Con cara, gana Estados Unidos y con sello, pierde Colombia

Por José Arlex Arias Arias  

Ante el fracaso del Área de Libre Comercio –ALCA–, una gigantesca zona franca en la cual las multinacionales gozarían de todas las prebendas, EEUU implementó su Plan B, en forma de Tratados de Libre Comercio. Los cartageneros no olvidamos que en esta ciudad, el 18 de mayo de 2004, inició la primera ronda de negociaciones del TLC con Estados Unidos; día en el que una manifestación de 50 mil personas, precedida por gremios de la producción, parlamentarios, personalidades democráticas y organizaciones sociales, fue violentamente reprimida, “gaseando” a los manifestantes con todo tipo de líquidos y dándoles un tratamiento de guerra. Así impusieron el tratado de anexión de la economía colombiana a los intereses de Estados Unidos.

Álvaro Uribe, por entonces “el mandatario más amigo de EEUU”, decidió unilateralmente comprometer al país en esta figura colonial, cuya negociación tuvo 14 rondas, al cabo de las cuales, en el gobierno de Santos, se aceptan las condiciones ignominiosas, en un acuerdo desventajoso por la asimetría de las economías. Colombia cede a 37 peticiones de EEUU, que se aseguró nuestro mercado de: telecomunicaciones, banca, energía, mensajería, servicios públicos, textiles, vestuario,  bienes, servicios, medios electrónicos, patentes y propiedad intelectual; eliminaron aranceles, barreras sanitarias, fitosanitarias y licencias a productos agropecuarios; facilitaron el ingreso de productos perecederos y desmontaron barreras aduaneras. Además, Colombia se comprometió a: aplicar sus leyes antidumping y mecanismos de retaliación; solucionar las disputas a través de las leyes de EEUU; reducir barreras a su inversión, igualando sus derechos a los de los colombianos; respaldarlos en la Organización Mundial del Comercio para mantener subsidios a sus exportadores; y a aplicar las leyes laborales regidas por la OIT, entre otros aspectos.

Como “el mayor acto de corrupción, superior en tres  veces al desfalco de Reficar”, catalogó Cedetrabajo el TLC con EEUU, en su cuarto aniversario. Según este Centro de estudios, “desde la implementación del Tratado, las pérdidas para Colombia alcanzan $29,6 billones, sin contar con otros aspectos que están afectando a la economía… por cuenta del TLC, hay una demanda en contra de Colombia que llegaría a $50 billones, el 23% del presupuesto nacional en un año”. Para Cedetrabajo, los aspectos más graves del TLC se resumen en: “las garantías excesivas que entrega a los inversionistas extranjeros, que están por encima de los derechos ciudadanos. Por eso, empresas como CB&I –en el caso Reficar– se sienten en libertad de actuar en contra de los intereses nacionales…La nueva etapa de desgravación arancelaria a cero por ciento incluye: leche, hortalizas, café, grasas, aceites, azúcares, cacao, plásticos, papel y autopartes, entre otros bienes… La primera etapa del TLC provocó un aumento en las importaciones de: leche en 1404%, carne en 490%, cacao en 323% y azucares en 64%. La nueva desgravación provocará la pérdida de 150.000 empleos en estos sectores, profundizando la crisis económica del país”. Sin embargo, “uribismo y santismo” nos quieren hacer creer que es un gran negocio para los colombianos. ¡TLC con Estados Unidos: un acto de conspiración contra la Nación!

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena de Indias.