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“Que no panda el cúnico”

Por Octavio Quintero  

Ese tal paro agrario nacional sí existe, Presidente. Se vive… Se siente…

Debemos entender que la primera responsabilidad de un Jefe de Estado es que no cunda el pánico en momentos de angustia colectiva. Pero de ahí a ocultarle a la gente la realidad de la situación,

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Por Octavio Quintero  

Ese tal paro agrario nacional sí existe, Presidente. Se vive… Se siente…

Debemos entender que la primera responsabilidad de un Jefe de Estado es que no cunda el pánico en momentos de angustia colectiva. Pero de ahí a ocultarle a la gente la realidad de la situación,

es una arriesgada estrategia política que se puede traducir en una desaprobación social de resultados impredecibles.

El presidente Santos debiera calzarse los zapatos de los agricultores de papa o lecheros; debiera irse de mercado a Corabastos e, inclusive, a estas alturas, a cualquier tienda de barrio ahora llamadas “supermercados”: las vitrinas se están vaciando.

Si eso no es evidencia de un paro…

El que tenga ojos que vea y oídos que oiga… Tunja está sitiada; Bogotá, casi… Arde al sur (Cauca y Nariño) y se subleva el Llano. Ese tal paro, va para largo… “La joda es en serio”, dicen en su buen romance los boyacos.

El presidente Santos está como ese que tratando de calmar a la familia en medio de un accidente les dice… “no es nada lo del ojo”, y con él en la mano.

Aquí se mencionan dos o tres cosas puntuales del sancocho social que hierve por todas partes: ya vienen los maestros y siguen los estudiantes; los cafeteros no se conforman ni los camioneros se acomodan a unos fletes de ruina… Es lo que dicen, y por algo será que andan en paro.

Crece la audiencia, como en  el sueño de las escalinatas. ¿Qué tal lo de la salud? El ministro del ramo, escandalizado porque se murió un paciente dentro de una ambulancia que quedó atrapada en un corte… Muy lamentable, por supuesto… ¿Pero, sabrá el ministro cuántos pacientes mueren a las puertas de los hospitales y clínicas (los que alcanzan a llegar), víctimas de ese criminal modelo que el gobierno se empeña en defender y sostener? ¿Y los pensionados?… acumulando miseria año tras año en que el reajuste de sus mesadas apenas reconoce la inflación.

¡Pare de contar! La lista es larga: los desplazados y desempleados y los sin tierra; los pequeños y medianos empresarios quebrados y la corrupción… ¡ah, la corrupción! En medio de todo este maremágnum, los burócratas de confianza y manejo, y los gestores del sector privado, viendo a ver qué más roban…

Ese tal paro no existe en la medida en que debiera existir… Debiera ser mayor… Quizás fue eso lo que nos quiso decir el Presidente. Así que… “Que no panda el cúnico”.

26 de agosto de 2013.

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