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Clara López pide a Santos neutralidad en campaña a Alcaldía de Bogotá

Por Yesid Lancheros / El Tiempo  

Dice que hará un ‘gobierno de todos y para todos que garantice gobernabilidad’.

¿Por qué quiere ser alcaldesa de Bogotá?

Cuando el presidente Santos me designó alcaldesa por seis meses en el 2011, me correspondió esa dura tarea de recibir la ciudad en la más profunda crisis de los últimos 20 años. Demostré que no solo sé gobernar, sino que sé gobernar bien.

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Por Yesid Lancheros / El Tiempo  

Dice que hará un ‘gobierno de todos y para todos que garantice gobernabilidad’.

¿Por qué quiere ser alcaldesa de Bogotá?

Cuando el presidente Santos me designó alcaldesa por seis meses en el 2011, me correspondió esa dura tarea de recibir la ciudad en la más profunda crisis de los últimos 20 años. Demostré que no solo sé gobernar, sino que sé gobernar bien.

Los resultados de las pasadas elecciones presidenciales, junto con mi experiencia, me pusieron ahora en las encuestas en los primeros lugares en la intención de voto a la alcaldía. No es que me esté postulando, sino que ha surgido un proceso de designación automática como candidata de todos esos sectores que hemos tenido una visión social de Bogotá.

Esa profunda crisis fue propiciada justamente por su partido y el gobierno de Samuel Moreno, del cual usted hizo parte como secretaria de Gobierno. ¿En dónde estaba cuando ocurrió esa crisis?

Había salido de la Secretaría a ser la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, quien fue uno de los principales denunciantes del ‘carrusel’ de la contratación. Lo único que le puedo decir es que no conocía de eso, lo vine a conocer con las denuncias y actúe en consecuencia. Cuando se formalizó la crisis con la suspensión del alcalde Moreno salí a leer la declaración conjunta del Polo, solicitando su renuncia. Luego, a mí me cayó esa tarea de resarcimiento y recuperación y debo decirle que le cumplí a la ciudad y al partido. Entré con el 18 por ciento de opinión favorable, en medio de la crisis, y en seis meses hice lo que muchos alcaldes no hacen en cuatro años y salí con el 72 por ciento de opinión favorable. Eso demuestra que la gente entendió que soy una persona seria, responsable, transparente, capaz de enfrentar dificultades y de liderar en momentos de crisis.

Usted dice que no conocía el ‘carrusel’. ¿Qué era lo que no sabía en ese entonces?

Todo el escándalo. Eso cogió a más de uno por sorpresa.
¿Usted nunca vio nada?
¿Pero cómo? Precisamente el objetivo de quienes hacen cosas ilegales es que la gente no las vea.

¿Pero cómo pudieron montar en esa alcaldía una organización dedicada al robo del erario, sin que eso fuera detectado?

Por una razón muy sencilla. En actuaciones de entrega de comisiones y de contratos a dedo, quienes participaron fueron otros funcionarios, y los que lo hicieron fue detrás de bambalinas. No todos, ni siquiera la gran mayoría, eran del Polo, lo que me demuestra que lo que hay incrustado en la administración pública de Bogotá y el resto del país es una corrupción que se ha querido esconder.
Y si usted algún día se encontrara con Samuel Moreno en la calle, ¿qué le diría?

Que yo sepa está detenido en una estación policial, salvo que haya una decisión judicial que no conozca. Actuaría con decencia, como es mi costumbre.

¿Qué garantías puede ofrecer de que, bajo una alcaldía suya, no se volverá a repetir un ‘carrusel’?

La gente ya me conoce. Soy materia probada y comprobada. En los seis meses que estuve como alcaldesa, no solamente hice mucho por enderezar los entuertos, sino que la gente pudo ver y percibir que yo soy una mujer de manos limpias que dice la verdad y que gobierna con equilibrio y que no estigmatiza para sacar aplausos.
Circulan versiones de que Julio Gómez publicará un libro en el que salpicará a su esposo, el exconcejal Carlos Romero, con el ‘carrusel’. ¿Qué opina?

