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Nacional

Nuevos sistemas de colonización

Por Stella Maris Biocca*  

La colonización es desde siempre el sometimiento de pueblos y Estados en beneficio de otro sea este un Imperio o un hegemón.

Claro está que según vemos en la historia lo que cambia es la metodología. De la fuerza desarrollada por ejércitos de ocupación, para el dominio político y la apropiación económica se fue pasando a otros más sutiles pero igualmente eficaces.

Las teorías económicas, el establecimiento de sociedades multinacionales,

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Por Stella Maris Biocca*  

La colonización es desde siempre el sometimiento de pueblos y Estados en beneficio de otro sea este un Imperio o un hegemón.

Claro está que según vemos en la historia lo que cambia es la metodología. De la fuerza desarrollada por ejércitos de ocupación, para el dominio político y la apropiación económica se fue pasando a otros más sutiles pero igualmente eficaces.

Las teorías económicas, el establecimiento de sociedades multinacionales,

las inversiones extranjeras que no admiten restricciones legales, el endeudamiento externo, la concentración de medios de comunicación la transculturalización y finalmente el control electrónico son herramientas apropiadas para mantener un sistema internacional en donde una potencia y cinco o seis Estados centrales sometan a diversos grados de colonización al resto de los Estados.

Hace tiempo, en el Congreso Internacional de Americanistas de Sevilla (2006) nos preguntábamos si:

¿Pueden los países que nacieron en el siglo XV y XVI como una extensión y apéndice de la economía europea y que ,en gran medida, sus procesos de independencia se debieron a la fuerza expansiva del capitalismo mercantilista y a la conquista de territorios y productos para implementar un sistema de monopolio comercial[1], elegir el sistema de inserción al mundo?

Según Ricupero, quien cita a Caio Prado Junior y Fernando Novais el tipo de inserción en la economía mundial fue la que determinó la naturaleza de la colonización, cuestión clave para entender la evolución de las nuevas naciones.

Es importante diferenciar entonces, la colonización de “exploración y explotación” típica de la efectuada en América Latina, de la de “población” como fueron las del norte de EE.UU., Canadá y Australia.

En aquellos territorios, donde se producían productos apropiados al comercio para los que existían mercados europeos interesados, se estableció un patrón que en el caso de la mayoría de las naciones consistió en latifundio y esclavitud (Brasil, Cuba, Haití Jamaica, Alto Perú y el sur de EE.UU.) y con diferente característica respecto a la esclavitud en Argentina, por el tipo de producto agrario que no requería de esa mano de obra, resultando suficiente la del gaucho. En todas ellas la colonización fue preponderantemente de exploración y explotación de recursos que fluían rápidamente hacia las metrópolis europeas.

Pero la similitud estriba en la inserción dependiente a partir de un comercio dirigido a la producción primaria y en la consecuencia simultánea de una integración con la economía mundial y una fragmentación interna, siendo un caso paradigmático la destrucción de la incipiente industria del norte argentino (Tucumán).

Después de la Declaración de la Independencia Política ¿devino una independencia económica que permitiera a la par una inserción plena y autónoma en la comunidad internacional?

Para Emir Sader América Latina fue colonizada para ser colonia y sentirse colonizada y supeditarse a las metrópolis y al imperio. Este autor analiza como America latina imita de forma mecánica el modelo único consagrado y subordinada a las potencias del centro del sistema. (La continuidad posneoliberal, diario Página 12 del 20/9/13).

Si bien el comercio dirigido y la fragmentación interna continuó en Argentina (excepto un periodo del siglo XX 1946 /55) y se incremento desde 1966 para constituirse desde 1976 en verdad instalada según la cual la inserción en el mundo exigía cambios en la estructura jurídica afirmándose que la única forma de crecimiento económico posible era a través de las inversiones externas sin condicionamiento alguno y actuar en el mercado internacional a través de las empresas transnacionales, cuyos métodos operativos eran facilitados por doctrinas jurídicas y económicas[2] aparecidas durante la década de 1960. Con diferentes fechas e intensidad el fenómeno es observable en el resto de Sudamérica.

