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Cómo gobierno de Santos manipula las cifras del desempleo

Por Stefano Farné* / El Espectador  

Las estadísticas oficiales muestran un cambio radical en las preferencias hacia el trabajo por parte de los ciudadanos. El año pasado se generó un menor número de empleos asalariados formales respecto a 2012.

Las últimas cifras sobre mercado de trabajo divulgadas por el DANE han despertado gran entusiasmo en el país. Y con razón: el desempleo promedio registrado en 2013 sería uno de los más bajos en la historia de Colombia y en todo caso el más bajo en 20 años.

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Por Stefano Farné* / El Espectador  

Las estadísticas oficiales muestran un cambio radical en las preferencias hacia el trabajo por parte de los ciudadanos. El año pasado se generó un menor número de empleos asalariados formales respecto a 2012.

Las últimas cifras sobre mercado de trabajo divulgadas por el DANE han despertado gran entusiasmo en el país. Y con razón: el desempleo promedio registrado en 2013 sería uno de los más bajos en la historia de Colombia y en todo caso el más bajo en 20 años.

En efecto, entre 2012 y 2013 la tasa de desempleo nacional se redujo casi un punto porcentual, de 10,4% a 9,6%, bajando el umbral de los dos dígitos, ya no sólo durante algunos meses, sino en el promedio del año. Según el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, “esta disminución se explica por la creación de empleos nuevos, reflejo de las políticas públicas exitosas implementadas durante 2013 encaminadas a promover la generación de puestos de trabajo, tales como la reforma tributaria y el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (PIPE)”.

Al mismo tiempo, la tasa de informalidad habría bajado de 51,1% en 2012 a 49,4% en 2013, lo cual reflejaría que los esfuerzos del Gobierno Nacional para estimular la formalización están dando resultados. “Se evidencia una generación de puestos de trabajo sostenida y empleo de calidad”, sostuvo el ministro de Trabajo, Rafael Pardo.

Ahora bien, aunque es cierto que tener menos desempleo y menos informalidad es deseable, para emitir un juicio definitivo acerca de la actual situación laboral del país sería oportuno repasar con mayor detalle los recientes resultados ocupacionales.

Si esto se hace, podríamos llevarnos la sorpresa de constatar que, en realidad, la tasa de desempleo no ha bajado porque 2013 trajo más oportunidades de trabajo para los colombianos. Al contrario, la generación de nuevos empleos ha colapsado durante el último año. Y que la tasa de informalidad no se redujo porque hubo una mayor contratación de empleos de calidad formales. Al contrario, en 2013 se ha creado un menor número de empleos asalariados formales respecto a 2012. Esto es lo que se deduce de las cifras del cuadro anexo, que se comentan con mayor detalle a continuación.

En 2013, en Colombia el DANE registró 352.000 trabajadores adicionales respecto a los que existían en 2012. Esta cifra es notablemente inferior a la contabilizada en años anteriores. Por ejemplo, en 2012 se generó casi el doble de nuevos puestos de trabajo, exactamente 676.907. Y en 2011 fueron aun más: 806.188.

Por su lado, en 2013 el sector informal se contrajo y ahora hay casi 72.000 trabajadores informales menos, en su mayoría independientes.
Ahora bien, si hay menos informales y el crecimiento del empleo se ha reducido a la mitad, ¿hacia dónde se han ido los trabajadores? Pues, se han retirado del mercado laboral y han engrosado el grupo de personas inactivas. El cuadro anexo nos revela que, mientras en el pasado el número de inactivos venía disminuyendo, en 2013 aumentó considerablemente, en 325.000 individuos.

No está claro, entonces, que la disminución del desempleo que se registró a lo largo de 2013 sea atribuible a las políticas públicas implementadas y en especial a la reforma tributaria. Más bien, la razón principal de esta disminución debe encontrarse en una menor participación laboral, lo cual no necesariamente se convierte en un factor positivo para el desarrollo de un país.

Además, estas políticas fueron concebidas para estimular el empleo asalariado formal en el sector privado. Nuevamente, el cuadro anexo indica que este objetivo no se consiguió: en 2013, frente a 2012, se generaron 5.000 nuevos empleos menos entre los asalariados formales (210.026 versus 215.364). ¡La reforma tributaria en vez de incrementar la tasa de crecimiento del empleo formal privado, la habría reducido! Ella pasó de 6,2% en 2012 a 5,7% en 2013.

En conclusión, lo que muestran las estadísticas laborales oficiales es un cambio radical en las preferencias hacia el trabajo por parte de los ciudadanos. De repente, a partir de 2013, los colombianos decidieron dejar de trabajar en el sector informal y de buscar activamente un empleo. Lo que queda por investigar son las razones de tan notorio y sorpresivo cambio.

Aquí avanzamos una, entre las muchas hipótesis: ¿será que los impuestos aumentados, los costos administrativos y los controles a las actividades informales que impuso la reforma tributaria (y otras disposiciones de carácter laboral) están desalentando a los pequeños trabajadores independientes?

*Director del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado.

El Espectador, Bogotá.

 

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