Cuando salga el libro le contaré mi versión, pero eso sí aclaro que ni Carlos Romero ni yo tenemos que ver con el ‘carrusel’ de la contratación.

¿Qué le va a ofrecer la izquierda a Bogotá en esta oportunidad?
Calidad de vida a la gente, ponerla en el centro de la atención del accionar gubernamental. El principal patrimonio de la ciudad en los gobiernos de los últimos años ha sido el viraje que se dio tan firme y serio en función de la garantía de los derechos básicos a la salud, la alimentación, que repercutió en una profunda reducción de la gente en situación de pobreza. Bogotá se convirtió en los últimos 15 años en una ciudad de clase media y eso desde luego se debe en gran parte a la recomposición del gasto público hacia la satisfacción de las necesidades básicas de las familias. Hace 20 años aquí no alcanzaban los cupos para los estudiantes en los colegios, la gente tenía que humillarse y hacerle cola a un político y comprometer su capacidad de decisión para educar a su hijo. Eso se acabó en los gobiernos del Polo, donde la educación gratuita se convirtió en la regla que se exportó al resto del país. No podemos poner en riesgo el patrimonio social de los bogotanos y por eso he dicho que mi candidatura va a ser la de la profundización del modelo de inclusión social.
Rafael Pardo dijo que era mejor que Clara López para la Bogotá de hoy. ¿Qué le responde?

Me parece un poco arrogante demeritar a un contendor político o tratar de ponerse por encima de él. La ciudadanía es sabia y sabrá distinguir entre las distintas opciones, personalidades y capacidades para gobernar. Gobernar es gerencia, pero es mucho más que gerencia.
Usted fue clave en la reelección de Santos. ¿Ahora espera el apoyo del presidente?

Nosotros votamos por la paz en cabeza de Santos por un convencimiento moral profundo. Si hay un tipo de reciprocidad, ni la hemos pactado, ni la espero, pero tampoco me sorprendería que existiese. Pero la mejor labor del Presidente, como todo funcionario, es mantenerse al margen y ejercer la neutralidad.

¿Su candidatura recibirá apoyos de otros partidos?

Iremos en búsqueda de confluencias democráticas, en las regiones y desde luego en Bogotá, con sectores alternativos, democráticos, y afines, alrededor de un programa que se tiene que construir colectivamente. Mi candidatura va mucho más allá del Polo.

¿Se siente confiada de ganar la alcaldía?
Muy confiada. Siento que estamos en un cruce de caminos importantísimo en el país, en el cual Bogotá va a jugar un papel estratégico. Bogotá, después de la firma de los acuerdos de La Habana, va a tener que ser un modelo de convivencia en democracia y con justicia social, que es lo que está exigiendo el país para conseguir paz y desarrollo.

Bogotá está trancada por completo en materia de movilidad. ¿Cuál es su plan?

Decir que se trancó parte de un principio que yo no comparto y es que aquí hubo un idílico pasado en el que en Bogotá no había trancones. Yo recuerdo que uno no podía transitar por la 13, por la 7ª. Los trancones son consustanciales a la vida urbana, pero sí hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorar. La primera de ellas, aunque es una solución de mediano plazo, es la iniciación de la construcción del metro, y también tenemos que seguir construyendo el TransMilenio (TM). Debemos estructurar unas alianzas público-privadas con condiciones benéficas para la ciudad, que nos permitan ampliar TM por los corredores de la avenida Boyacá y de la 68. Todas las grandes obras no son suficientes, y tenemos que abordar el problema de los huecos. Se han acumulado sin que ninguna administración haya podido hacerle frente.

¿Usted qué haría?

Las alcaldías locales son las que deben, con mecanismos transparentes de contratación, poder hacer esas obras sencillas. Estamos levantando el inventario de las 100 obras o intervenciones que contribuirían a destaponar zonas críticas en las localidades para implementarlas en los primeros 100 días de mi gobierno.

