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Tres años del TLC con Canadá: una vez más, las cifras están por debajo de las expectativas

TLC al desnudo  

Como se ha vuelto costumbre, los resultados de los TLC firmados por Colombia durante los últimos años dejan un sinsabor sobre las falsas expectativas creadas previamente y los sesgados análisis oficiales del Gobierno Nacional y los Ministerios. Cada acuerdo comercial que cumple un aniversario demuestra con creces que el modelo de apertura económica, TLC e inversión extranjera fracasó. El caso del TLC con Canadá no es la excepción, sino por el contrario, corrobora esta hipótesis.

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TLC al desnudo  

Como se ha vuelto costumbre, los resultados de los TLC firmados por Colombia durante los últimos años dejan un sinsabor sobre las falsas expectativas creadas previamente y los sesgados análisis oficiales del Gobierno Nacional y los Ministerios. Cada acuerdo comercial que cumple un aniversario demuestra con creces que el modelo de apertura económica, TLC e inversión extranjera fracasó. El caso del TLC con Canadá no es la excepción, sino por el contrario, corrobora esta hipótesis.

Comercio de bienes

El comercio de bienes entre Colombia y Canadá no es significativo. Las exportaciones colombianas a Canadá tan solo representan el 0.66% de las exportaciones totales, mientras las exportaciones canadienses a Colombia lo hacen en 0.15%. Incluso la participación ha decaído durante los 3 años de TLC, puesto que en el 2010 las exportaciones a Canadá participaban en 1.34%. Cualquier aumento (o descenso como en este caso) en el comercio de bienes entre Colombia y Canadá iba a ser marginal por el reducido margen de intercambio.

Aun así, las exportaciones hacia Canadá en el marco del TLC han decrecido, a pesar de lo afirmado por el Viceministerio de Comercio, quien aseguró que entre agosto de 2011 y junio de 2014, las exportaciones colombianas al dicho país crecieron en 13,2% al compararlas frente a los tres años anteriores en que el país no contaba con el Tratado de Libre Comercio (TLC). Según el Ministerio, las ventas a este destino pasaron de un acumulado de US$1.290 millones entre agosto de 2008 y junio de 2011, a US$1.460 millones comprendidos entre agosto de 2011 y junio pasado, es decir las exportaciones aumentaron US$170 millones.

Sin embargo, tras una rigurosa investigación del SIA, las cifras oficiales del DANE y del mismo Ministerio arrojan resultados opuestos a los presentados por la viceministra Claudia Candela. Según las fuentes oficiales, entre agosto de 2008 y junio de 2011, las exportaciones colombianas a Canadá sumaron USD$1.263 millones, mientras entre agosto de 2011 y junio de 2014, estas acumularon USD$1.311 millones. Es decir, si se compara las exportaciones durante TLC y los tres años anteriores, las exportaciones crecieron 3.76%, un aumento de USD$47 millones. Es decir, el resultado difiere en más de 10 puntos porcentuales y en cerca de USD$130 millones con respecto a las cifras presentadas por el Ministerio, que vuelve a fallar en sus análisis.

Extrañamente para el Ministerio las exportaciones crecieron 13%, cuando en el 2013 las exportaciones colombianas hacia Canadá decrecieron un -16,5 % y -24% en 2012, por lo que decayeron por dos años consecutivos, precisamente desde la entrada en vigencia del TLC.

Según el Ministerio los sectores con los mayores crecimientos en sus exportaciones fueron la agroindustria (20,1%), minero-energético (13,8%), agropecuario (12%) y bienes industriales (9,8%). La marroquinería fue el sector que más se destacó pues según Proexport fue el que mayor dinamismo y crecimiento tuvo: al crecer un 100 % en el periodo analizado con ventas que ascienden a los 7,9 millones de dólares. El sector farmacéutico (51,5%) y las confecciones también se destacaron. Los sectores con crecimiento negativo omitidos por el Ministerio, pero que además son los de mayor contribución son: textiles (-82%), carbón (-28%), banano (-70%), productos del café (-41%), productos de metalurgia (-51%). Por último, la industria básica tan solo creció 4%.

