Conecta con nosotros

Nacionales

Servidumbre del siglo XXI: Verdades desconocidas de las “asociaciones” entre pequeños palmeros e Indupalma

Unidad de Trabajo Legislativo
Senador Jorge Enrique Robledo

Mientras los pequeños productores asumen todo el riesgo agrario y ganan poco o nada, Indupalma corre cero riesgos y gana bastante. Servidumbre del siglo XXI: el caso de CoopSabana, en Santander. Y este es el modelo agrario que Santos le encomendó al ministro de Agricultura implantar en todo el país.

Publicado

en

Unidad de Trabajo Legislativo
Senador Jorge Enrique Robledo

Mientras los pequeños productores asumen todo el riesgo agrario y ganan poco o nada, Indupalma corre cero riesgos y gana bastante. Servidumbre del siglo XXI: el caso de CoopSabana, en Santander. Y este es el modelo agrario que Santos le encomendó al ministro de Agricultura implantar en todo el país.

 

Hay muchas verdades sobre el modelo de Indupalma que son desconocidas por la gran mayoría de colombianos, verdades que se analizan en el documento elaborado por la Unidad de Trabajo Legislativo del senador Robledo que se anexa.

De acuerdo con los contratos que Indupalma y Fidubogotá firmaron con los pequeños productores, la empresa que hasta hace unos días gerenció el ministro Lizarralde no asume ningún riesgo y tiene garantizadas importantes ganancias. En cambio, los pequeños productores asumen todo el riesgo y ganan poco o nada.

El modelo que se describe en este documento es el que el presidente Santos le encomendó al Ministro de Agricultura implantar en todo el país.

A propósito del ministro de Agricultura Rubén Darío Lizarralde
Servidumbre del siglo XXI: el caso de CoopSabana, en Santander

1. Características generales del proyecto

En 2007, Indupalma dio inicio a uno de sus proyectos asociativos denominado Plan de Expansión mediante Alianzas Productivas con cultivadores Asociados – Proyecto Coopsabana, para sembrar 1.300 hectáreas de palma de aceite en Sabana de Torres (Santander). El entonces gerente de Indupalma, Rubén Darío Lizarralde, lideró el proceso de convencer a los pequeños productores de las bondades del proyecto.

Treinta y ocho pequeños productores –propietarios de esas tierras dedicadas a la ganadería y a otros cultivos desde antes del proyecto palmero– aceptaron la propuesta de Indupalma y, bajo su orientación, se asociaron en la Cooperativa de Palmicultores de Sabana de Torres (Coopsabana)

2. Modelo del proyecto

2.1. Indupalma no invirtió en el proyecto

Sin contar el valor de las tierras, la inversión inicial fue de $7.280 millones de pesos. Debe quedar claro que esos recursos no los aportó Indupalma –que tampoco puso tierras de su propiedad–, sino que se los prestó el Banco Agrario a la Cooperativa, con la deuda respaldada por el Fondo Agropecuario de Garantías (FAG). Como Indupalma no puso plata ni respaldó el crédito, todo el riesgo financiero del cultivo lo tienen los pequeños productores, que respaldan la deuda con sus tierras y podrían perderlas.

Ante el fallo de los cálculos, los pequeños agricultores asociados en CoopSabana terminaron contratando otro crédito con un banco localizado en un paraíso fiscal en las Antillas, seguramente por orientación de Indupalma. Y los colombianos han visto en la televisión a Rubén Darío Lizarralde induciéndolos a tramitar un tercer crédito

2.2. Los recursos de los “asociados” los administra Fidubogotá

El Banco Agrario no le entregó el préstamo a la Cooperativa, sino que Coopsabana suscribió con Fidubogotá (Grupo Aval) un contrato de fiducia mediante el cual se constituyó un patrimonio autónomo que recibió el préstamo [1]. Con los recursos del crédito, la fiducia hace las inversiones que requiere la implementación del proyecto, inversiones que son orientadas por Indupalma.

La fiducia también recibe los ingresos por la venta del fruto que producen los socios de Coopsabana, con los que paga los créditos, los costos del proyecto, la comisión que recibe Indupalma por operarlo, los honorarios del interventor, la comisión que cobra Fidubogotá y las utilidades de los socios de la cooperativa, si las hubiere. De 38 socios, apenas 9 han llegado al punto de equilibrio.