TRASLACIÓN DEL PODER POLÍTICO A LAS EMPRESAS

El método operativo de las empresas transforma las relaciones jurídicas, comerciales y financieras externas en operaciones internas de las empresas. No extraña entonces que se comience a observar la traslación de los ejes del poder político de los países subdesarrollados a dichas empresas, que imponen el ritmo propio de su desarrollo a la par que los Estados retroceden tanto en el control de la propia economía cuanto en la adopción de medidas para asegurar el bienestar general, es decir las medidas que el Estado adopte no deben contrariar el criterio imperante en la empresa, que tienen por fin maximizar beneficios y no el fin propio del Estado es decir, el bien común.

Lentamente se produjo un vaciamiento de los sistemas decisorios nacionales de consecuencias imprevisibles para los países periféricos.

En los países fragmentados donde predomina la lógica de las empresas multinacionales o transnacionales para ordenar la actividad economía se produce necesariamente la tensión interregional, la exacerbación de las rivalidades corporativas y la formación de bolsones de miseria, todo lo cual conduce a la inviabilidad del proyecto nacional[3].

El riesgo que Ricupero señala es que esta tensión entre la integración interna y externa, reproduce el patrón colonial; efectúa un tipo de inserción global incapaz de producir el dinamismo generador de empleo bien remunerado condición a su vez de inclusión en el mercado nacional; incrementa los sectores excluidos o apenas participantes de forma marginal y genera una desigualdad monstruosa que amenaza la cohesión social por medio de violencia y criminalidad.

A mi juicio estos riesgos y consecuencias no solo se producen en el orden interno sino también en la región sudamericana.

La cuestión es decidir si, en esta globalización queda un margen de autonomía nacional decisoria, o si sólo queda resignarse al modelo exclusivo e invariable de economía y sociedad que propugnó el Consenso de Washington.

Las políticas prescriptas por el FMI e indirectamente por los países centrales constituyen un liberalismo singular si se analiza la publicación de Friedich von Hayek[4] por cuanto las fórmulas prescriptas a los países periféricos no siempre coinciden con el ideario liberal ni en cuanto a los Estados que deben adoptarlo, ni en cuanto al objeto de la libre circulación, ya que sí aceptan la eliminación de las barreras al libre flujo financiero, a la libertad de las inversiones, circulación de mercaderías y servicios ,en cambio ,no adoptan igual criterio para la circulación de los trabajadores. Aún en el libre comercio que propugnan, excluyen ciertos productos por ejemplo los agrícolas, que son aquellos que en general predominan en las exportaciones de los países subdesarrollados. Apertura irrestricta para los países subdesarrollados y proteccionismo para los Estados desarrollados es la fórmula de este “singular liberalismo”.

Es como se advierte una globalización ideológica en el sentido que a la palabra le dio Manheim: ideología como sistema de creencias y valores aparentemente objetivos y científicos pero que disfrazan en realidad los intereses de grupos o de naciones poderosas cuya política refleja la visión de sus clases dominantes[5].

Una de esas creencias pseudocientíficas es la que afirma que el Estado Nación tiende a desaparecer como consecuencia de la globalización. Los países centrales son prueba de lo contrario y acaso la mayor evidencia la ofrece EEUU que posee el mayor despliegue de instrumentos de poder internacional, no sólo frente a los diversos países sino también, respecto a las organizaciones internacionales políticas o financieras .Se observa también en el orden jurídico por cuanto no sólo no ratifica los Tratados o Convenciones vigentes en la comunidad internacional (rechazo que lo hace en nombre de su soberanía) sino que se desentiende de la legalidad internacional para aplicar su teoría preventiva ,o la reserva del unilateralismo pese a integrar la OMC. Por tanto, parece claro que los Estados que deben reducir sus funciones y facultades son los de los países subdesarrollados y periféricos.

CONSENSO CONDICIONADO O IMPUESTO

La imposición de creencias para lograr el consenso en equilibrio variable con la fuerza constituye el ejercicio normal de la hegemonía, siendo a veces incorporada la corrupción como elemento necesario para no usar la fuerza y obtener el consenso (Gramsci)[6].

El consenso puede ser el resultado de una sugestión por creer que se puede aceptando las propuestas, sin analizar consecuencias, obtener el mismo grado de crecimiento o éxito económico de los países desarrollados (es un ejemplo la ilusión de Argentina en la década del 90 con pasaje al primer mundo si aceptaba todo cuanto recomendaba el FMI).