Como si fuera poco, el Ministerio nunca menciona la cifra del crecimiento de las importaciones. Tan solo se reduce a afirmar que “las importaciones también han mostrado un crecimiento positivo” en sectores como bienes industriales y agroindustriales, en especial productos como helicópteros, camionetas, medicamentos, trigo y fríjol. Según los datos oficiales, las importaciones entre agosto de 2008 y junio de 2011 fueron USD$2.185 millones y entre agosto de 2011 y junio de 2014 ascendieron a USD$3.065 millones, lo que configura un crecimiento del 40%. Los bienes de consumo importados desde Canadá aumentaron de USD$164 millones en 2011 a USD$207 millones en 2013, lo que generó que estos bienes aumentaran la participación del 17% al 20.7% sobre el total de importaciones. Este hecho es relevante porque según el ministerio, las importaciones son favorables siempre y cuando sean insumos para la producción y posterior exportación. Este no es el caso del TLC con Canadá.

Como consecuencia la balanza comercial se deterioró un 90.4% entre los dos periodos, al pasar de un déficit de USD$921 millones antes del TLC a uno de USD$1.754 millones. Este resultado no mereció ningún tipo de análisis por parte del ministerio. El desbalance de bienes no minero-energéticos en 2013 llegó a USD$689 millones.

Concentración de las exportaciones

Otro elemento referido en el informe presentado por la viceministra es sobre la supuesta diversificación de las exportaciones y los nuevos productos y empresas exportadoras. Según el comunicado oficial uno de los factores que ha contribuido a las exportaciones fue la diversificación dentro del mercado debido a que en ciudades como Ontario (Canadá) “compraron por primera vez productos como partes eléctricas de máquinas y de remolques”.

Sin embargo, los datos demuestran que el TLC con Canadá se caracteriza por ser un acuerdo enfocado casi de manera exclusiva al sector minero-energético. La participación de las exportaciones de bienes minero-energéticos a Canadá entre 2006 y 2013 se ha mantenido constante de 60%.  Si se analiza el Índice de concentración IHH, las exportaciones presentan una baja diversificación. El IHH[1] de Canadá es de 3.143 comparado con el IHH total de Colombia es 304.

Si se analiza por empresas, se encuentra que las ligadas al sector minero-energético representan el 2.9% del total de empresas exportadoras a Canadá, pero concentran el 41.1% del valor exportado y el 92.5% del volumen. Las industriales representan el 39.2%, pero solo el 10.4% del valor y 0.6% del volumen exportado. Finalmente, las empresas del sector agrícola y agroindustrial son el 63% del total de empresas, pero aportan el 48.4% del valor y el 6.8% del volumen. De esta manera queda demostrado que el aumento de exportaciones de productos y empresas nuevas no es significativo por la alta concentración

La inversión extranjera de Canadá en Colombia

La inversión extranjera de Canadá en Colombia ocupa el quinto lugar en Colombia con 1.700 millones de dólares canadienses (unos 1.536 millones de dólares) acumulados durante el TLC, según Proexport. Colombia se ubica en la posición 14 como destino de la IED Greenfield (nueva) canadiense en el mundo, cabe resaltar que los sectores más importantes de inversión son Carbón, Petróleo y Gas Natural, Metales preciosos, sector Inmobiliario, Hotelería y Turismo, y Energías Renovables.

Los sectores de Minería, Comercio, Inmobiliario y Agricultura han concentrado más del 92% de los flujos de IED Canadiense en Colombia entre 2008 y 2010. Para 2012 la minería ha concentrado el 39.2% de la inversión, seguido de la industria, que representa el 22.3%, el comercio y la hotelería con un 13.7% y el mercado inmobiliario con el 7.1%.  La misma viceministra anuncia que “Hay una presencia más profunda de los canadienses en Colombia, con inversiones e interés en sectores como infraestructura, financiero, minero-energético, entre otros.” Incluso, el Ministro de Comercio de Canadá, Ed Fast, es quien lidera directamente una misión comercial de empresarios de los sectores de especial interés para los canadienses: defensa y seguridad, minero y de petróleo y gas.

