Nacional
RELATORIA FORO IDEOLÓGICO PDA
Comisión Segunda: Tesis sobre contexto, coyuntura general y papel del PDA.
La comisión se instaló con una breve presentación del profesor César Giraldo sobre las relaciones de los partidos de izquierda con los movimientos sociales. Señaló que los partidos de izquierda no se pueden limitar a acercarse al movimiento sindical, pues en el sistema actual los explotados no son solamente los obreros asalariados.
Comisión Segunda: Tesis sobre contexto, coyuntura general y papel del PDA.
La comisión se instaló con una breve presentación del profesor César Giraldo sobre las relaciones de los partidos de izquierda con los movimientos sociales. Señaló que los partidos de izquierda no se pueden limitar a acercarse al movimiento sindical, pues en el sistema actual los explotados no son solamente los obreros asalariados.
Luego de la presentación del profesor Giraldo, se leyeron las ponencias, las cuales se anexan a esta relatoría. En seguida se inició la discusión, en la que se pueden ubicar los siguientes ejes de debate:
- Sobre la situación internacional y la crisis capitalista
El capitalismo ha tomado múltiples formas de explotación y acumulación que superan el análisis clásico de las contradicciones. Los proceso de inflación, el crédito global, la especulación financiera, el endeudamiento de los países para mitigar las consecuencias del modelo, la desregularización laboral y la liberalización económica han desdibujado tanto las relaciones económicas que se identificaban en el análisis clásico de la economía, que hoy día el mismo capitalismo se ve afectado como sistema y fracasan incluso sus propias teorías, demostrando incapacidad para analizar y comprender sus lógicas perversas y devastadoras de acumulación, tal y como lo está evidenciando la crisis europea o la situación del medio oriente que está agudizando un conflicto que puede tener alcances mundiales.
Existe una eminente crisis del capitalismo a escala global que se evidencia en la emergencia de expresiones de inconformidad social, en derrumbamiento de economías nacionales y de dispositivos de regulación que empiezan a imponerse por parte de los agentes transnacionales de este modelo, al resto de países y que empiezan a profundizar las situaciones de desigualdad, pobreza y la crisis humanitaria alrededor de todo el mundo.
Se señalan los impactos diferenciales que tiene esta crisis y de manera particular, los impactos de género, pues son mayoritariamente las mujeres quienes soportan las consecuencias de este colapso social y económico del modelo capitalista: feminización de la pobreza, desempleo femenino, inserción laboral en condiciones precarias, salarios desiguales y menores, vinculación a la economía informal, restricción a la seguridad social y barreras de acceso a los servicios, entre muchas otras consecuencias que evidentemente son más graves para mujeres que para hombres en el país.
En una de las opiniones se planteó que no hay crisis del capitalismo como tal, sino de su modelo de acumulación. La lectura que se haga de este fenómeno debe ser cuidadosa para no sobredimensionar el momento del contexto y entender que si bien éste nos genera oportunidades para seguir debilitando sus elementos estructurantes en términos sociales y políticos, no necesariamente hemos logrado debilitar sus estructuras económicas que siguen siendo el ordenador de las relaciones entre los países y entre las personas.
En el marco de las tensiones que está viviendo el modelo de acumulación capitalista, se deben potenciar procesos educativos y pedagógicos desde el PDA, de cara al país y a la opinión publica. Lo anterior significa, fortalecer procesos de propaganda y agitación que posicionen nuestras miradas y perspectivas del contexto global, que nos permitan el dialogo con académicos y estudiosos del tema, que nos permitan ser referente de opinión y análisis político en el país cuestionando el modelo y demostrando con nuestros argumentos, que el capitalismo ha sido incapaz de resolver problemas sociales y al contrario, los ha agudizado. Es el momento político para demostrar que la crisis del modelo de acumulación es a la vez, una crisis civilizatoria que exige la construcción de alternativas sociales, económicas y políticas.
- Sobre la situación nacional
Un elemento de contexto político nacional es la discusión sobre si existe o no un viraje del modelo de acumulación y de gobierno con Santos, cuestión que se niega en tanto el modelo del actual gobierno continua profundizando las inequidades y otorgando más poder económico a quienes son los principales agentes de la pobreza, la discriminación y la desigualdad en el país.
Las locomotoras del desarrollo en el gobierno de Santos están dando mayor poder a las EPS por ejemplo, a las transnacionales de los recursos naturales, a la imposición de economías de otros países sobre la nuestra en detrimento de la producción nacional, entre otros elementos que dejan ver que sigue gobernando a favor del imperio y en contra de los intereses nacionales, en razón de lo que debe fortalecerse la apuesta por una oposición beligerante desde el PDA.