El análisis de Perry Andersen referidos a los casos de China, Rusia y la ONU es plenamente aplicable a los países latinoamericanos.[7]

Podría afirmarse que se presta consentimiento en miras a la inserción global, pero en verdad este no es sino un consenso condicionado o impuesto.

Condicionalidad no sólo para acceder al crédito internacional sino también, para la colocación de los productos exportables, para las relaciones del comercio internacional, para las radicaciones de inversiones, para refinanciar la deuda externa, etc. El consentimiento del condicionado no excluye la dominación en un sistema imperial: la historia recuerda el consentimiento de las ciudades a Roma acosadas a conformar alianzas o ser dominadas por los ejércitos[8].

Pero aunque se observe que a esta globalización se le puede oponer una regionalización democrática, solidaria, no sólo económica sino también social cultural y política para una inserción que procure el desarrollo y el bienestar de los pueblos, es necesario optar por el tipo de integración que tenga esos fines y no encubra la consolidación de un imperio.

En América Latina coexisten diversos procesos de integración no sólo en cuanto a su estructura jurídica, sus fines y sus actores, sino también respecto al propio objetivo en orden a la globalización, la que se quiere presentar como el único sistema de interrelación internacional.

Aúnn la idea de regionalismo se torna equívoco porque es preciso diferenciar si se trata de un regionalismo abierto o no. El regionalismo abierto propone la apertura de las economías nacionales y la desregulación para una mayor competitividad de la economía internacional dejando librado al mercado el alcance de la integración si la hubiere. Es afín a los postulados de la liberalización global de la OMC y con el Consenso de Washington.

La idea de un regionalismo que no sea meramente comercialista, que contemple la cuestión social, que no deje la conducción del proceso en la iniciativa privada exclusivamente, que procure un desarrollo sustentable, con equidad y con instituciones desarrolladas, se opone al regionalismo abierto el cual es funcional a la globalización.

FORMAS DE GLOBALIZACIÓN

Pero como el proyecto de globalización continúa, se intentan nuevas formas de lograrla.

Es así como se presenta al ALCA como un proyecto sin alternativa posible de suerte que la integración hegemónica debe admitirse como el destino inevitable para Latinoamérica.

Es cierto que, desde el 2003 y en particular desde 2004 en Puebla la suerte del ALCA parece sellada, la cual es definitiva en noviembre del 2005 en Mar del Plata; pero de inmediato surge la idea de suscribir tratados con los distintos países y en parte se está logrando.

En este sentido se puede mencionar: El tratado entre EE.UU. y Chile; el tratado que suscribieron con Centroamérica y Rep. Dominicana y con los tres países andinos Colombia, Perú y Ecuador aunque este país no ratificó, quizá Uruguay ceda en lo que da en llamar “la segunda oportunidad” a la tentación de suscribir un tratado similar basado en la disconformidad que manifiestan con el MERCOSUR y porque entienden que un mayor acercamiento a EE.UU. redunde en una ampliación de sus exportaciones. Lo cierto es que, salvo algunas excepciones (Ecuador, Venezuela y MERCOSUR) el mapa de Latinoamérica se ve entrelazado por acuerdos que no difieren del ALCA, por ello su parálisis en tanto bloque es meramente formal y temporario.

El ALCA no pretende sólo el comercio internacional, sino una relación de poder político, este objetivo es el decisivo. El camino hacia la globalización en términos de dependencia para los países periféricos de América Latina no se detiene y señalo esta diferencia por cuanto el AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones) no fue receptado por los países europeos que no admitieron su contenido. En cambio lo reproducen en los tratados que suscriben EE.UU. o los países centrales con América Latina.

Las relaciones con ALCA importa la negociación con la potencia más poderosa que en el espacio regional que intenta crear, procura organizar la globalización conforme a sus intereses. Ello es lógico en las relaciones del derecho internacional tradicional, pero no en un proceso integrativo en el que los intereses a resguardar son los regionales y no los nacionales.[9] En cambio es una clara manifestación de patrón colonial.