Con la inseguridad, ¿qué va a hacer?

Ha sido una situación casi que inmanejable en casi todas las ciudades y tenemos que retomar ese programa que venía avanzando de atención especial a zonas críticas, con gerencia de carácter integral para desarticular las bandas delincuenciales. Bogotá se defiende con 8.000 policías por turno, lo que es una proeza. Creo que tenemos que incorporar la cultura de la denuncia. La georreferenciación de esas denuncias es uno de los puntos centrales para ubicar el accionar de esas bandas dedicadas al hurto callejero. Además, el alcalde de Bogotá es el jefe de la Policía pero hay una línea de mando desde el Ministerio de Defensa y, entonces, tenemos que actuar concertadamente con la Nación. Nosotros vamos a tenderle la mano a los jóvenes de esta ciudad que necesitan oportunidades de educación, de trabajo, de cultura, de recreación, de deporte, etc.

¿Advierte una guerra sucia en la campaña por la alcaldía?

Sin lugar a dudas y lo he dicho en muchas oportunidades: endilgarles culpas ajenas a las personas, en busca de réditos políticos, es antiético e infructuoso.

En un video se le vio muy molesta con el candidato Francisco Santos, del Centro Democrático. ¿Qué fue lo que pasó?

El tema va más atrás. El señor Francisco Santos utilizó unos señalamientos inaceptables y desde luego me ofreció la mano y yo no se la acepté, en una reacción perfectamente natural frente a ofensas que yo no me atrevería a hacerle a Santos. Él quiere endilgarme cosas que no tienen nada que ver con mi comportamiento. ¿Qué tal que yo hiciera lo mismo con él, y le endilgara todo lo que sucedió en los dos gobiernos del presidente Uribe? Él fue el segundo al mando y tenía bajo su dirección la Oficina del Zar Anticorrupción, un cargo que además en su momento me ofreció y yo no acepté.

¿La campaña será la disputa radical entre la izquierda y la derecha?

Veo un esfuerzo muy grande de unas personas para encaramarse en las encuestas, haciendo señalamientos que poco tienen que ver con el debate de las ideas. Esa guerra sucia no les da resultados. Entre más me atacan, más solidaridad y apoyo y respaldo encuentro.

¿Cuál sería la diferencia entre una alcaldía suya y la de Petro?

Muchísima. Ninguna alcaldía es igual a otra. Yo gobierno propiciando el consenso, trabajo incansablemente para solucionar problemas que no dejo que se crezcan, los atiendo de manera directa e inmediata, con mi presencia física. Soy buena coequipera. Uno de los proyectos que me parece esencial es proyectar a Bogotá hacia una ciudad del conocimiento, entendida como la aplicación de las tecnologías de la información, la comunicación, ciencia y tecnología, para mejorar la calidad de vida de la gente. Para eso se necesita una alianza Gobierno-academia-empresa que empiece a perfilar las oportunidades en las carreras técnicas y tecnológicas.

¿De 1 a 5, con cuánto califica al alcalde Petro?

Pienso que todos los gobiernos tienen cosas buenas, cosas malas, y que Petro ha hecho muchas cosas buenas. Por ejemplo, le vi el valor al implementar el mínimo vital de agua, que nosotros habíamos dejado, y que él extendió al estrato 2. Trajo la conciencia de la necesidad de que la ciudad se adapte al cambio climático. Ha tenido errores, pero a Petro lo han estigmatizado por ser de izquierda. Me parece un error estigmatizar a un gobierno con base en sus errores, y de espaldas a sus aciertos.
¿Cómo sería una alcaldía suya?

Va a ser un gobierno de todos y para todos. Aspiro a reunir un consenso mayoritario en la ciudad que garantice la gobernabilidad. En mi gabinete estarán representados mis amigos y algunos de mis contendores.

El Tiempo, Bogotá.

 

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