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Subir el mínimo, ¿pone en riesgo la empleabilidad?

Iniciaron las reuniones de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, por ahora hay más intenciones que decisiones respecto a qué rumbo se debe tomar a la luz del Salario Mínimo (SM) que empezará a regir en 2019.

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Iniciaron las reuniones de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, por ahora hay más intenciones que decisiones respecto a qué rumbo se debe tomar a la luz del Salario Mínimo (SM) que empezará a regir en 2019.

 

Iniciaron las reuniones de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, por ahora hay más intenciones que decisiones respecto a qué rumbo se debe tomar a la luz del Salario Mínimo (SM) que empezará a regir en 2019.

Sobre la mesa, está la propuesta de darle facultades excepcionales al presidente de la República, Iván Duque, para que suba el mínimo. Y en este contexto un nuevo elemento le surge: una carta de Juan José Echavarría, gerente del Banco de la República, enviada al congresista Víctor Manuel Ortiz, en la que referencia las conclusiones del grupo de investigadores del Emisor sobre este tema, aunque señaló que “no representan la posición de la Junta Directiva del Banco de la República”.

Las implicaciones
De acuerdo con estudios de investigadores del Banco, un aumento de 1 % en el costo de la nómina como resultado del incremento del SM “implicaría una destrucción o menor creación de aproximadamente 18 mil empleos formales en el trimestre siguiente al ajuste”.

Si la empresa consta sólo de trabajadores que devengan el salario mínimo, el incremento del costo de la nómina será proporcional al aumento y los impactos son diferentes según el tamaño de la compañía, es menor si supera los 50 empleados.

Además genera afectaciones en la retención del empleo formal: “Mientras empleados educados con salarios más altos mantendrían empleos formales, personas con menor educación y afectadas por el salario mínimo tendrían más dificultad para mantener o encontrar trabajo formal”.

Y, además, la tercera consecuencia surge dependiendo del ciclo económico. En momentos de desaceleración, las contrataciones de las personas que ganan el salario mínimo disminuyen, frente a las poblaciones más preparadas y con mayor nivel de ingreso.

¿No se debe subir?
Mario Valencia, director de Cedetrabajo, explica que es fundamental saber qué tipo de economía quiere tenerse en Colombia. “Es evidente que el salario mínimo en el país es muy bajo y que el promedio de la economía no alcanza a cubrir la canasta básica familiar”, afirmó.

Esta “es una propuesta cortina de humo para esconder lo que el ministro de Hacienda ya anunció sobre ponerle IVA a los productos de la canasta familiar, aumentar renta a los trabajadores y disminuirle los impuestos a las empresas”.

Para Mauricio López, Edwin Torres y Ramón Javier Mesa del grupo de Macroeconomía de la Universidad de Antioquia, el análisis del Banco “brinda un enorme poder a los aumentos del salario (…) de ser cierto, el impact0 de un aumento sobre los puestos de trabajo, dicen los expertos “resulta razonable que ante estos males que aquejan a la economía, lo más adecuado es reducir el salario mínimo (…) no hay nada más falso que esto” (ver Opinión) .

Tomado de http://www.elcolombiano.com

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