El contrato faculta a que, en representación de la cooperativa, la fiducia suscriba con Indupalma un contrato de administración logística, mediante el cual Indupalma asume la administración del proyecto. La fiducia también contrata al interventor del proyecto.

El patrimonio autónomo es administrado por un Comité Fiduciario que está integrado por:

Dos representantes de la Cooperativa, con voz y voto
Dos representantes de Indupalma, con voz y voto
El Interventor, que es escogido por el mismo Comité. También tiene voz y voto.
Un representante de Fidubogotá, con voz pero sin voto.
Un representante del Banco Agrario, con voz pero sin voto.

Es de resaltar que Indupalma tiene dos representantes en este comité, a pesar de no haber aportado ni un peso para constituir la fiducia. E Indupalma y Fidubogotá tienen una especie de poder de veto, pues la cláusula 7.3 dispone que el quorum decisorio será de tres, “siempre que estén presentes la Fiduciaria y el Ejecutor (Indupalma)”. Es decir, si los dos representantes de Indupalma no están de acuerdo con una decisión, se pueden salir de la reunión y desbaratan el quorum. Dada la composición de este Comité, es muy improbable que los que Indupalma llama sus “asociados” –los representantes de CoopSabana– puedan influir realmente en las decisiones.

También existe un Comité Técnico encargado de aprobar el presupuesto y los gastos del proyecto, el cual está integrado por:

Un representante de la Cooperativa, con voz y voto.
Un representante de los asociados, con voz y voto.
Dos representantes de Undupalma, con voz y voto.
El Interventor, con voz y voto.
Un representante del Banco Agrario, con voz pero sin voto.

Por la administración de estos recursos, Fidubogotá, cobra una comisión equivalente a cuatro salarios mínimos mensuales (a hoy, $ 2.640.000 al mes).

2.3. Indupalma es el ejecutor del proyecto

Indupalma, que no invirtió en la tierra ni en la instalación del cultivo, es la encargada de operar todo el proyecto, de ejecutarlo, prerrogativa que le da gran poder de decisión. Así, Indupalma suscribió con Fidubogotá, quien actuó como vocera de la Cooperativa, un contrato de servicios de administración logística[2] mediante el cual dicha empresa, entre otras cosas, contrata la adecuación de las tierras, compra los insumos que requiera el proyecto y contrata la asistencia técnica y las demás actividades necesarias para mantener  los cultivos de palma.

Indupalma entonces contrata los agrónomos y compra los fertilizantes y demás bienes y servicios que requiera el proyecto, los cuales son pagados con los recursos de la fiducia, previa aprobación del Comité Fiduciario y del Comité Técnico, en el que Indupalma tiene dos representantes y poder de veto.

De acuerdo con las denuncias de los productores “asociados”, algunos de los servicios contratados por Indupalma son más caros que los que ofrecen el mercado. También señalan que mientras otras empresas regalan la semilla, Indupalma se las vende.

2.4. Alto el cobro de Indupalma por ejecutar

A cambio de ejecutar el proyecto, Indupalma le cobra a la Cooperativa una comisión equivalente al “8% de los ingresos (…) por concepto de venta de fruto”. Esto quiere decir que Indupalma se apropia del 8% de las ventas del proyecto, comisión que es muy alta y que recibe haya o no utilidades para sus “asociados”. Las utilidades de 2012 de Riopaila, por ejemplo, representaron el 4.6% de sus ingresos operacionales, casi la mitad de lo que Indupalma se gana por administrar este proyecto.

Además, durante los tres primeros años del proyecto, Indupalma cobró como comisión el 14% de todos los pagos que mensuales, de los cuales apenas se excluyeron las comisiones a favor de Fidubogotá, las cuotas del crédito y la comisión pagada al Fondo Agropecuario de Garantías. Si se considera que en ese lapso se invirtió el equivalente al crédito de $7.200 millones contratado con el Banco Agrario, Indupalma cobró por ejecutarlos del orden de mil millones de pesos.

