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Ministra, ¡atrévete a defender a tu país!

Por Mario Alejandro Valencia / Las 2 Orillas  

Este es el grito de los productores colombianos que se ven amenazados por el TLC con Corea del Sur que Cecilia Álvarez-Correa radicó con mensaje de urgencia en el Congreso.

El 26 de noviembre, la Ministra Cecilia Álvarez-Correa radicó ante la secretaría del Congreso un mensaje de urgencia para aprobar el TLC con Corea del Sur. Este es el segundo intento del gobierno por ratificar un acuerdo que acabará definitivamente con lo que se conoce de industria nacional.

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Por Mario Alejandro Valencia / Las 2 Orillas  

Este es el grito de los productores colombianos que se ven amenazados por el TLC con Corea del Sur que Cecilia Álvarez-Correa radicó con mensaje de urgencia en el Congreso.

El 26 de noviembre, la Ministra Cecilia Álvarez-Correa radicó ante la secretaría del Congreso un mensaje de urgencia para aprobar el TLC con Corea del Sur. Este es el segundo intento del gobierno por ratificar un acuerdo que acabará definitivamente con lo que se conoce de industria nacional.

El semestre pasado el proyecto se hundió por las críticas que se hicieron al mismo. No obstante, Santos II volvió a presentarlo sin cambiarle una coma.

Hace unos años muchas personas aspiraban con máquinas Electrolux, montaban en bicicletas Monark, tenían juguetes de la Fábrica Nacional de Muñecos, calzaban Corona y pintaban con Prismacolor. Esas empresas, y muchas más, generaron -durante décadas- miles de empleos, trayendo bienestar a sus trabajadores y familias. Pero el Estado decidió intervenir en la economía en contra de los productores locales y en favor de los importadores.  Como era obvio, los empleos de calidad, estables y bien remunerados en la industria se fueron reemplazando por empleos en call centers y el comercio, que poco valor agregado generan. Para colmo, el país se volvió dependiente de la extracción y exportación de recursos naturales no renovables, creando la falsa ilusión de que convertirse en sonrientes jeques árabes, cuando solo queda petróleo para 6 años.

La crisis económica del país es evidente: empleos precarios, el agro en ruinas, la industria convertida en chatarra, la salud agonizando, la educación entre las peores del mundo, una infraestructura vergonzosa, pero -eso sí- el clientelismo fluyendo a borbotones. Los únicos que no reconocen esta situación son sus responsables. El país completó un cuarto de siglo con el modelo de libre comercio, cuyo fracaso ya no solamente es teórico sino práctico. Todos los indicadores de las relaciones con el mundo, a junio de 2014, están antecedidas de un signo negativo. Comercio de mercancías: – 442 millones de dólares. Comercio de servicios: -3.012 millones. Ganancias de los factores productivos en capital y trabajo: -6.593 millones. Total de operaciones en bienes, servicios y capitales: -8.106 millones de dólares. No ganamos en uno solo. A pesar de esta realidad, el gobierno de Santos insiste en profundizar los malos negocios.

La ministra Álvarez-Correa invita a los empresarios a que se atrevan a competir y pierdan el miedo a los TLC. Agrega que su problema es de barreras mentales. Es decir, que con un curso de superación personal y actitud positiva, estarán listos para enfrentar a las potencias económicas del mundo. La realidad muestra que Colombia está lejos de ser competitiva, no por culpa de los empresarios, sino por factores que son responsabilidad directa del Estado. En América Latina, en innovación le gana Perú y Ecuador. En infraestructura le gana El Salvador y Guatemala. En disposición tecnología le gana México y Ecuador. En términos generales ocupa el puesto 69 entre 144 países. En el año 2001 era el puesto 65. ¿No es un fracaso de los gobiernos? Es evidente que no existen opciones reales de ganarle a Corea en un escenario desprotegido.

El gobierno nunca ha desconocido que la industria será perdedora en este acuerdo. Pero promete compensar los daños con dos falacias. La primera es que el sector agrícola sí se beneficiará. Corea importa US$ 26.00 millones en alimentos. Pero el 93% de sus compras en este sector lo hace a cuatro países: Nueva Zelanda, Estados Unidos, Australia y China.  No es por capricho, simplemente porque es un buen negocio. Un kilo de carne bovina en Colombia vale US$ 1,64 y en Australia, el principal proveedor coreano, vale US$ 1,59. Así mismo, 100 kilos de carne porcina en Colombia valen US$ 233 dólares y en Estados Unidos valen US$ 148 dólares. Por último, un litro de leche en Colombia vale US$ 0,46 dólares y en Nueva Zelanda US$ 0,37 dólares. Alguien tiene alguna buena idea que permita entender, ¿por qué comprarían más caro a los colombianos?

La segunda es la cacareada defensa del consumidor. No existe una política más dañina contra los consumidores, que lanzarlos a la calle sin empleo, como resultado de la quiebra de empresas en el agro y la industria. Es bien sabido que en Colombia solo se crean empleos en los computadores del DANE. El mayor empleador del país son los semáforos y además se excluyen de las estadísticas de desempleados a quienes trabajen durante una hora a la semana, remunerado o no remunerado. Lo demás son cuentos. En los últimos cinco años, la participación del empleo agrícola e industrial en el total cayó 1,32%, mientras el del comercio  aumentó 1,59%.

El Gobierno Nacional, reconocidos importadores como Carlos Mattos (financiador de la campaña de Santos) y negociantes como Carlos Ronderos, están deseosos de que el Congreso apruebe a ‘pupitrazo’ el TLC con Corea, a pesar de la enorme evidencia que prueba la crisis que traerá al sector productivo y su empleo. Frente al reto de la Ministra de Comercio, Industria y Turismo, en torno a la competencia, es justo que los colombianos exijan que actúe con los productores con la misma determinación que lo hace con los comerciantes.

Ministra, atrévase a defender a los productores de su país.

Las 2 Orillas.

 

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