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Betsabé Espinal, mujer valiente y luchadora: pionera en la defensa de los derechos laborales en Colombia

Hace 99 años, un 4 de Marzo de 1920, un grupo de trabajadoras triunfaron en una de las primeras huelgas textileras en Colombia. Un país que ha sido atravesado por la injustica laboral y los abusos contra el cuerpo de la mujer, no en vano, en aquel entonces, estas valientes mujeres exigían eliminar los abusos económicos y sexuales por parte de sus superiores.

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Hace 99 años, un 4 de Marzo de 1920, un grupo de trabajadoras triunfaron en una de las primeras huelgas textileras en Colombia. Un país que ha sido atravesado por la injustica laboral y los abusos contra el cuerpo de la mujer, no en vano, en aquel entonces, estas valientes mujeres exigían eliminar los abusos económicos y sexuales por parte de sus superiores.

 

Cindy Borrero. Historiadora de la Universidad de Antioquia. Especialista en Cultura Política: Pedagogía de los Derechos Humanos. @CindyBorreroV.

Hace 99 años, un 4 de Marzo de 1920, un grupo de trabajadoras triunfaron en una de las primeras huelgas textileras en Colombia. Un país que ha sido atravesado por la injustica laboral y los abusos contra el cuerpo de la mujer, no en vano, en aquel entonces, estas valientes mujeres exigían eliminar los abusos económicos y sexuales por parte de sus superiores.

“Aquella huelga de señoritas”, como tituló la bella columna el periodista Reinaldo Spitaletta, marcó nuestra historia y en estos tiempos late con más fuerza, recordándonos la figura de una mujer que rompió paradigmas para luchar con ímpetu y férreo carácter por sus derechos, pues su objetivo y el de sus compañeras, era mejorar sus condiciones laborales, cansadas de los atropellos patronales.

Bajo una construcción en forma de sierra para permitir la ventilación, ellas tenían que trabajar descalzas, paradas y en turnos de diez y doce horas; este fue el escenario donde Betsabé Espinal se convirtió en la voz de una protesta que paralizó por tres semanas la principal fábrica textil de ese momento, la Fábrica de Tejidos de Bello. Allí, 400 mujeres obreras anunciaron el cese de actividades con un pliego de peticiones que reclamaba como primer punto igualdad en el salario, dado que ganaban entre $0.40 y $1.00 la semana; mientras los hombres, por hacer el mismo oficio, ganaban entre $1.00 y $2.70.

En este contexto, la figura de Betsabé Espinal nacida en Bello en 1896 se constituyó como la líder, quien organizó a sus compañeras en grupos de trabajo. Al tercer día de la huelga, formó una delegación que viajó a Medellín para buscar lazos de solidaridad. Recorrieron la Gobernación de Antioquia, los periódicos El Espectador, El Correo Liberal y El Luchador, que generó un gran despliegue informativo, advirtiendo a la opinión pública esta situación, y despertando el apoyo de la comunidad en general.

Durante 21 días que duró la protesta, Betsabé se convirtió en ejemplo de lucha por la dignidad de las obreras. Ni las amenazas del dueño de la fábrica, ni mucho menos los ruegos del cura de la iglesia, hicieron que desistieran en su propósito. La fuerza con la que habían sostenido esta huelga, estaba revestida por las palabras de aliento que llegaban de diferentes rincones del país y la justeza de sus reivindicaciones.

En esa época, era impensable que una mujer y menos que un grupo de obreras, tomara la decisión de parar y exigir sus derechos. Por eso, fue heroico el proceso liderado por Betsabé, una humilde campesina de tan solo 24 años que se opuso a las reglas que en esa sociedad conservadora, relegaba a la mujer a un segundo plano, sin posibilidades de discutir frente a las injusticas y el orden establecido. Finalmente, consiguieron un aumento en el salario del 40%, una jornada laboral de 10 horas con tiempo para descansar, lograron poder ir calzadas al trabajo y que expulsaran a los empleados que abusaban de ellas.

No obstante, la historia ha sido injusta con Betsabé Espinal, pocos registros quedan de esta pionera en defensa de los derechos laborales. Los olvidos selectivos por un discurso que construye héroes ensalzados en gestas que no les pertenecen, han hecho que muchas mujeres queden en los anales de los escritorios como anécdotas y no sean reconocidas, es por eso que en esta fecha donde se conmemora la lucha por los derechos de las mujeres, debemos alzar la voz con firmeza y tal como lo dijo Betsabé, gritar que para cambiar este mundo inequitativo: “tenemos nuestro carácter, nuestro orgullo, nuestra voluntad, y nuestra energía”

 

Tomado de http://www.cedesip.org/

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