En una de sus columnas, Rudolf Hommes escribió sobre este caso: “Un productor mediano, lector de prensa, también escribió y envió información sobre las condiciones de un proyecto asociativo de una gran empresa productora de aceite de palma con una cooperativa de propietarios en el Magdalena medio. Ellos se quejan de que el proyecto quedó mal concebido, que no previó el problema de flujo de caja de los campesinos durante el período de maduración y, sobre todo, que la empresa comercial cobra una comisión excesiva sobre los ingresos. Otros empresarios privados consultados coinciden en que las comisiones que ella cobra por administración, asistencia técnica y otros servicios son muy superiores a las corrientes y opinan adicionalmente que en el caso de la palma africana esas asociaciones solamente funcionan porque el Estado las subsidia vía créditos y que no son sostenibles a largo plazo”.
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/rudolfhommes/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12381060.html

3. Los “socios” tienen que venderle el fruto a Indupalma

La Cooperativa suscribió con Indupalma un contrato mediante el cual los productores se comprometieron a venderle toda la producción de sus cultivos a Indupalma, quien la procesa en una extractora de aceite de su propiedad, planta industrial de la que los llamados “asociados” de Indupalma no son socios, por lo que no reciben ni un centavo de las utilidades de ese negocio. El contrato dice que el precio del fruto será el 17% “del precio del aceite de palma crudo observado en el mercado nacional para la zona central, el cual es publicado mensualmente por Fedepalma”, la agremiación de los mayores palmeros del país, en cuya junta directiva ha tenido silla Ruben Darío Lizarralde en representación Indupalma.

Pero los productores asociados en la Cooperativa han denunciado que el precio que les paga Indupalma es inferior al del mercado. Un artículo de Vanguardia Liberal, publicado en noviembre de 2012, asegura que, de acuerdo con un campesino “asociado”, “la tonelada la está pagando Indupalma $50 mil por debajo de lo estimado en el mercado”.
http://www.vanguardia.com/santander/barrancabermeja/184934-palmeros-de-sabana-pidieron-el-pago-por-convenio-a-indupalma

4. Los “socios” terminaron de jornaleros

Los ingresos de los llamados “asociados” de Indupalma dependen del flujo de caja de la Fiducia. Si después de pagar la cuota del crédito, la comisión del FAG, la comisión de la Fiducia, la comisión de Indupalma, los gastos mensuales (que Indupalma contrata), los honorarios del ejecutor y de dejar una reserva para garantizar el crédito, quedan excedentes de los ingresos por la venta del fruto, los asociados reciben un pago mensual.

Dado que Indupalma no paga a buen precio el fruto y que los costos son enormes (el 8% de las ventas se lo queda Indupalma), es casi imposible que queden excedentes para el común de los asociados a CoopSabana. Como la gran mayoría no obtienen utilidades que les permitan subsistir –porque además ya no tienen los productos agrícolas de los que vivían antes de volverse palmeros–, se convirtieron en jornaleros y le han solicitado a Indupalma cambiar los términos del contrato para que el 20% de los ingresos sean entregados a los productores: “Tenemos las fincas hipotecadas. Estamos pidiendo un replanteamiento del contrato firmado con Indupalma. Se planteó en una reunión que sostuvimos la semana pasada (viernes 23 de noviembre) que nos devuelvan el 20% de la venta mensual como sostenimiento económico de las familias que están quebradas, porque no se ha visto recursos alguno a la fecha desde que se suscribió el convenio”.
http://www.vanguardia.com/santander/barrancabermeja/184934-palmeros-de-sabana-pidieron-el-pago-por-convenio-a-indupalma

Sin embargo, en un video publicado por Noticias RCN, el exgerente de Indupalma –hoy Ministro de Agricultura– les respondió que mejor sacaran otro crédito para subsistir: “Ustedes pueden decirle al banco présteme a tanto tiempo y de una manera inteligente (…) ¿Parte del préstamo lo pueden utilizar para qué? Pues precisamente para eso que están diciendo, para sobrevivir y al mismo tiempo pagar”.
http://www.semana.com/opinion/articulo/marco-real-marco-teorico/357501-3

El país pudo ver en la televisión a un campesino “asociado” a Indupalma: “éramos pobres y pasamos a limosneros”. Porque, en realidad, quienes eran campesinos terminaron convertidos en jornaleros, cuyos únicos ingresos son los bajos salarios Indupalma les paga por su trabajo como obreros agrícolas contratados por Cooperativas de Trabajo Asociado.

5. Indupalma denunció penalmente a sus “asociados”

Por considerarlo un mal negocio, varios de los asociados decidieron retirase de la “sociedad” con Indupalma y venderle la fruta otra empresa extractora de aceite, que la está comprando en mejores condiciones que Indupalma. Además, han logrado reducir los costos de producción en relación con lo que les cobraba Indupalma, con lo que están obteniendo ingresos mensuales.

