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Las Ceibas de Neiva: el río de la vida

Por Carlos Tobar / Diario del Huila  

Los neivanos tenemos en el río de Las Ceibas la fuente de la vida. De él tomamos el agua potable, ese líquido precioso con que calmamos la sed de nuestros cuerpos, preparamos los alimentos, aseamos nuestros cuerpos y los sitios de residencia o de trabajo, lavamos las prendas de vestir…o utilizamos como materia prima para producir los alimentos, o construir las viviendas o los miles de bienes que facilitan nuestras vidas. Sin este líquido vital, despareceríamos como organización social;

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Por Carlos Tobar / Diario del Huila  

Los neivanos tenemos en el río de Las Ceibas la fuente de la vida. De él tomamos el agua potable, ese líquido precioso con que calmamos la sed de nuestros cuerpos, preparamos los alimentos, aseamos nuestros cuerpos y los sitios de residencia o de trabajo, lavamos las prendas de vestir…o utilizamos como materia prima para producir los alimentos, o construir las viviendas o los miles de bienes que facilitan nuestras vidas. Sin este líquido vital, despareceríamos como organización social;

Neiva se convertiría en una ciudad fantasma.

De tiempo atrás, la falta de previsión y la ignorancia, llevó a que nuestros ancestros y nosotros mismos afectáramos, en materia grave, la estabilidad ecológica de la cuenca que da origen y sustento al río de Las Ceibas. La depredamos a tal grado que el mismo río empezó a pasarnos cuenta de cobro, cuando en los fuertes inviernos las crecientes arrasaron las orillas habitadas sin precaución, cobrando vidas y bienes de sus moradores, o cuando en los veranos apareció el riesgo de la escasez en el suministro de agua para consumo humano.

Fueron tantos y tantos los abusos –o siguen siendo: v.gr. los paseos de olla, o las licencias para la explotación de material pétreo– que nos obligó, a través de los gobiernos, a diseñar un plan serio de recuperación de su cuenca hidrográfica. En ese plan se han invertido cuantiosos recursos en los últimos 7 años, un poco mas de 30.000 millones de pesos, y se invertirán, a precios de hoy, durante los próximos 13 años otros 50.000 millones de pesos más. Aunque, es bueno decir que, desde la década de los años 80 del siglo pasado se vienen invirtiendo importantes recursos de la nación, el departamento y la municipalidad para tal fin. Pero la contribución más importante –a más que un sacrificio– lo ha hecho la comunidad rural de la cuenca, los cerca de 3.000 habitantes de sus veredas en la parte alta, media y baja: han tenido que trasladarse de sitios que se consideraron inadecuados para la explotación agropecuaria, han tenido que cambiar sus prácticas culturales de cultivo y producción por otras amigables con el medio ambiente, ajustando estos cambios a recursos limitados y escasos.

Por lo que significa para los neivanos el río de Las Ceibas, es que no se entiende cómo el gobierno nacional, de manera olímpica e irresponsable, sin consultar con los directos afectados: los ciudadanos de este municipio, otorga licencia de exploración y posible explotación de petróleo en la cuenca media del río. Todos sabemos que las técnicas de exploración y posterior explotación de hidrocarburos, no son propiamente amigables con el agua. Que las técnicas de sísmica para exploración pueden afectar la estabilidad de las tierras de ladera de una cuenca con pendientes tan altas como esta. Que las técnicas de perforación de pozos petroleros, penetran acuíferos importantes alimentados con las aguas lluvias que la cordillera recoge y, lo que es peor, que las técnicas de extracción de petróleo utilizan aguas superficiales y de acuíferos para inyectar a presión y así obtener los hidrocarburos.

Por estas razones, y por muchas más, los neivanos y los huilenses debemos ponernos en pie para gritar: ¡el río no se explota, se protege!

Diario del Huila, Neiva.

 

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