Tanto en el ALCA, como en los tratados bilaterales ya sea de libre comercio como los reguladores de algunos de sus temas se advierte:

a) la protección exclusiva y excluyente de las inversiones extranjeras en las que se otorgan derechos a los inversores y se limita o aun se suprime la facultad de los Estados para establecer reglas que puedan proteger el bienestar público, resguardar el medio ambiente, atender el debido cumplimiento de los servicios públicos o fijar las metas para que las inversiones procuren el desarrollo del pueblo y el respeto por los derechos humanos.

b) la determinación de la jurisdicción y la definitiva sustitución de la jurisdicción judicial del Estado por la arbitral externa.

c) la amplitud de la noción de expropiación que comprende también la denominada “expropiación indirecta” o “medidas equivalentes” por lo que se considera tal, cualquier medida que adopte un gobierno y disminuya la ganancia esperada ,aun cuando esta sea una medida general adoptada ante una crisis importante y grave.

d) impide toda medida de control de capital aunque esta sea necesaria para prevenir o evitar las crisis financieras internacionales.

e) prohíbe los requisitos de desempeño con lo que se impide la adopción de exigencias a los inversores para que la misma sea beneficiosa para el Estado receptor, otorgando a los inversores privilegios inauditos (no sujetarse al régimen de compras interno, no requerir que se exporte, etc.).

f) beneficios en los diversos temas tales como compras del sector público; propiedad intelectual; servicios, comercio electrónico, etc.

Para que la estrategia de la globalización se imponga, se procura mediante la firma y adhesión de “tratados tipo” bilaterales que los países adopten jurídicamente las reglas necesarias para la misma.

La existencia de lo que llamamos el entramado jurídico facilita la concreción de los objetivos de la globalización, tanto como la conciencia cultural que se afirma a través de creencias del orden internacional adecuado e inmodificable.

Este sistema de relaciones internacionales predispuestas se vincula con la situación interna de los Estados en el orden político, económico e institucional

Para constatarlo tomamos como ejemplo Argentina durante la dictadura de 1976 a /1983 y en especial el periodo 1990 /2003 pero es similar en el resto de Latinoamérica.

Situación política: por la notoria pérdida de autonomía y poder decisorio de los Estados gravemente debilitados por las distintas Dictaduras.

Económica y financiera por un endeudamiento agravado e impagable.

Institucional por cuanto los poderes del Estado carecen de facultades decisorias reales, actuando como simples organismos gerenciales.

Jurídica porque la trama legislativa interna determinada por reglas internacionales impiden mas allá de lo declamatorio, atender el interés nacional y regional.

La privatización del derecho internacional puso en crisis el ejercicio de los atributos del Estado (administración, legislación y jurisdicción) artilugio que permite universalizar la privatización del poder económico.[10]

Desde otro punto de vista la insistencia en la Justicia Privatizada internacional puede neutralizar y paralizar el proceso integrativo no hegemónico, integral y no solo comercialista.

El tema es la secuela lógica de la privatización del derecho internacional y desde luego es la función acorde con la preponderancia de las sociedades multinacionales o transnacionales, actores cuasi exclusivos del proceso de integración cuyo fin último es la globalización, entendida la comunidad internacional como un mercado, con sólo unos pocos Estados desarrollados dirigiendo a países mas o menos inviables.

Por fin no sólo el mercado es erigido en sustitución del Estado en los países periféricos, sino que también existen mercados globales que actúan abiertamente contra la ley de los Estados.[11]

Pero se debe admitir que no sólo el proyectado ALCA o los acuerdos bilaterales que lo van reemplazando, desequilibró el proceso integrativo en Latinoamérica, las crisis monetarias y financieras de Brasil y Argentina iniciadas en el final del siglo XX, sumada a la falta de institucionalidad adecuada, sumieron al MERCOSUR en una parálisis evidente sin que se notara una decisión política real y no declamada de revitalizarlo. Los restantes procesos de Sudamérica tampoco evolucionaron logrando los objetivos enunciados.

POR UNA INTEGRACIÓN EQUILIBRADA Y SOLIDARIA

La alternativa entonces, será una integración equilibrada, armónica, solidaria que materialice la justicia en la cuestión social y procure un desarrollo sustentable. Esto es posible solo con una acción conjunta de los procesos integrativos profundizados. La ampliación indiscriminada del MERCOSUR puede ser riesgosa si sigue solo limitada a cuestiones comerciales.