Ante la decisión de varios productores de CoopSabana de independizarse de Indupalma, ésta, gerenciada en ese momento por Rubén Darío Izarralde, los denunció penalmente, acusándoles de apropiarse ilícita del fruto, como si se estuvieran robando la producción de la palma que sembraron. La denuncia penal no prosperó, pero Indupalma decidió demandarlos civilmente.

6. El negocio de la palma haría crisis sin los subsidios del Estado.

Dentro del mito construido por Rubén Darío Lizarralde sobre sus “asociaciones” con pequeños productores está el presentar el aumento del área de palma en Colombia casi que como obra suya, fábula que también ha usado en sus pocos días como ministro para defender los TLC y maltratar a los demás productores agropecuarios. Pero nada más lejano al libre comercio que el negocio de la palma, cuya existencia ha dependido de manera determinante del respaldo y los subsidios del Estado, por lo que haría grave crisis si esa protección desapareciera. Para la muestra un botón: aunque el biodiesel es bastante más costoso que el ACPM originado en hidrocarburos, el Estado obliga a los colombianos a consumirlo y pagarlo de acuerdo con un precio determinado oficialmente, que les garantiza utilidades a los palmeros –por lo menos a algunos. De acuerdo con los analistas, el consumo obligatorio de agrocombustibles –incluye alcohol– le cuesta a los colombianos –como subsidio– entre medio y un billón de pesos al año.

Conclusiones

Es evidente que este modelo, diseñado por el actual ministro de Agricultura, tiene un propósito central: darle importantes ganancias a Indupalma por el negocio de la palma de aceite, pero manteniéndola por fuera del riesgo agrario y de la inversión en tierras, responsabilidades y riesgos que en el 100 por ciento les traslada a sus “socios” (costos de producción, precios de venta, plagas, sequías, inviernos, etc.), al igual que la posibilidad de de perder sus parcelas, si no pagan las deudas contraídas. Y es el Estado el que con su crédito –y el riesgo que asume– también hace viable el negocio de Indupalma.

Es un modelo de gana-gana –de cero riesgo– pero solo para Indupalma. Porque maneja el proyecto contratando todo cuanto requiera el montaje e instalación de los cultivos y por ellos recibe una jugosa comisión, sea que el negocio agrícola dé utilidades o pérdidas. Y tiene el monopolio de la compra del fruto –barato, dicen los denunciantes– para procesarlo en su extractora, de la que recibe otra importante ganancia, de acuerdo con los precios de compra fijados por otra empresa –Fedepalma–, en cuya junta directiva ha tenido silla Rubén Darío Lizarralde.

En conclusión, los “asociados” de Indupalma arriesgan en todas las partes riesgosas del negocio e Indupalma gana en todas las partes de cero riesgo. Cómo no recordar la conclusión de un palmero lo suficientemente grande para poseer un negocio integrado: “pierdo plata en el cultivo de la palma, pero gano plata en la extractora”, conclusión que mejorada con la intermediación parece haber inspirado a Indupalma y a Rubén Darío Lizarralde.

En cambio los campesinos están perdiendo, porque, en la práctica, han pasado de ser propietarios libres a una especie de aparceros de Indupalma. Son como una especie de siervos del siglo XXI, atados a contratos leoninos durante 18 o más años, que pasan de obtener ingresos por la producción –ganadería, arroz, etc.– a ingresos por su mano de obra y que pierden el dominio sobre sus tierras, porque Indupalma decide qué se hace en sus predios. Además, asumen todo el riesgo financiero y si el proyecto fracasa, deben responder por la deuda con sus tierras. Y si se retiran del proyecto, terminan demandados por Indupalma, que con la siguiente carta a uno de ellos expresa cómo es el tipo de relación con los que llama sus “asociados”:

Con absoluta preocupación hemos recibido información acerca del incumplimiento que se ha generado por parte suya a la oferta de compraventa de fruto enunciada en la referencia de este documento, incumplimiento consistente en la no entrega a INDUPALMA LTDA del fruto producido en el predio denominado La Guayabera, como a continuación se describe:

Los días dos (2) y cuatro (4) de abril del año en curso se realizó una cosecha sin previa autorización de Indupalma y con personal ajeno al contratado por nuestra sociedad en nombre de Coopsabana, donde se alzaron aproximadamente un total de VEINTE Y NUEVE (29) toneladas de fruto, lo anterior de acuerdo al promedio de peso de los racimos.

