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Se agrava la economía mundial

Por Eduardo Sarmiento Palacio  

La economía mundial es cada vez más débil e incierta. La mitad de Europa entró en recesión en el primer trimestre, el desempleo llega a 11% y las economías periféricas se encuentran en crisis con tendencias a agravarse. Luego de la modesta reactivación de la economía estadounidense, en el primer trimestre el crecimiento cayó a 1,9 y en el segundo será menor.

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Por Eduardo Sarmiento Palacio  

La economía mundial es cada vez más débil e incierta. La mitad de Europa entró en recesión en el primer trimestre, el desempleo llega a 11% y las economías periféricas se encuentran en crisis con tendencias a agravarse. Luego de la modesta reactivación de la economía estadounidense, en el primer trimestre el crecimiento cayó a 1,9 y en el segundo será menor.

La creación de nuevos empleos es la tercera parte de la tendencia histórica, la producción industrial desciende, el ingreso avanza por debajo de la población y la tasa de interés de largo plazo registra los niveles más bajos de la historia. América Latina no es la excepción. Brasil entró en la zona de índices negativos y se dirige hacia la recesión; la mayoría de los países registran caídas en la actividad productiva y deterioro de la balanza de pagos con claros indicios de empeorar.

Estos resultados ponen en tela de juicio el orden económico internacional basado en los bancos centrales autónomos, el tipo de cambio flexible y el balance fiscal. No es difícil mostrar que el expediente ha sido totalmente inoperante para anticipar y superar las recesiones.

La recuperación de Europa ha girado alrededor de la austeridad en la forma de represión salarial y recorte del déficit fiscal. Luego de cuatro años, la receta no corrigió los desbalances financieros y cambiarios ni evitó la segunda caída. Por lo demás, no han entendido que las condiciones de las economías periféricas de Europa se asimilan a las crisis recesivas de América Latina ocasionadas por choques externos. Las economías quedaban en recesión y con déficits en cuenta corriente que no se podían corregir con las formulaciones fiscales y monetarias aisladas tradicionales. La corrección de una falla se realiza a cambio de ocasionar otra. La solución de fondo no es posible sin una devaluación drástica, que significa el fraccionamiento del euro.

La situación de Estados Unidos no es muy diferente. No obstante que la administración ha sido crítica de la reducción del déficit fiscal, en la práctica no lo ha impedido por los compromisos políticos. No se advierte que la crisis es la consecuencia de un exceso de ahorro que sólo se puede superar con acciones permanentes. El aumento del gasto reactiva la producción, pero el efecto es por una sola vez. Su reducción drástica, como lo habíamos anticipado en esta columna, está conduciendo a la recesión de dos caídas.

El prospecto para América Latina no está despejado. La región se mueve dentro de un contexto mundial en que no hay espacio para el buen desempeño de todos los países. Se ve más asediada que en 2008 por la contracción de las exportaciones industriales, la caída de los precios de los productos básicos, la inundación de dólares y la conformación de cuantiosos déficits en cuenta corriente en algunos países.

No se ha querido reconocer que se trata de un problema teórico. La verdad es que la economía mundial, por el quiebre del orden económico internacional, opera con un exceso de ahorro que impide que todos los países alcancen el pleno empleo y la estabilidad de la balanza de pagos. Las políticas fiscales y monetarias aisladas son inadecuadas o insuficientes, porque corrigen las fallas posponiéndolas o trasladándolas a otros lugares.

La solución de fondo requiere una gran coordinación mundial orientada a distribuir los déficits fiscales y establecer los tipos de cambio. Como primer paso, se plantea la ampliación del déficit fiscal en las economías mayores, como Estados Unidos, China y Alemania, a tiempo que la intervención cambiaria y la aplicación de políticas industriales en los países intermedios de Europa, Asia y América Latina para reducir los déficits de la balanza de pagos.

El Espectador, Bogotá, junio 3 de 2012.

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