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Los arroceros, ‘atados’ por falta de inversión del Estado

Reestructurar las políticas nacionales del sector arrocero es la petición que la organización Dignidad Arrocera le hace al Gobierno Nacional.

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Reestructurar las políticas nacionales del sector arrocero es la petición que la organización Dignidad Arrocera le hace al Gobierno Nacional.

Este sector es el que, según el representante nacional de Dignidad Arrocera en el departamento de Sucre, Édgar Francisco Imbeth Ricardo, fortalece la región.

“Hay unas 68 mil hectáreas de tierras en donde se ejerce la actividad agrícola, de estas 60 mil son en arroz, las cuales intervienen en el producto interno bruto del departamento, en aproximadamente el 71 % que produce unos 350 mil jornales, sustento del 85 % campesinos, es la cultura engendrada con la economía que nos corresponde salvar”, expresó Imbeth.

El directivo aseguró que la situación del sector es crítica pues la población arrocera quedó sin crédito, el mecanismo financiatorio dependen de la industria, los intereses financiatorios pasan de 2.5 a 3.5, quien produce está casi obligado a entregarle todo a la industria, las evaluaciones del arroz va a unos estudios de molinería sin supervisión de la Superintendencia de Industria y Comercio y no tienen maquinaria adecuada.

“Si el Estado no interviene en la financiación, el productor tienen que estar sometido a quien aporte el dinero, y el Estado está aportando en este momento, de un ocho a un 10 por ciento de la financiación. ¿Si la industria financia el 75% de 60 mil hectáreas de arroz, qué capacidad tiene el agricultor para generar en combinación con el Estado temas comerciales?”, cuestionó.

En la reunión que tuvieron el fin de semana con varios miembros del Gobierno pidieron que evalúen el endeudamiento del sector, medidas contundentes dentro de la economía para evitar que la tierra de los arroceros sea rematada por la banca pública o la industria y que el Estado conozca que este sector no tiene capacidad para generar comercialización.

“El arrocero de La Mojana le tiene miedo a la industria porque la plata no es de él y si estas personas salen a reclamar no les prestan más plata, les cobran su dinero y tienen que entregar su potencial económico, entonces vivimos en un estado penoso y la única salida que tiene el pueblo mojanero es salir a la calle y dar a conocer sus problemas”, explicó Imbeth.

Tomado de elheraldo.com

 

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