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La conservación del agua en Colombia

Por: Mario Avellaneda C.*   

Un proyecto de ley de páramos, una hoja de ruta y unas licencias ambientales express conspiran contra la conservación del agua ya no solo del macizo de Santurbán sino de todo el país.

La consigna del Comité para la Defensa del Páramo de Santurbán sigue vigente: ¡Agua Sí… Oro No!

El juego a todas las bandas, que se está haciendo por parte del Gobierno Nacional y del de Santander para favorecer a las multinacionales mineras y a las empresas petroleras dentro del esquema de las estrategia del presidente Juan Manuel Santos,

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Por: Mario Avellaneda C.*   

Un proyecto de ley de páramos, una hoja de ruta y unas licencias ambientales express conspiran contra la conservación del agua ya no solo del macizo de Santurbán sino de todo el país.

La consigna del Comité para la Defensa del Páramo de Santurbán sigue vigente: ¡Agua Sí… Oro No!

El juego a todas las bandas, que se está haciendo por parte del Gobierno Nacional y del de Santander para favorecer a las multinacionales mineras y a las empresas petroleras dentro del esquema de las estrategia del presidente Juan Manuel Santos,

de poner a caminar por encima de todos los intereses colectivos incluido el más vital de todos: la conservación del agua, ya no tiene límites.

Mientras por un lado de manera permanente se llama a de desarrollar acciones para enfrentar el cambio climático, una de cuyas implicaciones más importantes es el impacto que está sufriendo el ciclo del agua sobre el planeta, que en las zonas de las altas montañas está significando el agotamiento acelerado de los casquetes de hielo, la disminución de los niveles de los cuerpos lagunares y el agotamiento cada vez por periodos más largos del agua superficial, que corre por los lechos de los ríos, las quebradas y los riachuelos, por la otra sin ninguna cortapisa, se apoyan los grandes proyectos mineros y petroleros que afectan de manera significativa la estabilidad, la calidad y cantidad del recurso estratégico más importante que tenemos en términos del corto, mediano y largo plazo para enfrentar la crisis del agua que está generando el cambio climático: el agua subterránea.

Se promueve un proyecto de ley para expulsar a los campesinos, indígenas y negros de las altas montañas que han ocupado como su territorio unos por varias centurias y otros con una tradición milenaria, presiona de manera indebida el Vicepresidente Vargas Lleras, colocándose en los límites de la ilegalidad, la aprobación de las licencias ambientales express, reduciendo los tiempos necesarios para emitir juicios equilibrados sobre las implicaciones de los proyectos frente al ambiente y por otra parte con la táctica proceso, para engañar a los más tontos, se diseña una hoja de ruta para Santurbán, para que las instituciones (llámese Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de Ambiente, Instituto von Humboldt y Universidades), cumplan, por fin, con sus funciones a cabalidad de diseñar políticas de desarrollo rural sostenible, de ordenamiento territorial, de investigación sobre los recursos vivos de los ecosistemas paramunos y de control ambiental sobre las aguas servidas de la actividad minera.

La resistencia que se ha construido alrededor del páramo de Santurbán debe proseguir, pero esta vez con una dimensión mayor: La de promocionar una ley ambiental del agua (léase de toda el agua: la superficial y la subterránea), que fije los límites que jamás se deben pasar para garantizar su conservación y su calidad a perpetuidad y el derecho vital de consumo para todos y todas dentro del territorio colombiano, esa si debe ser una decisión EXPRESS que debe aprobar el parlamento por encima de todos los asuntos que está tratando en este periodo.

*Biólogo, profesor Universidad Nacional.

 

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