Un elemento de mucha fuerza en el contexto nacional, es lo que tienen que ver con el desempleo y la crisis de los sistemas de protección social que han ido desdibujando en la ciudadanía, las nociones de responsabilidad del Estado como garante del mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades.
Frente la expoliación y expropiación de los recursos naturales del país también se configura un campo de disputa muy importante, que no solo tiene que ver con los impactos ambientales y sociales que esto conlleva, sino con la lucha política por la soberanía, el respeto a la biodiversidad y sobre todo, el respeto a la vida. Este tema debe volver al centro de los debates políticos del Polo y a su acción política en el escenario público.
Otro elemento de contexto nacional que se propone, es la lucha por la educación pública, científica, de calidad y al servicio del interés nacional, construyendo alternativas frente a la reforma que viene preparando el gobierno de Santos.
Otro elemento de análisis del contexto nacional que se propone, es la tenencia de la tierra en Colombia, pues es fundamental comprender las inequidades existentes y el comportamiento de las clases dominantes en el país, en tanto la apropiación terrateniente es uno de los pilares de su poder, a lo que se suma el uso de la violencia como estrategia de control social, despojo y defensa de sus propiedades que inicialmente eran de los campesinos, indígenas, comunidades negras y en general, del pueblo raizal de este país. Frente a este punto, se debe considerar que el problema de la concentración de la tierra se agravará con las políticas del gobierno nacional que apuntan a entregar la tierra a los monopolios nacionales y extranjeros, en el marco del fenómeno de acaparamiento y extranjerización de la tierra.
El uso de la violencia y las estrategias de guerra contra los campesinos, indígenas y comunidades negras en Colombia ha sido un motivo de desplazamiento y aniquilamiento de grandes poblaciones. Esto repercute en la fragmentación del movimiento campesino y de izquierda que ha dado la lucha por la tierra en el país.
La política de restitución de tierras del gobierno nacional es una burla a las victimas y responde a la formalización de los procesos de expropiación de tierras para entregarlas a los monopolios extranjeros.
Otro elemento de contexto, es la perdida de soberanía del país que se ve profundizada con los Tratados del Libre Comercio que el gobierno está firmando y que traducen su política en acomodar el país a las exigencias de los monopolios extranjeros, lesionando los interés de los sectores democráticos del país, trabajadores, productores nacionales y sectores populares en general.
Se llama la atención frente a un aspecto diferencial también en este sentido: las mujeres campesinas se ven tremendamente afectadas por la guerra en sus territorios y especialmente, por el uso de la violencia sexual como una forma de control, intimidación y segregación que utiliza su cuerpo como botín de guerra, situación que debe ser visibilizada, denunciada y rechazada tajantemente por un partido de izquierda como el PDA.
Un elemento del ideario de unidad es precisamente la búsqueda de la paz y de la negociación política del conflicto armado. En el contexto actual, la resolución política de este conflicto debe ser una prioridad para las fuerzas democráticas del país, empezando por el PDA. Una preocupación central es el agravamiento de la crisis humanitaria y la garantía a los derechos a verdad, justicia y reparación de las victimas del conflicto.
- Sobre los movimientos sociales y la lucha popular y democrática.
Asistimos en la última década a un despertar de movimientos sociales a escala mundial y de manera muy particular, en América Latina. La crisis del capitalismo ha motivado la emergencia de nuevas expresiones de inconformidad que configuran una dinámica de reactivación de lo social y una fuerte espontaneidad popular que genera escenarios favorables al cambio.
En Colombia también están sucediendo estos procesos de ascenso: la MANE, los cañeros, los maestros, los campesinos, los movimientos por la salud, entre otros, muestran que existen condiciones para la movilización y la disputa política desde el campo popular y democrático.
Muchos de estos procesos son liderados y acompañados por activistas políticos que hacen parte del PDA, lo que deja ver la enorme potencialidad que como partido puede desarrollarse en estos escenarios de movilización y acción de masas.
Pese a lo anterior, se llama la atención sobre la necesaria crítica que debe hacerse a estas dinámicas sociales y de movilización, pues muchas veces en ellas no ha existido capacidad de orientación política y de concreción de disputas, lo que termina desgastando los movimientos porque no se ven resultados de las luchas que se dan.
Muchos movimientos sociales en América Latina que han logrado concretar sus luchas y catapultar incluso propuestas electorales, han tenido profundas crisis internas porque sus procesos de unidad se rompen frente a las negociaciones de poder cuando son gobierno, porque se configuran caudillismos dañinos que impiden la renovación de liderazgos y el anquilosamiento de burocracias, o porque siendo gobierno, se hacen cosas totalmente contrarias a los acuerdos de unidad que les permitieron la convergencia.