En la III Cumbre Presidencial Sudamericana celebrada en Cuzco en el 2004 nace La Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) con el objetivo de integrar a MERCOSUR, la Comunidad Andina, Chile, Guyana y Surinam sobre tres pilares:

a) la concertación de políticas exteriores y la proyección internacional de Sudamérica, como así también, la consolidación democrática,

b) la integración económica a partir de la convergencia entre CAN y MERCOSUR,

c) la integración física, de la energía y de las telecomunicaciones; la armonización de políticas, entre otras, en agricultura, ciencia y tecnología y como fin promover la interacción de empresas y sociedad civil en un rol efectivo en el espacio sudamericano.

UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) es una entidad de naturaleza política, el Tratado Constitutivo del 23 de mayo del 2008, le acuerda personalidad jurídica, y fija los objetivos de las políticas sociales, la educación, la energía, etc., con miras a fortalecer la democracia, la soberanía e independencia de los Estados, la dirección política corresponde a los Jefes de Estado y a los Ministros de Relaciones Exteriores les corresponde las decisiones ejecutivas. Para Venezuela, la CSN está destinada a suplir al MERCOSUR y a la CAN en tanto modelos de integración acorde con esquemas neoliberales. En cambio, Argentina y Brasil propician una gradualidad siendo por ahora, compatibles con los citados procesos.

Lo cierto es que UNASUR ya ha obtenido algunos logros habiéndose definido una agenda de prioridades en la concertación política que incluye la integración física, el dialogo político, el medio ambiente, la integración energética, los mecanismos financieros, las asimetrías, la cohesión social y las telecomunicaciones.

En el informe de Sanahuja a la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo[12] se analizan distintas motivaciones en la propuesta energética de UNASUR : Venezuela la considera una cuestión geopolítica y ve en la integración energética la espina dorsal de un proyecto para la autonomía regional en particular frente a EE.UU.; Brasil y Chile con una visión mas pragmática centran la cuestión en la seguridad energética y Chile en especial el acceso al gas de forma eficiente y sin las tensiones en sus relaciones con Argentina y Bolivia.

Esta Región ha expresado su preferencia por el multilateralismo como opción de política exterior y se puede avanzar en concretos logros en determinados temas:

a) La defensa de los derechos humanos.

b) La cooperación internacional y los objetivos de Desarrollo del Milenio con la aplicación a los países de renta intermedia en relación a la cohesión social y desigualdad que caracteriza a los países latinoamericanos.

En noviembre del 2010 se suscribió el Protocolo Adicional s/ compromiso con la Democracia que refuerza y regula la defensa de la democracia en los casos de ruptura o amenaza de ruptura del orden constitucional en los Estados miembros.

En octubre del 2005 Venezuela solicitó su adhesión como socio pleno al MERCOSUR. En el 2006 fue aceptada. Cabe señalar la resistencia a su admisión por parte de Paraguay.

Asimismo, las posibilidades de negociación de TLC entre EEUU con Paraguay y con Uruguay condiciona al MERCOSUR original.

Pero es interesante observar como la posición dominante expresada en UNASUR para modificar el patrón colonial que subsiste en la inserción de América Latina en la comunidad internacional es resistida ( por sectores internos y externos afines con el neoliberalismo)por lo que reaparece en el 2011 ,la denominada Alianza para el Pacífico (México ,Colombia. Perú y Chile). Si bien se presenta como una integración que coexiste con otros sistemas, no queda limitada a cuestiones comerciales sino que intenta sumarse a la red de TLC con lo que fractura los objetivos políticos y sociales de UNASUR.

CONCENTRACIÓN DE LA MULTIMEDIA Y SUSTITUCIÓN DE LA POLÍTICA POR EL MARKETING

Por último, la forma de mantener la colonización de América Latina es empleando los métodos comunicacionales. En Argentina se produjo a la par una concentración y una extranjerización de los multimedios.

Hayek decía en” Los fundamentos de la libertad” que la democracia es por encima de todo un proceso de formación de opinión. Luego los formadores de opinión han alcanzado un protagonismo sin precedentes, han desarrollado un modelo que enfatiza la imagen, la sensibilidad a las proyecciones del yo y a las identificaciones artificiales, aplicando técnicas de manipulación transferidas del ámbito del marketing al espacio de la política.

El éxito en la conformación de la opinión pública desarrollado por el neoliberalismo en América Latina tiene que ver con el uso de las estrategias comunicacionales, seleccionar temas que sensibilizan a la opinión pública y utilizarlos en su propio interés. Imponer candidaturas y descalificar a líderes políticos que no sigan sus dictados.

