Cartagena: “vamos muy mal”

Por José Arlex Arias Arias  

“Cartagena Cómo Vamos” reveló la encuesta de evaluación de calidad de vida de esta ciudad, que tiene 978 mil 600 habitantes según dichos datos. Independientemente de las reservas sobre el estudio es importante resaltar las conclusiones críticas en educación, salud, vivienda, medio ambiente,

seguridad, infraestructura, movilidad, empleo e indigencia. A pesar de que solo cobija el segundo semestre del 2013 del alcalde Dionisio Vélez, esos indicadores se mantienen e incluso se deterioran.

En educación la situación es grave: las matrículas bajaron de 264.317 en 2008 a 229.140 en 2013, donde en la escuela oficial cayeron de 176.657 a 163.845; la deserción en preescolar creció del 4,74% al 7,15%, en primaria del 3,62% al 4,85% y en secundaria del 4,44% al 6,16%. El informe indica que el 23% de los niños no asisten a preescolar y solo hay un computador por cada 16 estudiantes. Eso sin contar con el estado lamentable de la infraestructura de la mayoría de instituciones.

En salud se confirma una cobertura del 101,23%, pero la tasa de mortalidad materna pasó de 25,2 por 100 mil nacidos vivos en 2009 a 36,95 en 2013, causada por la falta de atención médica; la tuberculosis se incrementa a 258 casos en 2013, mismo promedio que para los tres años que anteceden; el dengue se disparó a 1.956 casos y el SIDA llega a una aterradora cifra de 273; los casos de adolescentes embarazadas se disparan hasta 3.996, de las cuales el 3,7% son menores de 14 años y el 96,3% entre 15 y 19 años. A esto toca agregarle que se mantienen el “paseo de la muerte”, la carencia de personal médico y paramédico y de insumos suficientes. De esta forma, los centros asistenciales cartageneros parecen hospitales de guerra.

Cartagena ha sido noticia por la inseguridad, que es corroborada con este documento: la tasa de muertes violentas se disparó de 34,3 por 100 mil habitantes en 2008 a 44,8 en 2013, la cual se ha incrementado en 2014; los homicidios, medidos con la misma tasa, creció a 60,3, donde el mayor número lo aportan los sicarios; los suicidios pasaron del 6,6 a 8,0 en el mismo período. Las pandillas pasaron de 62 en 2012 a 82 en el 2013. Todo esto ha conllevado a que 84 de cada 100 cartageneros expresen sentirse inseguros en la ciudad. A ello le agregamos las dificultades de movilidad, con verdaderos cuellos de botella y un Transcaribe que, además de ser un pésimo negocio para el Distrito, se convirtió en una verdadera pesadilla para los ciudadanos. 

Lo más grave es que no hay esperanzas, según el concejal del Polo David Múnera: “El estado de postración tiene causas inherentes al modelo económico, por lo tanto, las soluciones son estructurales. Han fracasado las privatizaciones, los negociados con sus activos, con los servicios públicos y esenciales, las concesiones de vías, colegios y puestos de salud y los programas asistencialistas son paños de agua tibia. Lo peor es que la administración del alcalde Dionisio Vélez tampoco tiene planes, estrategias ni capacidad para dirigir esta ciudad; solo se ha dedicado a pensar cómo gastarse el presupuesto, más los $250 mil millones del préstamo con cargo a las vigencias futuras, mientras la población asiste inerme al franco deterioro de su calidad de vida”.

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 1 de septiembre de 2014.