Nacional
Víctor Carranza, ‘El Patrón’ al que nunca tocó la justicia
Verdad abierta
El fallecido zar de las esmeraldas estuvo preso durante tres años pero la justicia lo absolvió, sin embargo durante tres décadas su nombre estuvo vinculado con el paramilitarismo.
Víctor Carranza murió intocable. Ni sus enemigos ni la justicia pudieron con él. A los primeros, sobrevivió a tres guerras y dos atentados. De la segunda, a pesar de las múltiples sindicaciones, siempre salió indemne.
A pesar de que por lo menos diez jefes paramilitares lo señalaron como uno de los principales patrocinadores
Verdad abierta
El fallecido zar de las esmeraldas estuvo preso durante tres años pero la justicia lo absolvió, sin embargo durante tres décadas su nombre estuvo vinculado con el paramilitarismo.
Víctor Carranza murió intocable. Ni sus enemigos ni la justicia pudieron con él. A los primeros, sobrevivió a tres guerras y dos atentados. De la segunda, a pesar de las múltiples sindicaciones, siempre salió indemne.
A pesar de que por lo menos diez jefes paramilitares lo señalaron como uno de los principales patrocinadores de grupos de autodefensas en los Llanos Orientales y la Costa Caribe, el esmeraldero nunca fue condenado por ningún cargo.
Salvatore Mancuso aseguró en una versión libre que Carranza, quien murió este jueves 4 de abril a sus 77 años, fue el paramilitar más antiguo que tuvo el país. Incluso, Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’, conocido como uno de los jefes paras más importantes, dijo que Carranza no era el ‘zar de las esmeraldas’ sino el Zar del paramilitarismo.
Sin embargo, la justicia al parecer no tuvo los dientes para procesar a este personaje que aseguraba que aunque sí tenía grupos de seguridad armados ninguno era ilegal, tal como lo dijo en los últimos días monseñor Héctor Gutiérrez, uno de sus confidentes y quien le ayudó a pactar la paz entre esmeralderos hace 22 años.
Quienes conocieron a Carranza le aseguraron a VerdadAbierta.com que fue un “empresario” que se aprovechó de las guerras y de todos los grupos armados para aumentar su poder económico en distintas regiones del país.
Carranza intentó modernizar el mercado de las esmeraldas y fue el líder que logró la paz entre esmeralderos después de que una guerra verde en la década de los ochenta que dejó más de 3 mil personas asesinadas. A pesar de estar rodeado y salpicado como autor de varios hechos violentos, nunca fue procesado por estos crímenes, precisamente porque estuvo conectado con las más altas esferas del poder.
Fue tal su cercanía con la alta política, que de él se dice que intercedió ante Pablo Escobar en 1988 para que liberara al entonces candidato a la alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana Arango, hijo de uno de sus primeros padrinos políticos: Misael Pastrana.
A pesar de su pasado polémico, durante más de dos décadas ningún proceso contra Carranza llegó a concretarse. El más importante ocurrió en 1993, cuando la Fiscalía lo investigó por enriquecimiento ilícito y conformación de autodefensas.
Cuatro años después, en 1997 un fiscal de Barranquilla le dictó orden de captura por presunta conformación de grupos de justicia privada. En 1998 Carranza fue detenido por el secuestro y asesinato de Roberto Prieto y Édgar Hernández, el contador y otro empleado del narcotraficante Leónidas Vargas.
Carranza nunca pisó una cárcel de verdad, porque hasta 2001 estuvo recluido en Aquimindia, un centro de entrenamiento para los agentes del DAS ubicado sobre la vía a Cota. Al final el esmeraldero fue exonerado y quedó en libertad. La Jueza que emitió el fallo absolutorio fue destituida tiempo después.
Verdad Abierta, Bogotá, 4 de abril de 2013.