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‘No veo una alianza con los verdes ni los progresistas’: Clara López

Por María  Isabel Rueda / El Tiempo  

La candidata presidencial del Polo dijo que la unión entre Peñalosa y Petro genera desconfianza.

Dicen que por la integración de las listas del Polo, que traen muchas caras nuevas, también fueron muchos los ‘pura sangre’ polistas que quedaron bravos…

El criterio para esa selección fue promover una convergencia democrática amplia de cara al proceso electoral. Nuestras listas tienen desde luego caracterizados polistas, pero también hay personas provenientes de las organizaciones,

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Por María  Isabel Rueda / El Tiempo  

La candidata presidencial del Polo dijo que la unión entre Peñalosa y Petro genera desconfianza.

Dicen que por la integración de las listas del Polo, que traen muchas caras nuevas, también fueron muchos los ‘pura sangre’ polistas que quedaron bravos…

El criterio para esa selección fue promover una convergencia democrática amplia de cara al proceso electoral. Nuestras listas tienen desde luego caracterizados polistas, pero también hay personas provenientes de las organizaciones,

sociales, sindicales e incluso de otros partidos.

Veo muchos protagonistas de las últimas protestas sociales. ¿Es oportunismo o es por razones filosóficas?

¿Qué oportunismo puede haber en articular el liderazgo político con el liderazgo social?

¿Está confirmada Clara López como candidata presidencial del Polo, o de pronto le pasan por encima alguna consulta o convención?

Absolutamente. Fui elegida en el congreso del Polo, que reunió a 750 delegados y delegadas, todos por elección popular. Eso tiene una legitimidad muy grande porque 160.000 militantes participaron en las votaciones en más de mil municipios.

¿Que ya no se vayan a enfrentar por la Presidencia dos Santos Calderón no disminuye las posibilidades de una tercería de la izquierda?

De todas maneras continúan los intercambios de insultos entre el presidente Santos y el presidente Uribe, en función de diferencias de carácter personal que son el centro del debate. Porque si se ponen a discutir de ideas, el pueblo colombiano verá que están de acuerdo en casi absolutamente todo.

Pero usted también es medio ‘delfina’… sobrina de dos expresidentes…

Para ser ‘delfina’ debería estar militando en las toldas del Partido Liberal. En las de la izquierda democrática encuentro que, más bien, mis antecedentes familiares son una dificultad. El delfín tiene que quedarse en su propio corral, y aquí me toca en franca lid con todos los demás.

El presidente Santos auguró a comienzos de su mandato que terminarían acusándolo de traidor de su clase. ¿Algo parecido a lo que usted hizo con la suya?

Santos lo dice para buscar méritos que no se ha ganado. Yo me siento más bien desclasada. He departido toda mi vida con los humildes, con la gente de izquierda, con los sindicalistas, y me siento muy a gusto. Me han acogido de una manera ejemplar. No tengo la palabra traición en mi vocabulario. La lealtad de uno tiene que estar con los que luchan y con los que sufren.

Pues si algo le reconocen a usted es su coherencia política. Y se la están reconociendo, porque usted comienza a asomarse en las encuestas con unas cifras bastante interesantes. Y muy pegada a Navarro…

Es el reflejo de que el Polo ha mantenido una coherencia muy grande en toda su conducta de la conformación de listas, en la propuesta programática y en el tema tan delicado de las alianzas.

Si yo le digo que soñé que la Alianza Verde –resultado de la unión de progresistas y verdes– terminará haciendo una alianza con el Polo, ¿usted me diría que eso es una pesadilla?

Más que una pesadilla, le diría que es una quimera. En abril de este año estuve reunida con Antonio Navarro en casa de León Valencia, y en presencia de todos los caracterizados dirigentes de los sectores alternativos de Colombia, le ofrecí la personería jurídica del Polo, como base para que construyéramos acuerdos. Pero Navarro rechazó airadamente esa posibilidad.

¿Lo que me dice es que realmente le ofreció a Navarro la personería jurídica del Polo?

Sí. Le dije que estaba disponible para conformar acuerdos con todos los sectores alternativos del país.

¿A pesar de que Petro se había salido del Polo bravo con ustedes?

Todo el mundo sale bravo cuando se aplica la consistencia política, que tiene costos muy altos.

¿Y por qué cree que Navarro quedó tan ofendido con el ofrecimiento?

No sé. Yo le dije que no había hecho la propuesta para ofender, y lo que surgió de ahí fue la alianza con el Partido Verde. Eso significa que progresistas y verdes hoy son verdes.

Lo más curioso de esa alianza es que en ambas puntas estén dos líderes como Peñalosa y Petro, que no se pueden ver ni en pintura… ¿Quién entiende la política?

Esas incoherencias son las que generan desconfianza frente al verdadero programa de un partido político.

¿Pero todavía es posible que una tercería se escoja por una consulta interpartidista entre Clara López, Peñalosa y Navarro?

No la veo. Entre otras cosas, porque al Polo nadie le ha planteado una consulta interpartidista.

Navarro parece estarle coqueteando al Polo, ahora que se quedó con los verdes…

Para que se cumpla ese objetivo hay varios pasos previos. Uno de ellos es contar con la contraparte. Una conversación de ‘yo con yo’ con las decisiones unilaterales por las que ha optado el doctor Antonio Navarro en su unidad con Peñalosa y los verdes deja muy poco margen de maniobra para una conversación y un posterior acuerdo con el Polo.

