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Globalización financiera

Con la revolución francesa se derrota al feudalismo y su doctrina conservadora, y con ella se consagra la doctrina liberal que permite el desarrollo del capitalismo productivo. El cual significa, a pesar de las contradicciones creadas entre el capital y el trabajo, un gigantesco avance en la producción industrial, agrícola y demás sectores de bienes y servicios que en buena forma beneficiarían a la humanidad.

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Con la revolución francesa se derrota al feudalismo y su doctrina conservadora, y con ella se consagra la doctrina liberal que permite el desarrollo del capitalismo productivo. El cual significa, a pesar de las contradicciones creadas entre el capital y el trabajo, un gigantesco avance en la producción industrial, agrícola y demás sectores de bienes y servicios que en buena forma beneficiarían a la humanidad.

 

José Rafael Espinel Páez, Cúcuta, agosto 14 de 2018

Con la revolución francesa se derrota al feudalismo y su doctrina conservadora, y con ella se consagra la doctrina liberal que permite el desarrollo del capitalismo productivo. El cual significa, a pesar de las contradicciones creadas entre el capital y el trabajo, un gigantesco avance en la producción industrial, agrícola y demás sectores de bienes y servicios que en buena forma beneficiarían a la humanidad.

Infortunadamente en la guerra de los mil días en Colombia (entre octubre 1899 y noviembre del 1902) ganaron las fuerzas conservadoras y el partido liberal en medio de su derrota y la cada vez más fuerte intervención de Estados Unidos se plegó a las ideas feudales. En este contexto la débil y sometida burguesía productiva, implantará solo las bases capitalistas que principalmente favorecían al naciente imperio norteamericano y sus multinacionales.

Ahora, cuando el capitalismo norteamericano entra en crisis por la superproducción de mercancías y el bajo consumo por parte de la gente, la burguesía financiera se toma el poder en el mundo y con su doctrina neoliberal, los bancos y las multinacionales ponen al orden del día el agio y la especulación y se hacen al control de los Estados para ponerlos exclusivamente a su servicio, convirtiendo en comodities todos los bienes y servicios inherentes a la vida; como el agua, la salud, educación los alimentos, la cultura etc.

Desgracia para Colombia es que los partidos tradicionales, ahora llámense como se quieran llamar, no defienden los interés de la nación y su pueblo, pues desde la constitución de 1991 abrazaron la doctrina neoliberal, con la obvia consecuencia que cada presidente es peor que el anterior y son cada vez mas graves las penurias del pueblo. Lo corrobora con cinismo el presidente del senado Ernesto Macías, en su discurso del pasado 7 de agosto 2018 en la plaza de Bolívar, quien describe parte de los efectos e impactos negativos de estas medidas y solo hace responsable al expresidente Santos por dejar en precarias condiciones al país.

Pero, eso sí, se cuida de no explicar que los causantes de ésta crisis son los últimos cinco presidentes de Colombia y sus bancadas en el congreso, incluyendo a su jefe Álvaro Uribe, quienes desde 1991 se han esforzado en aplicar el recetario del consenso de Washington, que impuso entre muchas otras cosas los TLC, Tratados de Libre Comercio.

Ahora, más de lo mismo, con las “recomendaciones” de la OCDE, por ejemplo, ya se habla que todos los pagos que se hagan en efectivo tendrán que pagar el impuesto del 4 por mil y el Ministro Carrasquilla refiriéndose a la “clase media” propone aumentar el número de contribuyentes de renta pasarían de 2,5 a 4,5 millones de personas y subir las tarifas de energía, en ELECTRICARIBE.

Finalmente, el presidente Iván Duque, estoy seguro, no importa la forma y estilo que adopte su gobierno, así lo pinten de color naranja, es un hombre formado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) -como varios de sus vice-ministros-. No nos hagamos ilusiones, él estará al servicio de la globalización financiera.

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