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Nacional

Otra visión del TLC

Por Mauricio Cabrera Galvis  

Mientras la producción industrial cae un espantoso 10% en el mes de marzo como resultado de las políticas oficiales de apertura hacia adentro y revaluación, el gobierno colombiano se dedica a hacer pirotecnia verbal, como acertadamente la llamó Amylkar Acosta, y hasta publica

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Por Mauricio Cabrera Galvis  

Mientras la producción industrial cae un espantoso 10% en el mes de marzo como resultado de las políticas oficiales de apertura hacia adentro y revaluación, el gobierno colombiano se dedica a hacer pirotecnia verbal, como acertadamente la llamó Amylkar Acosta, y hasta publica

costosos avisos de prensa para justificar los malos resultados del primer año de vigencia del TLC. Del otro lado, el gobierno norteamericano se regocija con emoción por lo mucho que ha logrado.

Los resultados globales son desastrosos. Según las cifras del Departamento de Comercio de EE.UU., el año pasado las importaciones provenientes de Colombia (es decir nuestras exportaciones a ese país), distintas a combustibles, café y piedras preciosas cayeron (¡sí, cayeron!) 6%. Por su parte el Dane reporta que en el primer trimestre de este año ese grupo de exportaciones (que no necesitan TLC) volvieron a caer 10,8%. Por supuesto hay algunos casos de éxito en medio del desastre generalizado, y las ventas de unos pocos productos han tenido ligeros incrementos.

Desde el punto de vista de EE.UU. hay satisfacción y júbilo: “Al celebrar un año de la ampliación del comercio entre Estados Unidos y Colombia, las empresas, agricultores, ganaderos y trabajadores norteamericanos ya están teniendo tremendos beneficios gracias a la baja de aranceles lograda con el TLC”, dice el comunicado oficial del encargado del comercio exterior de ese gobierno (Ustr por sus siglas en inglés).

Estas afirmaciones las respalda el Ustr con cifras contundentes: “Los resultados muestran que la industria de EE.UU. está tomando ventaja del mayor acceso que tiene al mercado colombiano. Entre mayo 2012 y mayo 2013, las exportaciones de bienes norteamericanos a Colombia llegaron a US$15.900 millones, con un crecimiento del 20% respecto del mismo período del año anterior. Las exportaciones de equipo de transporte crecieron un sustancial 61% hasta US$1.400 millones (…) las de comidas procesadas han tendido significativos incrementos, brincando 129% hasta llegar a US$694 millones. Computadores y productos electrónicos también mostraron ganancias, creciendo 17% hasta US$2.300 millones”.

En la agricultura también registran ganancias: “Como Colombia es el segundo comprador de productos agrícolas de EE.UU. en Suramérica, no es sorpresa que la baja de aranceles lograda con el TLC haya abierto aún más ese mercado. Las exportaciones de soya brincaron 467% hasta USD 118.6 millones, y productos lácteos crecieron 214% hasta US$24,7 millones. Exportaciones de productos de cerdo crecieron 66% hasta US$45,2 millones, y las de uvas crecieron 36% hasta US$9,3 millones. Las de trigo crecieron 15% en el mismo período hasta US$186,4 millones”.

Y la conclusión del Ustr es contundente: “El potencial del comercio entre EE.UU. y Colombia es emocionante. El gobierno colombiano ha seguido políticas para promover la apertura de su mercado y la competitividad, y ha sido recompensado con más comercio. El futuro de nuestra relación económica, construido sobre el TLC, es brillante”.

¿Para quién es brillante ese futuro? Estos resultados deficitarios de la balanza comercial se van a agudizar. Hay que recordar que el mismo Banco de la República en un estudio realizado en el 2006 pronosticaba que con el TLC el déficit comercial con EE.UU se incrementaría en US$600 millones de dólares, pero en un período de 4 años.

El deterioro fue mucho más rápido de lo esperado, porque cuando se hizo ese estudio el dólar estaba a $2.400, y no se esperaba la recesión producida por la crisis financiera del 2008. Con esos factores el futuro si es brillante para las ventas de EE.UU. pero oscuro para nuestras exportaciones.

20 de mayo de 2013.

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