Si la conversación de Navarro no es ‘yo con yo’ sino ‘yo con Clara’, ¿lo consideraría?

Siempre estoy en disposición de conversar con todo el mundo. Negarse uno al diálogo no solo es antidemocrático sino una actitud política que jamás he compartido. El diálogo tiene que ser fluido, así no se llegue a acuerdos.

¿Cree que Petro merece una sanción del Procurador por la forma como ha gerenciado la ciudad?

Aunque la facultad del Procurador existe, dejo constancia de que no comparto que pueda destituir a funcionarios de elección popular. Ahora, Petro ha tomado una serie de determinaciones que se ven enmarcadas en conductas típicas que para cualquier otro funcionario merecerían sanción.

Independientemente de las razones ideológicas…

El tema de si se debe ir o no tiene que ver más con sus propias actuaciones. Prevalecen los factores de gestión, aunque el subfondo ideológico siempre está presente en la lucha política.

Petro viene amenazando con consecuencias insurreccionales en caso de su suspensión o destitución…

Eso lo hace más para amedrentar y es una absoluta desproporción. No creo que las condiciones del país ni la figura misma del alcalde Petro den para tanto.

Acláreme un dato histórico. ¿Petro se fue del Polo, más que por los escándalos de Samuel Moreno, porque no le dieron gusto en ser el presidente del partido?

Y por una razón complementaria. Recién terminado el debate electoral, mientras reclamaba la presidencia del partido, entró en conversaciones con el presidente Juan Manuel Santos para buscar acuerdos mientras el mismo Polo estaba decretando la oposición al gobierno del Presidente. Actuó como ‘llanero solitario’ tratando de llevar al partido a su política sin los procesos de decisión colectiva que acostumbramos para tomar decisiones en el Polo.

¿Para dónde va el partido Comunista: para el Polo, para los verdes o para la Marcha Patriótica?

No lo sé, pero tenemos la voluntad de conversar con todos los sectores.

Vi que Iván Cepeda quedó incluido en la lista del Polo…

Su decisión ha sido la de permanecer en el Polo y ha tenido una actitud ejemplar en el Congreso de la República como miembro de esta bancada.

¿Es puro chisme que hay diferencias entre usted y el senador Robledo?

Chisme. Diferencias tenemos muchas, discusiones sobre las perspectivas políticas, pero somos perfectamente camaradas. Tenemos un proceso de entendimiento al interior del Polo que está por encima de cualquier prueba.

¿Por qué cree que las próximas elecciones abrirán el espacio que busca la izquierda para llegar al poder?

Porque observamos que amplios sectores del pueblo colombiano se están sacudiendo, corriendo el pelo de los ojos, y después de una larga noche de conformismo y de miedo, y la única alternativa real de cambio que hay en el proceso político de cara a las próximas elecciones, que encare las preocupaciones profundas del pueblo colombiano, son los sectores que no han gobernado al país.

Me reconocerá que no son muchas las razones para creer que la izquierda en Colombia, y particularmente el Polo, estén listos para gobernar. Samuel Moreno y Petro son pésimos ejemplos…

Los seis meses que estuve en la Alcaldía de Bogotá no solo demostré que podía gobernar sino gobernar bien. Lo hice con las políticas del Polo Democrático y con los equipos de mi partido. Uno no le puede endilgar a todo un colectivo los garrafales errores de quienes no siguen su ideal, y eso es lo que han querido hacer con el Polo.

¿Pero eso no tiene consecuencias políticas?

Es injusto invisibilizar el énfasis en inclusión y la inversión social en función de unos escándalos por los que desde luego nos han castigado, y merecidamente, pero que no representan lo que es el proceso político de un partido que se ha venido construyendo no durante los últimos 5 sino 50 años, en medio de un conflicto armado en el cual han sido diezmados el grueso de sus dirigentes.

¿De llegar a la Presidencia, qué tan drásticos serían los cambios que introduciría en el manejo económico?

Planteamos en nuestro programa, como meta principal, la consecución del pleno empleo. Eso no lo va a conseguir el presidente Santos con los paños de agua tibia de la ley del primer empleo. Solo con cambios estructurales en la política económica que pongan a la par la creación de empleo con la lucha contra la inflación. Eso implica una política de reindustrialización del país, de desarrollo rural y de una minería que atienda el interés nacional. Eso no lo logrará un modelo económico basado en el libre comercio, en las privatizaciones y una minería extractivista que, al decir de los estudiosos en temas tributarios, en algunos casos hemos pagado para que se lleven el carbón, en lugar de que ellos paguen impuestos para resembrar los recursos naturales en justicia social.

¿Si esa alternativa de la izquierda se abre, es con las Farc o sin las Farc haciendo política?

La paz es el bien más estratégico que tiene en su mira el pueblo colombiano. Debo resaltar el valor que tuvo el Presidente al iniciar los diálogos. Pero criticar su falta de claridad y de empeño para sacarlos a feliz término.

Tengo un moderado optimismo de que vamos a conseguir la paz, pero posiblemente no en el gobierno del presidente Santos, caso en el cual debo decirle que nosotros tenemos el compromiso férreo de completar la labor y de honrar los acuerdos a los que él haya llegado en representación del Estado colombiano.

El Tiempo, Bogotá.

 

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