Lo anterior es una clara y grave contravención a los compromisos y obligaciones establecidos en la oferta de compra de fruto debidamente aceptada por la cooperativa, en su nombre y representación, y a la que se encuentra vinculado el predio del cual usted es propietario, la cual señala en el literal a) del numeral tercero la obligación por parte del destinatario de ´…Entregar la totalidad del fruto proveniente de los cultivos indicados, a partir del momento en que dichos cultivos empiecen a producir´.

Este incumplimiento constituye la apropiación indebida por parte suya de los dineros producto de la venta del fruto que se ha debido entregar a Indupalma como comprador exclusivo del mismo, dineros que están comprometidos y destinados exclusivamente, como fuente de pago, para el pago de la deuda que Coopsabana I tiene con el Banco Agrario por cuenta suya y de los demás beneficiarios del proyecto Coopsabana I. Además constituye el incumplimiento de la oferta mercantil mencionada en cuanto la violación del -Derecho de Exclusividad-que Indupalma tiene, en virtud del cual esta empresa es la única que puede comprar el fruto procedente de los predios vinculados al proyecto.

En virtud de lo indicado, y teniendo en cuenta la facultad contractual de exigir el cumplimiento, es absolutamente necesario que usted de manera inmediata y dentro de los cinco (5) días siguientes al recibo de la presente carta, reintegre al patrimonio autónomo el valor dejado de recibir por las catorce (14) toneladas del dia 2 de abril y las quince (15) toneladas del dia 4 de abril de 2013 de fruto que no fueron vendidos (entregados) a Indupalma, suma que asciende a un total de SIETE MILLONES SEISCIENTOS TREINTA Y CUATRO MIL NOVECIENTOS CUARENTA Y SEIS PESOS (7.634.946).

En caso de no cumplirse con lo anteriormente advertido, Indupalma, la cooperativa Coopsabana I y/o el Banco Agrario de Colombia se verán obligados a adelantar las acciones judiciales que se requieran para recuperar los dineros antes mencionados para el pago de la deuda ante el Banco Agrario de Colombia“.

¿Si estuvieran en el pellejo de sus “asociados” de Coopsabana, Indupalma y Rubén Darío Lizarralde suscribirían con un “socio” un contrato como este? ¿O lo rechazarían, además de por las razones ya expresadas, porque el riego moral que se corre con el ejecutor de todos los gastos del contrato es inaceptable?

NOTAS

1. De acuerdo con la cláusula 5.1. del contrato, el objeto del acuerdo es “destinar los recursos del Fideicomiso al pago del crédito que tiene el Fideicomitente con el Banco Agrario”; “efectuar todos los demás pagos que exija la implementación del PROYECTO”; “mantener invertidos los recursos en los Fondos Comunes que administra la Fiduciaria”; “suscribir, como vocera del presente Patrimonio Autónomo y en nombre y representación de EL FIDEICOMITENTE, el contrato de INTERVENTORÍA TÉCNICA, en los términos y condiciones que establezcan las partes de dicho contrato, previa aceptación e instrucción del FIDEICOMITENTE”; “Aceptar, como vocera del presente Patrimonio Autónomo y en nombre y en representación de EL FIDEICOMITENTE, la oferta de venta de servicios de ADMINISTRACIÓN LOGÍSTICA presentada por INDUPALMA, en los términos y condiciones que establezca INDUPALMA COMO OFERENTE, previa aceptación e instrucción del FIDEICOMITENTE”.

2. De acuerdo con el contrato de operación logística, Indupalma está obligada a: i) “coordinar aquellas labores concernientes a la preparación de las tierras”; ii) “Determinar todas las actividades relacionadas con las áreas técnica, administrativa y financiera del proyecto, especialmente en lo relativo al establecimiento, siembra, conservación, producción y comercialización de los productos de la palma de aceite del proyecto”; iii) “Actuar en nombre y por cuenta de Coopsabana, como su mandatario, para comprar todos los elementos y suministros, así como para contratar los servicios de adecuación de tierras, el establecimiento del cultivo, mantenimiento, conservación, incluidas las vías internas de cada plantación, producción y comercialización del fruto de palma de aceite”; iv) “Contratar en nombre y representación de Coopsabana, profesionales que presten asistencia técnica. (…) El costo relativo a la contraprestación de los profesionales antes aludidos, no se encuentra incluido dentro de la comisión que para Indupalma prevé la presente oferta, por lo cual se constituirá en un gasto del proyecto”.

Bogotá.

 

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *