Nacionales
Juventud laboral colombiana: sin futuro
Por Karola Enriquez Arias / La Otra Cara
Del total de empleos informales en Colombia, el 65.3% de estos, son ocupados por jóvenes entre los 15 y 24 años.
Tan solo tenía dos años de edad, cuando el entonces Presidente César Gaviria, condenaba las generaciones existentes y se burlaba de la mía al recibirnos a la vida con la frase “compatriotas bienvenidos al futuro”. Veinticinco años después, me pregunto: ¿A qué clase de futuro se refería?
Por Karola Enriquez Arias / La Otra Cara
Del total de empleos informales en Colombia, el 65.3% de estos, son ocupados por jóvenes entre los 15 y 24 años.
Tan solo tenía dos años de edad, cuando el entonces Presidente César Gaviria, condenaba las generaciones existentes y se burlaba de la mía al recibirnos a la vida con la frase “compatriotas bienvenidos al futuro”. Veinticinco años después, me pregunto: ¿A qué clase de futuro se refería?
Las políticas neoliberales, implementadas en los gobiernos de Gaviria, Samper, Pastrana, Uribe y Santos, han sido devastadoras para la gran mayoría de los colombianos, pero han golpeado con mayor tenacidad a los jóvenes.
El abaratamiento de la mano de obra, pilar de la política neoliberal, trajo consigo la implementación de una serie de reformas laborales de matriz flexibilizadora, que desmontaron los derechos de los trabajadores colombianos. Con la falsa teoría de reducir los gastos laborales para crear empleo formal se expidieron las Leyes 50 de 1990, 789 de 2002 y la reciente “Ley de formalización y generación de empleo “más conocida como “Ley de Primer Empleo”, con resultados catastróficos.
No es cierto que el recorte de derechos laborales haya generado empleo para la juventud. En la actualidad, el desempleo juvenil es del 16%, muy superior al de todo el país y la informalidad laboral de los jóvenes llega a la astronómica cifra del 78%, lo que nos pone en el deshonroso primer lugar de la lista de países de la región con mayor informalidad.
En Colombia, el 65% de la población joven ocupada, no tiene contrato de ningún tipo, lo que explica la alta tasa de informalidad en el empleo juvenil. Del total de empleos mal remunerados que existen en Colombia: los jóvenes entre los 15 y los 24 años ocupan el 52,9% y los mayores de 25 ocupan el 25%. Del total de empleos informales, el 65.3% de ellos, están ocupados por jóvenes entre los 15 y 24 años. Además, dos de cada tres jóvenes trabajan en condiciones de informalidad sin cotizar a pensiones y salud y tan solo el 12% de los contratados tiene derecho a prima de navidad y 47% derecho a vacaciones.
Los jóvenes que logran entrar al mundo laboral lo hacen con menos garantías y derechos laborales en comparación con los trabajadores antiguos. Por citar algunos ejemplos: los nuevos trabajadores de la multinacional de telecomunicaciones Claro S.A.(que en su mayoría son jóvenes) son tercerizados; en el magisterio, se creó un estatuto docente para los maestros nuevos (que en su mayoría son jóvenes) cuyo objetivo es reducir los gastos laborales en el sector de la educación y en los hospitales públicos están reemplazando las plantas permanentes de personal por plantas de personal temporales y tercerizadas, compuestas principalmente por jóvenes. En Bogotá, la contratación por prestación de servicios aumentó en el periodo comprendido entre 2012 y 2014 según el último informe de la Contraloría Distrital.
En materia pensional, hace 20 años los colombianos se pensionaban si reunían 500 semanas, hoy se necesitan 1300 y cumplir 57 años (mujeres) o 62 años (hombres). Y como si no fuera suficiente, el gobierno de Juan Manuel Santos, cumpliendo al pie de la letra las imposiciones de la OCDE, impulsa una reforma pensional con el objetivo de acabar con el sistema público pensional y sustituirlo por uno privado, aumentar la edad de pensión de los hombres y las mujeres para evitar que se pensionen y reducir el monto de la pensión por debajo del salario mínimo.
Lo peor de todo es que la situación tiende a empeorar, porque en época de crisis se necesita recuperar la decreciente tasa de ganancia y eso se obtiene con la explotación de los trabajadores. Ya lo advirtió Juan Manuel Santos en su alocución presidencial de enero de 2015, al gobierno le toca “ajustarse el cinturón”, lo que se traduce en recorte de derechos laborales y, por supuesto, a quienes les irá peor es a los jóvenes colombianos.
Los jóvenes colombianos, encabezados por la MANE cumplieron la tarea histórica de organizarse y luchar para defender la educación pública, ahora tenemos la enorme responsabilidad de impedir que nos sigan arrebatando los derechos laborales.
@KarolaEnriquez
Laotracara.co, Bogotá.