Lo anterior no deslegitima esos movimientos, sino que nos invita a revisarlos objetivamente y no sobredimensionarlos, para que se tenga la capacidad real de comprenderlos y articularlos. La ampliación del campo alternativo es fundamental para la transformación y hay que reconocer los nuevos movimientos sociales no solo en Colombia sino también en América Latina y en ese sentido, la emergencia de nuevos movimientos no es un problema, al contrario, es una ventaja, es una posibilidad enorme de fortalecer el campo de izquierda y la lucha popular y democrática.
Es importante señalar en este punto, que no existe consenso frente a si algunos nuevos movimientos son sociales o políticos, pues existen dos posiciones.
La primera es que se debe entender el surgimiento de los nuevos movimientos sociales y que el polo no puede darle la espalda a la Marcha patriótica, hay que fortalecer estas iniciativas populares;
la segunda, la marcha patriótica es un partido político, el Polo no desconoce que se conformen nuevas propuestas políticas, y tampoco niega que existan acuerdos con partidos y movimientos, la discusión está en que miembros del Polo participen en la constitución de otro partido.
- Sobre el papel del PDA.
El PDA es un partido que tiene un proyecto de transformación del país, no obstante, en cuanto a su experiencia hay valoraciones distintas.
De una parte, se plantea que debe aclararse si es un partido de izquierda o solo un partido de oposición, pues ello define lo estratégico en términos del futuro y lo táctico en términos del presente.
Otros integrantes de la comisión, consideran que aunque el PDA ha cometido errores, ha demostrado ser un partido de izquierda vinculado con las luchas de los sectores democráticos del país.
La comisión reafirma la vigencia del ideario de unidad como la base para llegar a acuerdos con otros sectores y movimientos democráticos y populares.
Frente a los problemas y dificultades internas del partido se plantea la necesidad de afianzar su unidad y el respeto de los estatutos y acuerdos fundacionales, para ello se necesita elevar la capacidad de dirección, dentro de un espíritu de respeto por la diferencia y una apuesta por el fortalecimiento de sus bases.
El PDA tiene la responsabilidad de reorganizarse, consolidarse y constituirse en la alternativa política de los colombianos, fortaleciendo sus estructuras de base, instrumentos de agitación política sectorial como el Polo Joven, Polo Mujeres, Polo Rosa, entre otros igualmente importantes que representan la diversidad del partido; fortalecer sus comités de base en universidades, colegios y barrios; emprender campañas por las libertades democráticas, por los derechos humanos, contra el TLC, por la soberanía nacional y la democracia, entre otras que muevan el interés de grandes masas poblacionales en el país.
No hay acuerdo en el debate frente a la construcción de una política de alianzas con otros sectores, sobre todo si estos tienen intenciones de constituirse en movimiento político, como por ejemplo la Marcha Patriótica. Lo que debe hacer el Polo es consolidar su propia fuerza y su propia agenda para luego, desde una bandera unitaria, llamar a otros para que se sumen a la propuesta de unidad de la izquierda que estamos proponiendo.
Otras posiciones plantean que sin lugar a dudas el PDA debe reafirmar los acuerdos fundacionales que le permitieron su unidad en todos los aspectos y asumir una actitud de liderazgo que permita construir nuevas unidades y alianzas con otros sectores de la lucha social y política como la marcha patriótica, el congreso de los pueblos, la Minga de resistencia social y comunitaria e incluso, sectores del progresismo, entre otros del campo popular y democrático.
El ejercicio parlamentario del Polo ha sido muy importante, sin embargo, es necesario por las mismas condiciones del Congreso de la República, los Concejos, Asambleas y demás instancias de representación política, fortalecer la organización del partido en la base popular.
Frente a la posición anterior hay dos miradas: una que plantea que el ejercicio parlamentario del Polo ha estado articulado a los procesos sociales y de movilización. Movimientos de lucha como el de los cafeteros, los productores de leche, los trabajadores de Pacific Rubiales, los pequeños mineros, el movimiento estudiantil, los movimientos contra la megaminería, el problema de la tierra, entre muchos otros que dan prueba que el ejercicio parlamentario se ha articulado a las luchas sociales.
Otra mirada cuestiona este planteamiento. El partido ha estado concentrado en la denuncia y el control parlamentario, en el ejercicio de gobierno y en lagunas ocasiones, en el acompañamiento a algunos procesos de movilización y eso en un contexto como el que tiene el país, no es suficiente. La movilización es la que nos puede sintonizar con las luchas sociales y esa sintonía pasa por la unidad con otras o con todas las fuerzas para la transformación; no se trata de disputar el poder dentro del polo, sino disputarnos la construcción de un instrumento de poder transformador para el país.
Junio de 2012