El centro de esas estrategias es el quiebre del consenso sobre el papel del Estado y la desvalorización de lo público a favor del interés privado. Redefinir el rol del Estado como mero administrador de funciones muy limitadas, ausente de las cuestiones que tienen que ver con la equidad, la integración social y el bien común. Relacionan los problemas de cada individuo con las falencias del sistema estatal. Así por ejemplo la corrupción se soluciona privatizando y desregulando.

Se sustituye la política por el marketing y por tanto se transforma al ciudadano en consumidor. Es para ello fundamental “despolitizar” a la sociedad.

Este régimen profundamente desarrollado en Argentina, explica la resistencia de los medios de comunicación a la ley de medios audiovisuales, que tras 4 años de su sanción recién puede aplicarse tras una enconada batalla judicial en distintos frentes (medidas cautelares en distintas provincias, y pedidos de inconstitucionalidad) que finalmente fue rechazada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Pero no concluye tampoco así la batalla judicial pues hay intentos permanentes de denuncias en el exterior por parte de comunicadores que defienden a la empresa, intentando que la ley que en verdad garantiza la pluralidad de expresiones no se aplique. Es que la ley impide los monopolios y restringe los oligopolios en defensa de la libertad de expresión.

Los medios cada vez más direccionan la cultura, a la que consideran un negocio y no la herramienta de construcción de la sociedad. Establecen pautas y valores ajenos sin atender a la riqueza de la diversidad cultural propia. Se desintegra la noción de servicio público y se promueve un constante descreimiento de lo propio a fin de que cada vez mas la sociedad sienta su propia desvalorización que justifica aceptar la superioridad de los Estados dominantes.

ESPIONAJE TECNOLÓGICO EN LA GLOBALIZACIÓN

A esta unidad globalizadora se suma el actual espionaje tecnológico que encuentra su validación en la existencia real o virtual del terrorismo. Luego por razones de seguridad debe aceptarse ser invadido por el espionaje de los Estados centrales que así garantizan la “libertad” de los Estados periféricos.

No es fácil como se ve, alcanzar la plena independencia, en parte por cuanto cuesta mucho modificar los esquemas culturales impuestos. Aunque en especial Latinoamérica, conoce día a día las mentiras en el orden nacional e internacional que los grandes medios difunden. Conocerlo es el inicio para resistir.

El conocimiento permitirá también encontrar el camino para superar la dominación económica y en especial porque se generaliza la idea de que para lograrlo América Latina necesita mantener y profundizar la integración regional con objetivos de democracia real y desarrollo integral con preservación plena de los derechos humanos.

Unasur es desde este punto de vista una esperanza.

NOTAS

[1] Rubens, Ricupero (2001) O Brasil e o dilema da globalización (Sao Paulo: Ed Senac).
[2] Biocca, Stella Maris (1973) 1975 Sociedades multinacionales y extranacionales (Bs As: Ed Zavalía).
[3] Furtado, Celso Brasil,a construcao interrompida en Ricupero ob.cit.
[4] von Hayek, Friedrich (1942) The Road to Serfdom en Ricupero ob.cit.
[5] Ricupero, R. (ob. cit).
[6] Gramsci, A. (1975) Quaderni dal Carcere , Turín, Vol III-1638.
[7] Andersen, Perry (2006) Forca e consenso en Selección de artigos traducción de New Left Review (Boitempo Editorial).
[8] Biocca, Stella Maris (2006) Jurisdicción internacional en las relaciones jurídicas y económicas en que el Estado es parte (Editorial de la Universidad Nacional del Sur Bahía Blanca).
[9] Biocca, Stella Maris (2001) Claves jurídico-políticas para la Integración Latinoamericana (Buenos Aires: Ed Zavalia).
[10] Biocca, Stella Maris (2006) Jurisdicción internacional Ob cit
[11] Podetti, Humberto Crisis global,derecho e integración regional Ponencia presentada en la II Jornadas Internacionales de Integración, La Plata 8/10 de junio 2005; Instituto de Integración Latinoamericana UNLa Plata, Argentina.
[12] Sanahuja, José Antonio Documento presentado a la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo Documento de estrategia “Hacia el logro de un verdadero multilateralismo en las relaciones entre la Unión Europea y América Latina”. 27 de marzo de 2006

*Abogada argentina, especialista en Derecho Internacional.

Buenos Aires.

 

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