Conecta con nosotros

Nacionales

A instancias de audiencia convocada por senador Castilla, Cundinamarca y Tolima reclaman reconocimiento de los derechos del campesinado

La provincia del Sumapaz está conformada por 10 municipios, siendo su capital y centro económico Fusagasugá. Esta región históricamente se ha caracterizado por la defensa del territorio, por las luchas agrarias, por la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de condiciones dignas de vida. La lucha agraria de la región del Sumapaz y oriente del Tolima ha sido encabezada por importantes líderes como Juan de la Cruz Varela y Erasmo Valencia.

Juan de la Cruz, líder nato y comprometido con el campesinado de la región, luchó siempre por la defensa de los derechos de los campesinos y la gente humilde.

Publicado

en

La provincia del Sumapaz está conformada por 10 municipios, siendo su capital y centro económico Fusagasugá. Esta región históricamente se ha caracterizado por la defensa del territorio, por las luchas agrarias, por la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de condiciones dignas de vida. La lucha agraria de la región del Sumapaz y oriente del Tolima ha sido encabezada por importantes líderes como Juan de la Cruz Varela y Erasmo Valencia.

Juan de la Cruz, líder nato y comprometido con el campesinado de la región, luchó siempre por la defensa de los derechos de los campesinos y la gente humilde.

Sus esfuerzos impulsaron una fuerte movilización donde los campesinos exigieron sus derechos frente a los hacendados, dejando de pagar arriendo y proclamándose colonos, es decir, ocupantes legítimos de terrenos baldíos. Tales iniciativas llevaron a consolidar una poderosa federación regional que llamaron la “Colonia Agrícola del Sumapaz”, la más amplia organización campesina del período.

Lo mismo puede decirse de otras dos regiones cruciales para las luchas campesinas en Colombia: la región del Tequendama y el norte del Tolima. En el primer caso se han destacado municipios como Viotá y Quipile, mientras en el segundo resaltan Villahermosa y el Libano, cuna del actual Coordinador Nacional Agrario (CNA).    

Tras luchas de décadas por mejorar las precarias condiciones de los campesinos, no se han logrado los cambios que se pretenden. Por el contrario, se ha intensificado la estigmatización, el desplazamiento, la violación a los derechos humanos, el abandono y olvido del Estado.

En la Audiencia pública regional por el reconocimiento de los derechos del campesinado, convocada por el senador  del Polo Democrático Alternativo, Alberto Castilla, realizada el pasado 14 de agosto en Fusagasugá, se escucharon voces de reclamo de los diferentes líderes y organizaciones campesinas que asistieron a este importante evento.

Javier Medina, del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP) y la Estrategia colaborativa por la garantía de los derechos  a la tierra y al territorio, intervino para hacer un contexto de la situación del campesinado a nivel nacional, destacando la importancia de las luchas por la reforma agraria y la soberanía alimentaria. Agregó que la realidad del campo está “sobrediagnosticada” y que aspectos como la pobreza rural, la gran minería, los conflictos por el uso del suelo y la extrema concentración de la tenencia de la tierra revelan la necesidad de impulsar políticas públicas redistributivas y transformativas en el campo colombiano, privilegiando espacios de participación en los niveles local y departamental, en el marco de un esfuerzo amplio por el reconocimiento del  campesinado como sujeto político.

David Pulido, del colectivo Tierra Libre, intervino haciendo un contexto regional que destacó las dificultades del campo tras la apertura económica y las repercusiones negativas que ha traído para el sector agrícola. Agregó que en el departamento de Cundinamarca se viene profundizando un modelo de ordenamiento territorial contrario a los intereses del campesinado, poniendo como ejemplo la Sabana de Bogotá, zona que posee tierras de buena calidad destinadas a grandes proyectos de infraestructura y cultivos agroindustriales ajenos a la economía campesina.

El senador Alberto Castilla describió la grave problemática que padece el campesinado colombiano: la ausencia de una genuina reforma agraria y la concentración de la propiedad rural; los impactos del libre comercio en la agricultura; la profundización del modelo extractivista que privilegia la gran minería, la extracción de hidrocarburos y la construcción de represas que afectan el territorio; el no reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos y la exclusión de los escenarios de participación, entre otros.

Tras evidenciar el preocupante panorama del campo colombiano, el senador Castilla se refirió a la reforma constitucional que está impulsando para alcanzar el reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos, el reconocimiento de la territorialidad campesina y el derecho a la consulta popular para decidir sobre posibles situaciones que puedan afectar a los territorios donde habitan las comunidades campesinas.

Las organizaciones y líderes campesinos presentes, provenientes de las regiones del Sumapaz, Tequendama y norte del Tolima, integrantes de procesos como el Coordinador Nacional Agrario, Fensuagro, Congreso de los Pueblos, Marcha Patriótica, la campaña Agua sí, Petróleo No, la Federación de Estudiantes de Agronomía de Colombia, así como varios procesos de producción y comercialización campesina, coincidieron en apoyar de manera decidida esta importante iniciativa que esperan sea aprobada en el Congreso de la República, y que se consolide como un aporte hacia el mejoramiento de las condiciones de vida y la construcción de paz. En el evento también participó el dirigente nicaragüense Fausto Torres, integrante de la CLOC-Vía Campesina. 
Los asistentes llamaron a la movilización por la defensa de los bienes comunes como el agua, la vida y el territorio, por la unidad de las luchas campesinas, y por la defensa de los ecosistemas de la región, en especial el páramo de Sumapaz, el más grande del mundo. 

En el cierre del evento, el senador Castilla manifestó la necesidad de avanzar hacia una reforma agraria integral que redistribuya y democratice la propiedad de la tierra; que los baldíos y latifundios se pongan a disposición de los campesinos y no de los empresarios; que se garantice el acceso a la tierra para aquellos que no la tienen y que las exigencias del movimiento campesino expresadas en la movilización social se conviertan en política pública para construir un país más justo y en paz.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *