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Los precios de la gasolina y del diésel oil (ACPM) son muy altos en Colombia

Por Diego Otero Prada  

Aquí viene la paradoja, Colombia exporta petróleo y tiene los precios de  la gasolina y el diésel más altos de los países exportadores de petróleo.

De 29 países del continente americano referidos por el informe anual 2010/2011 de la GTZ sobre precios de los combustibles,

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Por Diego Otero Prada  

Aquí viene la paradoja, Colombia exporta petróleo y tiene los precios de  la gasolina y el diésel más altos de los países exportadores de petróleo.

De 29 países del continente americano referidos por el informe anual 2010/2011 de la GTZ sobre precios de los combustibles, solamente Uruguay, Brasil, Cuba y Guadalupe  están por encima de Colombia en los precios de la gasolina y el diésel.

Como un ejemplo de esta situación, para el 19 de agosto de 2013, en Estados Unidos un galón de gasolina costaba  en promedio 6.345 pesos y uno de diésel 7.410 pesos, mientras en Colombia los precios correspondientes eran de  8.448 pesos y 8.049 pesos. Lo notable del asunto está en el hecho que Estados Unidos es un importador de petróleo y tiene un ingreso por  habitante cinco veces más que Colombia.

Por qué los precios de los combustibles son altos en Colombia

Por la filosofía que inspira a los gobiernos y a los reguladores. En el caso de los combustibles, la política de precios se basa en el concepto del costo de oportunidad, es decir, se supone que el productor de la gasolina y el ACPM (diésel), en nuestro caso ECOPETROL,  debe recibir un ingreso como si fuera importador o exportador. Es decir, los precios no tienen nada que ver con los costos de producción  internos. Entonces, al definir así la política, viene lo sorprendente, si no se aplica esta política de precios, o sea, si no se ajustan los precios de la gasolina  y el diésel a los movimientos de los precios internacionales, el gobierno queda deudor de Ecopetrol con la diferencia entre lo que debería cobrarse y lo que realmente le llega a la empresa, a una empresa con mayoría de capital estatal en 90 por ciento, para el beneficio de unos accionistas minoritarios. De ahí que en las cuentas del gobierno, para promover esta política  desastrosa para los colombianos, siempre se refiere a que si no se la aplica,  el presupuesto nacional debe correr con la diferencia.
Este concepto de costo de oportunidad parte del principio de una economía de competencia perfecta, en la cual se aplica el principio de que el precio es igual al costo marginal, es decir, el costo de producción de la última unidad. Pero el mercado petrolero es un mercado especial ya que como el petróleo es un recurso natural no renovable, su  precio es igual al costo de producción más una regalía (un valor adicional para  tener en cuenta que este recurso se agota). Pero, por  otra  parte, el mercado petrolero es imperfecto porque los precios son resultado de la manipulación por parte de los países de la OPEP, así que los precios resultantes no reflejan el verdadero valor de un barril de petróleo. Por supuesto, para los países importadores no les queda  más alternativa que pagar el precio determinado por este mercado imperfecto. Pero para los países exportadores el criterio debe ser diferente, o sea, no tiene por qué ser el precio internacional la base de los precios internos, sino que entran otros factores como utilizar este recurso para mejorar la competitividad del país y consideraciones sociales, aspectos totalmente válidos.

Precios según costos internos

Para explicarlo en términos  sencillos y con cifras aproximadas. Si se cobrara  la gasolina por los costos de producción  en Colombia, el precio para agosto de 2013 se descompondría de la siguiente manera:

  1. Precio del petróleo, puesto  en refinería colombiana: $1.131(US$ 25,00 el barril y tasa de cambio de 1900 pesos por dólar)
  2. Margen de refinación: $226,2 (US$ 5,0 por barril)
  3. Márgenes de mayorista, minorista y otros costos: $ 1.163,6
  4. Impuestos: $ 2.534,4
  1. Precio total de un galón de gasolina: $ 5.055,3

Este precio comprende una rentabilidad normal, pero como hay que valorizar el petróleo, y además es conveniente fortalecer  a Ecopetrol, podría pensarse en que obtuviera una rentabilidad   bien atractiva y reconocerle, por ejemplo, $ 2000 por galón adicionales (147,4 por ciento sobre los costos), con lo cual el precio aumentaría a 7.055,3 pesos el galón.

En realidad, el cálculo exacto sería el de determinar el valor dela regalía que reconozca  el hecho que el petróleo se va a  acabar en Colombia en un determinado número de años, que en otras palabras es el valor necesario para que el país invierta en desarrollo de tal manera  que cuando se agote el petróleo exista el sustituto que permita seguir recibiendo los mismos recursos.

Precios según costos de oportunidad

Si se utiliza el concepto de costo de oportunidad, las  cifras son las siguientes:

  1. Precio del galón de petróleo a precio internacional puesto en refinería: $4523,8  (US$ 100,00 el barril)
  2. Margen de refinación: $226,2
  3. Márgenes mayoristas y minoristas: 1.1163,6
  4. Impuestos: $ 2.534,4
  5. Precio total del galón: $8.448,0

Los dos cálculos muestran la ganancia extraordinaria para Ecopetrol de aplicar la actual política de precios en el caso de la gasolina, un excedente  de $ 3.392,8 pesos por galón al comparar el  precio según el costo de oportunidad  con el  precio por costos internos, y de 2000 pesos el galón al  incluir una ganancia adicional de 2000 pesos el galón para Ecopetrol, que es una forma de incluir una regalía para valorizar un recurso energético no renovable, lo que significa 1392,8 pesos menos por galón para la empresa estatal. Es decir, se puede disminuir el precio de la gasolina en  por lo menos 1000 pesos el galón.

Si se acogiera un  precio de la gasolina de 7.055,3 pesos el galón, se estaría más cerca del costo de oportunidad que del costo promedio interno,  pero es una solución benéfica para los hogares y el sector productivos y el gobierno sigue recibiendo los mismos impuestos por los combustibles. Por supuesto, Ecopetrol recibe menos utilidades, pero no hay razón para ganancias extraordinarias tan exageradas por las ventas internas. Es más lo que gana el país en el neto que lo que  pierde, que es lo realmente importante.

Cambiar la fórmula de precios

Entonces, lo que hay que hacer es cambiar toda la filosofía del diseño de la política de precios, y si fuere necesario, las leyes correspondientes, y acabar con la absurda idea de que hay que pagarle a Ecopetrol como si sus costos  fueran los  de los precios internacionales. Y esto no solamente se aplica para la gasolina y el diésel oil sino para todos los productos, como para el GLP.

Sí, Ecopetrol da ganancias altísimas, y su presidente  se vanagloria de ello, pero esto no tiene nada que ver con eficiencia empresarial, sino con unas reglas dictadas por el gobierno que le permiten  a la empresa ganancias monopólicas, situación que es urgente acabar.
Por supuesto, los economistas ortodoxos pondrán el grito en el cielo.  Dirán que estamos contra la eficiencia económica, que estamos contra el ahorro de recursos naturales no renovables, que estamos favoreciendo a los hogares de altos ingresos, que estamos quitándole recursos  a ECOPETROL  para invertir.

Cada uno de estos argumentos se puede controvertir. En un mundo imperfecto, la teoría económica afirma que la política de precio igual a costo marginal no es lo óptimo, que se aplicaría lo que se llama precios Ramsey, que no son necesariamente costos de oportunidad, sino que tienen una fuerte relación con los costos promedios. Ahora, el mercado petrolero internacional es altamente oligopólico, de oferta controlada, no tienen nada de perfecto.

El criterio según el cual precios de los combustibles más bajos favorece a los hogares ricos podría ser cierto hace treinta años cuando el carro  privado era privilegio de personas de altos ingresos, pero hoy es una necesidad ante los pésimos servicios de transporte público. El carro  privado ha penetrado en los estratos 3 y4 y aún en  hogares de los estratos 2. Por otra parte, el ACPM es un insumo importante para el transporte público de pasajeros y de carga.

Hay medidas para mejorar la eficiencia energética

El consumo de energía depende del stock de vehículos y del precio, siendo más importante en la demanda de combustibles la cantidad de vehículos, de ahí que  políticas que afecten a los vehículos son muy eficaces para  disminuir la demanda.

Entonces,  para promover el ahorro de energía y aumentar los ingresos del gobierno, se cuentan las siguientes medidas eficientes: altos impuestos anuales para los vehículos, prohibir la venta de carros ineficientes en consumo de combustibles, aumentar los aranceles para los vehículos, impulsar sistemas urbanos de transporte masivo, mejorar la infraestructura vial, incentivar el uso de la bicicleta, realizar diseños urbanísticos que tengan en cuenta la movilidad, entre otras acciones que impactarían mucho más que  precios de combustibles altísimos que sí afectan la competitividad y el bienestar de los colombianos.

Si los economistas ortodoxos fueran consistentes, por qué no aplican la misma política para el etanol y el biodiesel. Estos se  podrían importar a precios  más bajos de Brasil de lo que se le reconoce a los productores internos. Siguiendo a los neoliberales, les diría que el consumidor se beneficia, por lo cual hay que permitir la importación de etanol y biodiesel.

Hay que producir un revolcón en los precios de los energéticos

En conclusión, es urgente realizar un revolcón en la política de precios de los energéticos en Colombia. Los colombianos tienen razón: están cansados de  las altas tarifas de energía eléctrica, de los precios del GLP, del gas natural, de los combustibles y de los fertilizantes. Y el sector productivo, la industria, la agricultura, el turismo, todos los sectores, están agobiados por estos precios que nos hacen menos competitivos.

Por supuesto, no hay voluntad del gobierno. El presidente Juan Manuel Santos, como los anteriores gobiernos, está atrapado por los economistas ortodoxos, que no le permiten hacer cambios. Prefieren paros y revueltas a alterar su pensamiento, en una materia que es posible modificar con justificaciones económicas y de interés general. Pero para que esto se dé se requiere de nuevos liderazgos, de un  nuevo enfoque, de otro modelo. En fin, se trata de derrotar al neoliberalismo colombiano.

Bucaramanga, 11 de septiembre de 2013.

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