Conecta con nosotros

Nacional

Coherencia

Por Eudoro Álvarez Cohecha  

Habría sido decepcionante para los electores de Clara López en la primera vuelta presidencial, ser invitados a ungir con su voto las opciones que se disputarán en segunda ronda la presidencia de la república.

Primero porque los dos provienen del Uribismo y no hace mucho eran compañeros de gabinete ministerial, desde donde diseñaron e implementaron, durante 8 años, todo un programa y modelaron un país que finalmente los colombianos perciben que va por mal camino.

Publicado

en

Por Eudoro Álvarez Cohecha  

Habría sido decepcionante para los electores de Clara López en la primera vuelta presidencial, ser invitados a ungir con su voto las opciones que se disputarán en segunda ronda la presidencia de la república.

Primero porque los dos provienen del Uribismo y no hace mucho eran compañeros de gabinete ministerial, desde donde diseñaron e implementaron, durante 8 años, todo un programa y modelaron un país que finalmente los colombianos perciben que va por mal camino.

Segundo por que los dos se disputan el ser defensores de los tres ”huevitos” que Uribe viene promulgando como la tabla de salvación para que Colombia transite por un camino, orientado por la “confianza inversionista”, patente de corso para el saqueo del capital transnacional, que los hechos han comprobado, profundizan la desigualdad entre los colombianos, visibilizada en la concentración abrumadora de la riqueza, en unas pocas manos, minorías que obviamente disfrutan y defienden cómo van las cosas en este país.

De múltiples asuntos importantes sobre el devenir nacional se diferenciaban en uno, el de la paz; bien, hasta en ese terminaron de acuerdo y el debate entre los dos es ahora porque cada uno se declara defensor de la solución negociada al conflicto armado, por convicción o conveniencia o por simple obediencia con quien de verdad orienta sus acciones que es el Departamento de Estado norteamericano.

Tampoco se cayó en el despiste del petrismo, ahora en la cruzada reeleccionista, de considerar que santos es la expresión de una clase social diferente a la que representó desde los gobiernos del régimen entre 1990 y 2010; las diferencias que ven entre Uribe-Zuluaga y Santos, no las han podido demostrar luego de 4 años de santismo; sospechosamente, las coincidencias, luego de los insultos desde el palacio de Liévano, se dan cuando Santos restituye a Petro en la alcaldía capitalina.

Coherencia es hablar y actuar de acuerdo a cuanto se dice. Si se diseñó un programa, como propuesta electoral, para cambiar este país hasta el fondo, no se puede ahora, con los argumentos con que se está adhiriendo a cualquiera de las opciones que definirán quien firma los cheques a partir del próximo 7 de agosto, abandonar ese propósito e irse a la cola de lo que será más de lo mismo, así sea Santos o Zuluaga quien los rubrique.

Razón tiene un agricultor que votó por el Polo y Clara, en las elecciones de marzo y mayo cuando al enterarse de la decisión del comité ejecutivo del partido opositor, comentó airado pero satisfecho: “si esa gente se tuerce y deja de ser oposición a unos gobiernos que nos tiene jodidos, no nos quedaría más remedio que dejar de creer en ellos y mandarlos p’al carajo”.

Villavicencio.

 

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *