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Se ajusta partidor por Alcaldía de Bogotá

En menos de tres semanas la campaña tomó un ritmo inusitado. Se oficializaron más aspirantes y solo faltaría uno o dos pesos pesados ¿Cómo arrancan? ¿Habrá consultas en mayo? ¿Madurarán coaliciones?

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En menos de tres semanas la campaña tomó un ritmo inusitado. Se oficializaron más aspirantes y solo faltaría uno o dos pesos pesados ¿Cómo arrancan? ¿Habrá consultas en mayo? ¿Madurarán coaliciones?

 

En menos de tres semanas la campaña tomó un ritmo inusitado. Se oficializaron más aspirantes y solo faltaría uno o dos pesos pesados ¿Cómo arrancan? ¿Habrá consultas en mayo? ¿Madurarán coaliciones?
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A menos de ocho meses para la elección del sucesor de Enrique Peñalosa como alcalde de la capital del país la campaña se viene acelerando semana tras semana. Si bien es cierto que todavía no se han lanzado al agua todos los candidatos, ya en el partidor hay más de nueve nombres oficializados y se espera que antes de terminar marzo la lista pueda superar la docena.

La semana que termina, por ejemplo, cierra con aspirantes nuevos. De un lado la exsenadora Claudia López oficializó su postulación dentro de la Alianza Verde y competirá por la candidatura oficial con el también exsenador Antonio Navarro Wolff, que desde el año pasado viene adelantando una campaña en barrios y casas de sus simpatizantes.

De igual manera, el Polo Democrático escogió al concejal Celio Nieves como candidato del partido a la Alcaldía, una movida que estaba cantada desde finales del año pasado.

Unos días antes fue el exministro y exalcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, que ahora hace parte del naciente movimiento político “En Marcha” -en donde recalaron muchos ex ministros santistas-, el que anunció que no descartaba la posibilidad de volver a postularse al Palacio Liévano. Esa eventualidad se concretó casi de inmediato y hoy ya hace parte de la baraja de aspirantes bajo el eslogan “construir sobre lo construido”.

A ello se suma que el pasado 25 de febrero el Centro Democrático dio a conocer los resultados de las encuestas que contrató con el fin de definir quién sería el candidato único de ese partido a la Alcaldía. Aunque el favorito para imponerse en los sondeos era el exparlamentario Samuel Hoyos, al final la ganadora sorpresivamente fue la concejala Ángela Garzón, hija del ex vicepresidente Angelino Garzón, ex segundo a bordo de Juan Manuel Santos y hoy embajador del gobierno Duque en Costa Rica.

Ya desde la segunda semana de febrero el exsecretario de Gobierno de esta Administración, Miguel Uribe Turbay, empezó a recoger firmas para inscribir su candidatura a nombre del movimiento significativo de ciudadanos denominado “Avancemos”.

La exdirectora del SENA, María Andrea Nieto, también está en ese proceso de recolección de firmas (que deben ser más de 50 mil respaldos válidos) para lanzarse a nombre de su movimiento “Voy por ti Bogotá”.

En ese primer partidor también se encuentran hoy los dos precandidatos petristas, el concejal Hollman Morris y el exsecretario de Gobierno, Jorge Rojas. En vista de que a Colombia Humana, el partido del excandidato presidencial el Consejo Nacional Electoral no le otorgó la personería jurídica, el primero busca el aval del Movimiento Alternativo Independiente Social (MAIS), en tanto que el segundo está recogiendo firmas.

En cuanto a otros nombres es claro que el exsenador Carlos Fernando Galán está preparando una candidatura pero aún no la ha oficializado. Sin embargo, una rápida revisión de su cuenta de Twitter evidencia un alud de opiniones diarias sobre asuntos de la ciudad. Ido de Cambio Radical hace un buen tiempo, para nadie es un secreto que su intención es amparar su aspiración bajo el Nuevo Liberalismo, pero ya en el Consejo Nacional Electoral se perdió la batalla para que le fuera resucitada la personería jurídica y se está a la espera de un último chance ante el Consejo de Estado. Si no hay luz verde, se iría por firmas.

¿Quiénes faltan?

De los nombres que venían sonando como posibles aspirantes ya se sabe que la excandidata vicepresidencial petrista y hoy parlamentaria, Ángela María Robledo, descartó cualquier postulación. E igual lo habrían hecho los exministros de Hacienda, de clara tendencia conservadora, Juan Carlos Echeverry y Mauricio Cárdenas. El ex vicepresidente Oscar Naranjo, que también sonó semanas atrás, tampoco se lanzaría. Igual pasa con el exministro y excandidato a la Alcaldía años atrás, Juan Lozano. Aunque algunas voces liberales insistían en el exministro Rafael Pardo, que se ubicó segundo en la campaña de 2015, sumando más de 700 mil votos, fuentes bien informadas indicaron que pese a que se recuperó de un percance de salud no está contemplando una nueva postulación. Tampoco se ha escuchado nada de la excandidata vicepresidencial liberal en 2018 y excandidata a la Alcaldía en 2015 -a nombre del Polo-, Clara López (tercera en esa ocasión con 500 mil votos). Es evidente que la baja votación lograda en la contienda presidencial del año pasado le quitó mucho piso político.

En las últimas semanas han sonado otros perfiles. Por ejemplo el del excandidato presidencial y exministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, a quien voces de distintos partidos lo han señalado como una posibilidad muy interesante en la contienda por la sucesión de Peñalosa. El actual Director de Probogotá se mostró esta semana muy honrado de que varias colectividades como Cambio Radical, los conservadores y otras contemplen su nombre como candidato a la Alcaldía capitalina, pero no adelantó ninguna decisión al respecto. Sin embargo, se sabe que lo está pensando de manera muy seria.

Por los lados de La U poco se conoce pero el directorio capitalino ha insistido en que no se pueden quedar por fuera de la contienda. Como ya se dijo, los conservadores, según lo reafirmó esta semana el nuevo presidente del Directorio Nacional azul, Omar Yepes, tendrán candidato y en esa baraja fue que se mencionó a Pinzón. Los liberales, entretanto, no han dado mayores pistas, pero se sabe que algunos dirigentes insisten en que podrían acercarse a Miguel Uribe Turbay -de clara cuna roja- o pensar en la posibilidad del exdirector de Planeación, Simón Gaviria, quien hoy se encuentra estudiando en Estados Unidos. Sin embargo, fuentes liberales indicaron que el hijo del expresidente y hoy jefe del partido, César Gaviria, no tiene contemplada esa movida.

¿Cómo arranca?

Para algunos analistas es apenas obvio que faltan por lanzarse uno o dos pesos pesados, que están evaluando el escenario y cómo se van acomodando las fichas en el ajedrez proselitista. Serían de los sectores de centro y centro derecha, ya que la izquierda y los independientes pusieron ya la mayoría de sus cartas sobre la mesa. De allí que más que certezas sobre lo que viene en la campaña, lo que existen son muchas hipótesis y dudas.

Por ejemplo, se supone que el peñalosismo se la jugará por Uribe Turbay, que viene de la cantera de la Administración distrital, pero es evidente que su candidatura solo tomaría una verdadera viabilidad cuando consiga o el apoyo de un partido como el Liberal (segundo en 2015 con Pardo) o logre encabezar una coalición de centro-derecha fuerte.

De hecho, Uribe Turbay envió días atrás una carta a los partidos Liberal, Centro Democrático, La U, Conservador, Cambio Radical, Colombia Justa Libres y MIRA, así como a otros sectores y movimientos significativos de ciudadanos, proponiendo avanzar hacia una alianza por Bogotá que evite que la ciudad caiga de nuevo en manos de la izquierda. Como se sabe, esta última, antes de Peñalosa, gobernó durante 12 años la ciudad, con mandatos tan controvertidos y accidentados como el del hoy preso Samuel Moreno (que dio origen al escándalo del “carrusel de la contratación”) y el de Petro, que incluso llegó a ser destituido temporalmente.

Hoy es innegable que la posibilidad de una coalición de centro y derecha, sumando voto de opinión y otros sectores, es contemplada principalmente por el Centro Democrático. Allí es clara la intención de impulsar y citar a una consulta popular interpartidista, a votarse el 26 de mayo, en la que se escogería un candidato único que enfrente al aspirante o los aspirantes de izquierda o a los que se autoproclamen como independientes.

Se sabe que conservadores, Cambio Radical y otras colectividades también estarían en la misma línea, aunque cada uno con matices sobre con quién sí y con quién no. Hasta Galán se ha mostrado favorable a una coalición amplia pero también bajo condiciones muy precisas.

