana de Ciencias

Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFYN) expresó: “Da la sensación de que los científicos que hay en el país no son lo suficientemente buenos… Nuestra Academia tiene 163 miembros, de los cuales 140 somos colombianos (20 viven en el extranjero) que hacemos contribuciones a la ciencia. Hacemos investigación de muy buena calidad”. “Pareciera que está desinformada”, enfatizó. De la ‘Diáspora de científicos e investigadores colombianos’, que agrupa a profesores universitarios, investigadores y profesionales que están en programas de posgrado en el exterior, 130 firmaron una carta en la que le manifiestan: “Se equivoca Usted al pensar que quienes salimos para desarrollar actividades de ciencia, tecnología e investigación lo hicimos con el objetivo de acumular riquezas. Si salimos del país fue motivados por el deseo de educarnos en los centros de pensamiento más importantes del mundo y por las oportunidades que se nos brindan en otras latitudes para desarrollar nuestras actividades en buenas condiciones de trabajo”. Esto nos deja en claro lo que piensa el gobierno del presidente Santos frente al desarrollo científico e innovador del país, en todas sus manifestaciones.

El Espectador del pasado 13 de octubre publicó un informe sobre el déficit de médicos generales y especialistas en el país: “El 55% de los hospitales no tiene el número de doctores que necesitan”. En cuanto a médicos especialistas agrega: “Pediatras hay 2345 y aún se necesitan 497, Internistas son 2178 y faltan 480, anestesiólogos hay 1977 y faltan 732, cirugía general: 1.471 y faltan 422, ortopedia y traumatología: 1008 y faltan 184. En cuanto a: oftalmología, son 897; radiología, 756; siquiatría, 687; cirugía plástica, 567; dermatología, 512; otorrinolaringología, 447; urología, 427; patología, 348; medicina familiar, 332; y neurología, 260”. Se invocaron muchas razones para justificar este grave déficit de quienes velan por la vida de los colombianos, pero hay una que brilla con luz propia: es una política de Estado que con base en el recorte de presupuestos restringe el avance científico, castra la educación, impide el desarrollo y con su axioma neoliberal pone en grave peligro la vida de los colombianos. Lógica empleada para implementar un sistema de salud en el cual a los trabajadores del sector se les cercena el patrocinio del Estado para su preparación y se les pauperizan los salarios.

Era normal esperar de un gobierno neoliberal como el de Santos, que a través de su ministro de Salud, Alejandro Gaviria –un financista–, propusiera trasladar la formación de los médicos especialistas de las universidades a los hospitales, cumpliendo con el sueño de las EPS –futuras Gestoras de Salud–, dueñas de estos centros, de formar, al mejor estilo del SENA, una mano de obra barata y dócil que utilizará para recetar los procedimientos y medicina que les sean más rentables, con salarios paupérrimos, incluso limitados con base en facultades extraordinarias otorgadas al presidente Santos. De paso, acaban con la autonomía científica de los médicos y los sujetan a los designios de las multinacionales. Todo este paradigma a nombre y dizque para el beneficio de la población. ¡Enhorabuena a la reacción de la comunidad científica en contra de esta corriente oscurantista que busca mantener al país en el subdesarrollo!

Cartagena, 5 de noviembre de 2013.

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