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Yasser Arafat: 60 años de lucha por el Pueblo Palestino

Por José Fernando Ocampo T.  

En la despedida del Polo Democrático al embajador del Pueblo Palestino en Colombia le recordé mi artículo periodístico publicado en Tribuna Roja en memoria de Yasser Arafat, fallecido el 11 de noviembre de 2004. Ahora todo indica que fue envenenado. Reproduzco a continuación el artículo:

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Por José Fernando Ocampo T.  

En la despedida del Polo Democrático al embajador del Pueblo Palestino en Colombia le recordé mi artículo periodístico publicado en Tribuna Roja en memoria de Yasser Arafat, fallecido el 11 de noviembre de 2004. Ahora todo indica que fue envenenado. Reproduzco a continuación el artículo:

 Yasser Arafat representa y simboliza la lucha de los últimos sesenta años del pueblo palestino por su liberación nacional. Primero por ser reconocido como Nación y después por convertirse en un Estado-Nación. Es una lucha que deja un sello en la historia mundial, hoy más que en sus inicios, cuando la moda de la globalización conspira contra la soberanía de las naciones. El homenaje de los jefes de Estado a su féretro en El Cairo constituyó un rechazo a la política norteamericana e israelí contra los palestinos y la inmensa multitud que lo recibió en Ramallah significó el reconocimiento de una lucha sin descanso por los ideales nacionales del pueblo palestino.
 

La lucha por un movimiento palestino de liberación nacional, 1959-1968

En 1959 Arafat funda, con sus amigos Abu Jihad y Abu Iyad, el movimiento Al Fatah para luchar por la liberación de Palestina. Sería su jefe indiscutido hasta la muerte. Palestina había pasado de ser una colonia inglesa surgida del desmoronamiento del Imperio Otomano después de la Primera Guerra Mundial en 1920 a ser un Estado judío impuesto por el acuerdo de las potencias imperialistas triunfantes de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, Inglaterra y Francia. A los palestinos les dejaban Cisjordania y la Franja de Gaza. Quedaban dos estados, el judío con 21.946 kilómetros cuadrados y el de Palestina con 6.257. Los palestinos se negaron a aceptar la división de un territorio en el que se habían asentado por más de diez siglos.

Arafat había participado en la primera guerra de los árabes contra Israel y había sido testigo del primer éxodo masivo de palestinos, después de la derrota. Es cuando funda su primera organización, la Unión General de Estudiantes Palestinos.  Su formación en Egipto lo había acercado a un movimiento laico y de fuerte intervencionismo de Estado que dirigía Gamal Abdel Nasser. Pero se oponía a la concepción de un solo estado árabe, a la idea del panarabismo del líder egipcio. Sin embargo, se las arregló desde el principio para conseguir  el apoyo a su movimiento  de los Estados árabes recién formados. Su idea fundamental era la derrota de Israel para establecer un estado palestino independiente y soberano. Por eso su movimiento Al Fatah no quedó supeditado por completo a las guerras de los países árabes contra Israel. Necesitaba derrotarlo, uniéndose a los demás árabes en ese propósito, pero se separaba de ellos en su objetivo indeclinable de crear un Estado Palestino.

Con Nasser, Arafat se levantó contra los imperialismos de Occidente y se alió con la Unión Soviética. Para Nasser, la lucha contra Israel era de todos los pueblos árabes por la creación del Estado Árabe Unido. Es esta contradicción con Nasser lo que lleva a Arafat a crear un movimiento de fedayines, de guerrilleros, decididos a obtener también la derrota del Estado de  Israel, pero para crear el Estado independiente y soberano de Palestina. Por eso Arafat no participa en la creación de la Organización para  la  Liberación de Palestina, OLP, en 1964, a la que consideraba un instrumento de los panarabistas. Lo que cambia el rumbo del movimiento de Arafat es la derrota árabe de  1967 en la guerra de los seis días a manos del ejército israelí y la invasión de la península de Sinaí y las alturas de Golán. Israel ocupa Cisjordania y Gaza e inicia allí la expropiación de tierras, la instalación de colonos y el control de la población. Se había consolidado un movimiento palestino de liberación nacional  en lugar de un movimiento panarabista por un Estado único de todos los árabes. 
 