Sin embargo, para avanzar hacia esa posibilidad de la consulta no queda mucho tiempo, ya que este martes, es decir en apenas dos días, vence el nuevo plazo que el pasado 26 de febrero fijó el CNE para que los partidos y movimientos significativos de ciudadanos informen si van el 26 de mayo a las urnas, ya sea para escoger candidato propio de cada colectividad o aspirante de coalición multipartidista.

Según trascendió el viernes pasado, es muy posible que muchos partidos se inscriban “precautelativamente” para la respectiva consulta, bajo la tesis de que más adelante, antes de que venza el plazo máximo de confirmación, podrían desistir, según evolucione el ritmo de la campaña. En este proceso serán clave las próximas cuatro o cinco semanas ya que empiezan a cerrarse en cada colectividad la inscripción de candidatos a la Alcaldía y el Concejo. Como siempre ocurre en los últimos días u horas se generan muchas sorpresas y aparece más de un ‘palo’, ya sea por postulaciones inesperadas o pasos al costado imprevistos.

En la otra orilla

También se habla de consultas y coaliciones en otros sectores políticos. De hecho ya candidatos como Morris (muy afectado políticamente por un escándalo derivado de su vida personal), Rojas, Navarro, Garzón y López han sostenido que lo más conveniente para asegurar el triunfo y la futura gobernabilidad de la ciudad es que una alianza política de amplio espectro respalde al próximo Mandatario.

El problema es quién con quién. Por ejemplo, Rojas ha propuesto que el candidato debería salir de una consulta interpartidista y de grupos significativos de ciudadanos. Una alianza de la que hagan parte el petrismo, los verdes, el Polo, la Unión Patriótica y el MAIS, principalmente. Es decir, el bloque de oposición al gobierno Duque.

Sin embargo, una coalición así no le convendría a los verdes, sobre todo porque el excandidato presidencial, Sergio Fajardo, el más votado en la primera vuelta de 2018 en Bogotá, ya manifestó que respaldará al candidato que salga de una encuesta o consulta entre Navarro y López, así como una coalición de centro-izquierda e independientes en donde estos participen, siempre y cuando el petrismo no haga parte de la misma. Esa es una condición inamovible del fajardismo.

Ahí la cuestión comienza a complicarse puesto que darle un portazo al petrismo, que en las presidenciales siempre le ganó al candidato Duque en Bogotá y mueve mucha gente en la ciudad, podría truncar la posibilidad de una gran coalición de centro izquierda en la capital del país. El Polo, entre tanto, apoyó para la segunda vuelta a Petro pero en la primera hizo parte de la coalición con verdes y Fajardo. Es decir, que queda entre la espada y la pared.

A ello se suma, por ejemplo, que a Garzón, que quiere ubicarse más en el centro que en la izquierda, no le cayó nada bien que López, que apuesta a lo mismo, hubiera insinuado esta semana, durante su lanzamiento, que el exalcalde ya había gobernado y debía dar un paso al costado para que ahora lo hicieran las nuevas generaciones.

Y, claro, no faltan los aspirantes que han dicho que no quieren ubicarse en ninguna de las proyectadas dos grandes coaliciones y, como táctica política y electoral, plantean una especie de centro radical, que atraiga voto de opinión, sectores independientes y personas que estén más allá de la polarización partidista y el pulso nacional entre uribismo -el más votado en Concejo y Cámara por Bogotá- y la izquierda.

En esta franja de los independientes y el voto de opinión -que puede ser tan difusa como determinante- se considera que la campaña debe ir más allá de si se mantiene el modelo de ciudad impuesto por Peñalosa o se retorna al que implementó la izquierda por 12 años. Por el contrario piensan que el debate debería centrarse en temas como el Metro, Transmilenio, el Pico y Placa, la seguridad, el desafío de la migración venezolana, la reserva Van der Hammen, la política de espacio público y las emergencias ambientales, entre otros.

Como se ve, en este arranque de campaña todavía son más las dudas que las certezas. Lo único cierto es que ya la contienda tiene buen ritmo y el partidor de candidatos se está llenando rápidamente, faltando apenas uno o dos pesos pesados, sobre todo -como se dijo- de partidos de centro, centro-derecha y algún independiente, ya que en la izquierda las cartas parecen estar jugadas. Además, aunque restan ocho meses para la cita definitiva en las urnas, si hay consultas partidistas o interpartidistas estas serán en apenas dos meses y medio. La competencia, entonces, es ya.

Tomado de https://www.elnuevosiglo.com.co

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