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Nacional

Populismo asqueroso

Por Octavio Quintero  

Hoy en día, una humilde madre o padre pueden perder a su hijo porque lo llevan con él al trabajo que, por necesidad, desarrollan por las calles como vendedores ambulantes.

El Código de la Infancia y la Adolescencia así lo dispone, al extender sobre los niños y niñas colombianos

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Por Octavio Quintero  

Hoy en día, una humilde madre o padre pueden perder a su hijo porque lo llevan con él al trabajo que, por necesidad, desarrollan por las calles como vendedores ambulantes.

El Código de la Infancia y la Adolescencia así lo dispone, al extender sobre los niños y niñas colombianos

una protección especial… Y eso está bien. Podría ser que esa madre no quiere desprenderse del niño o niña, dejándole en un hogar comunitario mientras trabaja; podría ser también que desconfía del sistema porque, casos se han dado del descuido, mal trato y mala atención que reciben los menores en algunos de estos centros.

El caso es que los niños y niñas están protegidos contra abusos, maltratos y explotación de mayores, incluyendo a sus padres y parientes más cercanos.

Ese Código es extenso y, en manos de exégetas del derecho, puede tener múltiples interpretaciones como, por ejemplo, considerar como indebido, la  utilización de los menores en campañas políticas.

Por ejemplo, el más connotado líder político de Tocancipá, Uriel Pardo, no se ha podido zafar de una demanda que le instauró el veedor cívico, Roberto Restrepo, por haber utilizado a sus propios hijos en la pasada campaña, a quienes les colgó en pecho y espalda letreros que insinuaban algo así como, “vote por mi papá”, (cita no textual).

Pues, fuera bueno que alguien elevara consulta ante autoridad competente, con el fin de establecer si las forzadas fotos que los políticos en campaña se hacen tomar con los menores constituyen también una explotación indebida de los adolescentes que, entre otras cosas, a su edad, no tienen ni la menor idea de los avatares que se desarrollan en una contienda política dentro de la cual son usados con evidente abuso de su inocencia.

A los dos rivales más enconados de cara a las elecciones del 2014 –Santos/Uribe o viceversa- se les ha visto muy activos abrazando, besando, alzando y posando con niños y niñas, ojalá de color y bien pobres, insinuado a los electores que ellos los aman y se duelen de su condición, en un mensaje subliminal que podría ser:”vote por mí, para que esto se acabe”…

14 de agosto de 2014.

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