La lucha por la unificación de la Nación Palestina, 1968-1993

Palestina no existía ni como nación ni como estado, los países árabes se oponían a su creación, Israel había triunfado en cuatro guerras, Arafat era el jefe de un movimiento guerrillero desconocido, los palestinos estaban dispersos y muchos de ellos expulsados de su tierra, los territorios palestinos y parte de Egipto y Siria había caído en manos de los israelíes. Refugiado en Jordania, Arafat, no hacía sino exigirle a su pueblo que no renunciara a su nacionalidad. Era su lucha por la Nación Palestina. Pero un hecho daría un rumbo decisivo a los acontecimientos, la derrota de los israelíes por sus 300 fedayines en Kamareh, Jordania, en donde se había refugiado, el 21 de marzo de 1968. Arafat apareció  en la portada de la revista Time y desde ese momento se convirtió en la gran figura árabe y en el líder indiscutido de los palestinos. Entonces acepta asumir la dirección de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, ya no como un movimiento en favor del panarabismo, sino de la liberación nacional.  En realidad, no era sino un nuevo comienzo de los cuarenta años que seguirían. El 13 de noviembre de 1974 las Naciones Unidas reconocerían a Arafat como “el único y legítimo representante del pueblo palestino”. Era el primer dirigente de una “autoridad” no estatal en ser recibido por la ONU. 

En 1970  el rey de Jordania había expulsado a Arafat y a sus fedayines con ayuda del ejército pakistaní, después del intento fallido de derrocar al monarca con el argumento de que los beduinos del desierto no podían gobernar a los palestinos. Tiene que refugiarse en el Líbano hasta 1982, de donde es expulsado tras la invasión israelí y huye a Túnez. Allí lo bombardean los aviones israelíes en 1985. Pero dos años después ocurre el levantamiento del pueblo palestino contra la ocupación y la política de Israel, la primera intifada.  Aunque Arafat no lo organiza y se mantiene al margen, es la señal colectiva de la conciencia nacional del pueblo palestino, significa la culminación de un proceso a través del cual se ha restablecido la Nación Palestina, aunque es una nación sin territorio y sin Estado. Arafat ha obtenido una de sus mayores victorias, la de haber restablecido la conciencia de nación en el pueblo palestino, tras una lucha que había comenzado treinta años antes. Como producto de ello el Consejo Nacional Palestino, proclama simbólicamente un Estado palestino en noviembre de 1988.

La política mundial estaba dando un vuelco. La Unión Soviética ha ido abandonando el líder palestino a su suerte y se ha embarcado en la invasión a Afganistán. La caída del muro de Berlín en 1989 es el comienzo del fin de la superpotencia, que coincide con la renuncia de Arafat a la carta de la OLP y su aceptación de la existencia de Israel.  Durante la guerra de Irán-Irak, los países árabes se desentienden de su causa. En la guerra del Golfo Arafat apoya a Hussein y los países árabes, en retaliación, lo privan de su ayuda financiera. Estados Unidos ha tomado las manijas de la política mundial. Para 1991 una serie de acontecimientos internacionales y la necesidad de Estados Unidos de resolver la crisis del Medio Oriente por sus requerimientos petroleros, conducen a la Conferencia Internacional de Paz del Oriente Medio en Madrid, sin representación directa de los palestinos, que no concluyó en nada productivo.

Pero dos años después, en 1993, Arafat y el primer ministro israelí, Isaac Rabin, firman los acuerdos de paz de Oslo, según  los cuales ambas partes se reconocen como estados y se comprometen a cumplir las condiciones para consolidarlos en un plazo de cinco años. Habían pasado cinco lustros de arduo trajinar en una lucha sin descanso.
 