Las empresas canadienses establecidas en Colombia son principalmente grandes empresas ligadas al sector minero-energético y financiero: La empresa canadiense de extracción minera Greystar Resources (ahora Eco-Oro), es quien pretende extraer oro a cielo abierto en el Páramo de Santurbán. La compañía canadiense de extracción minera Medoro Resources en Marmato, Caldas. Pacific Rubiales Energy, Petrominerales Colombia, Petrolifera Petroleum, Talisman Oil & Gas, todas vinculadas a la extracción de petróleo en los llanos orientales. Otras firmas canadienses de renombre en Colombia son: Scotiabank, Bata, Trican, SNC Lavalin, McCain Foods (alimentos congelados), Brookfield y Genivar (ascensores). Para el Ministerio, los acuerdos de libre comercio de Colombia con otros países proporcionan a los industriales canadienses acceso preferencial, entre otros, a mercados de automóviles, autopartes, cosméticos y artículos de aseo, materiales de construcción, textiles y prendas de vestir.

El crecimiento de la IED de Canadá en Colombia y  la mayor presencia de grandes empresas en el sector minero-energético y de servicios financieros es visto como un elemento positivo para el Gobierno nacional y el Ministerio de Comercio. Lo que olvidan y omiten en su análisis es el efecto de esas inversiones sobre la economía nacional.

La inversión extranjera canadiense tiene fama mundial por estar vinculada a empresas de extracción de minerales con procesos de violación de derechos laborales y humanos y graves afectaciones medioambientales y sociales.[2] A su vez de permitir elevadas evasiones fiscales y altas especulaciones con los commodities.[3]

Un aspecto fundamental sobre los efectos de la IED canadiense sobre las economías receptoras es sobre el empleo. Es bien sabido que Colombia se inscribe entre los países que reciben una mayor proporción de IED dirigida al sector minero-energético (intensivo en capital), lo que implica que los impactos sobre la creación de empleos directos quedan muy acotados. Por ese motivo, aun cuando los salarios de esos trabajadores tienden a ser elevados, el mercado laboral no puede ejercer su rol en la distribución primaria del ingreso. Esto ha sido corroborado por varios autores que observan que la IED en America Latina tuvo efectos negativos en el empleo, principalmente debido a las características de la IED recibida.

De esta manera, la inversión extranjera de Canadá se ha especializado en la minería extractiva, donde se crea el 85% de los puestos de trabajo asociados a la IED de ese país, frente al 5% de servicios y 9% en industria. Es decir, la IED de Canadá crea la mayor porción de puestos de trabajo en el sector que menos empleo genera en la economía, lo que indica que Canadá es uno de los países que menos empleo por inversiones realizadas.

Así lo corrobora la CEPAL: “en el período comprendido entre 2003 y 2013 se observa que los proyectos de inversión procedentes de países europeos contribuyen a cerca del 38% de la creación de puestos de trabajo anunciada, los de los Estados Unidos al 27%, los de Asia al 17% y los de América Latina al 9%. Las inversiones provenientes de Canadá tan solo contribuyen al 6%”.

En síntesis, la IED canadiense en Colombia presenta más costos que beneficios. No solo se caracteriza por la evasión de impuestos, violaciones de derechos laborales y humanos, afectaciones medioambientales, sino que tampoco crea empleo de calidad. Dentro de los países que invierten en Colombia, Canadá es el país que menos aporta a los 2.8 empleos que se crean en el país por cada millón de dólares invertido. Una cifra muy inferior a la de países centroamericanos, Brasil, Argentina y México.

[1] Índice Herfindahl-Hirschman: Sobre una base de 10.000, los rangos de clasificación el nivel de concentración puede ser: IHH menor a 1.000: concentración baja, IHH entre 1.000 y 1.800: concentración media, IHH mayor a 1.800: concentración alta.

[2] Para profundizar en este tema se recomienda leer el documento: Gonzales, Salcedo, Rangel (2011) “Impactos en los Derechos Humanos de la implementación del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Canadá.”.

[3] En el caso de Pacific Rubiales revisar: Valencia (2013):“Política minero-energética: Análisis del caso Pacific Rubiales” disponible en: http://justiciatributaria.co/politica-minero-energetica-analisis-del-caso-pacific-rubiales/

TLC al desnudo.

 

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