La lucha por el Estado palestino, 1994-2001

Firmados los acuerdos de Oslo, suceden cuatro hechos significativos: Arafat es laureado con el premio Nobel de Paz junto con los israelíes Isaac Rabin y Simon Perez en 1994; Arafat regresa a Cisjordania y Gaza a los sesenta y cinco años de edad, tras 27 años de exilio; se crea e instala la Autoridad Nacional Palestina como gobierno; Arafat es elegido presidente de la ANP el 20 de enero de 1996 en las primeras elecciones generales de la historia palestina con una mayoría aplastante del 90% de los votos. Arafat tenía el estado palestino al alcance de su mano con la aprobación que le daba su pueblo a las condiciones negociadas. Había hecho dos concesiones históricas, aceptar la existencia del estado de Israel y la creación de un estado palestino sin expulsar a los israelíes. Pero además, una transitoria, la de la soberanía israelí sobre la Autoridad Nacional Palestina por cinco años más. Quedaban por resolver cuatro  problemas, el reagrupamiento de cuatro millones de palestinos regados por los países vecinos, el regreso de los refugiados a Israel en condiciones humanas, la reversión de los asentamientos judíos en territorio palestino y la devolución del Jerusalén palestino como capital del estado. Iban a convertirse en la piedra de toque de todo el acuerdo.

Grupos extremistas de derecha en Israel y de izquierda en Palestina se levantaron contra los acuerdos. En noviembre de 1995 cae asesinado Isaac Rabin el promotor principal en Israel del pacto con los palestinos. Y los movimiento integristas islámicos Hamas y Jihad se dedican a impedir el desarrollo de los acuerdos mediante ataques terroristas a blancos israelíes. Es el momento en que el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton,  se erige en mediador de los acuerdos y propicia la cumbre de Camp David entre Arafat y el primer ministro israelí, Ehoud Barak, sin que se encuentre una salida a los puntos en conflicto. Arafat no acepta el rechazo de Barak a repatriar los refugiados palestinos, lo cual se convierte en el punto de rompimiento con los israelíes. A continuación, el futuro primer ministro y jefe del partido Likud, Ariel Sharon, promueve una provocación contra los palestinos que da pie a la reacción de la segunda intifada contra Israel.

Arafat apoya la intifada y concilia en silencio con los atentados suicidas promovidos por los integristas islámicos, no obstante sus declaraciones públicas de condena. Pero Sharon, ya en su calidad de primer ministro, se siente libre para invadir los territorios palestinos gobernados por la Autoridad Nacional Palestina y confina por la fuerza a Arafat en su sede de Ramallah. Nadie en el concierto mundial defiende al líder palestino, ni los árabes, ni los europeos, ni la ONU.
 

Confinamiento de Arafat en la Mukata y fin

Arafat logró consolidar a los palestinos como Nación, pero no logró convertirla en Estado. Los tres años de confinamiento en la Mukata, su cuartel general de Ramallah, desencadenaron grandes contradicciones en el seno del movimiento palestino. Pero Arafat se mantuvo firme en la defensa de los refugiados, punto que se convirtió en la  principal diferencia con los israelíes y sus patrocinadores norteamericanos. Sharon levantó un muro de 145 kilómetros a lo largo de la frontera de Cisjordania para protegerse de los ataques suicidas y desató un verdadero genocidio contra los palestinos. En estas condiciones le llegó la muerte el 11 de noviembre en un hospital de París.

El entierro se constituyó en un extraordinario espaldarazo de su pueblo. Le reconoció esos sesenta años de lucha que definieron un movimiento de liberación nacional en lugar del panarabismo; que lograron la consolidación de la Nación Palestina, extraviada en medio de los ataques imperialistas; que le abrieron el camino a la conformación de un Estado-Nación palestino. Por eso, ese apoyo de su  pueblo significó el rechazo, no solamente a un régimen fascista israelí, sino a la política imperialista de Bush que había apoyado durante los últimos tres años la criminal ofensiva contra Arafat y contra los palestinos.

14 de noviembre de 2013.

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