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¿Con quiénes se aliarían si Fajardo no gana en primera vuelta?

Por: María Isabel Rueda

El senador Jorge Enrique Robledo está optimista de que su partido, el Polo, pase el umbral y advierte: ‘Entre las opciones posibles para segunda vuelta hay que incluir el voto en blanco’.

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Por: María Isabel Rueda

El senador Jorge Enrique Robledo está optimista de que su partido, el Polo, pase el umbral y advierte: ‘Entre las opciones posibles para segunda vuelta hay que incluir el voto en blanco’.

Por estos días he escuchado esta discusión: ¿Sergio Fajardo es un hombre de izquierda, o no? Se lo pregunto porque si alguien lo tiene que saber es usted, que terminó aliado con él…

El problema no es de rótulos, María Isabel. En el mundo están llamados a recoger. No permiten aclarar la política. Tengo con Sergio Fajardo, así como con Claudia López, diferencias, lo hemos reconocido públicamente. Pero pudimos ponernos de acuerdo en asuntos que cada uno de nuestros sectores valora como importantísimos.

No me diga que es en la anticorrupción, en lo que está de acuerdo el 99 % de la gente…

La parte medular del acuerdo es que no queremos escoger entre los candidatos de los mismos con las mismas. Hoy el uribismo y el santismo quieren repetir el plebiscito del Sí y el No. La coincidencia inmensa con Sergio y con Claudia, siendo todos partidarios del proceso de paz, es que pensamos que esa etapa hay que superarla.

Eso en cuanto a los acuerdos. Porque si fuera por los desacuerdos que hay entre ustedes, pues no podría haber una alianza…

Las coaliciones consisten en que, existiendo desacuerdos, se logran acuerdos básicos sobre asuntos que se consideran fundamentales. Eso es lo que hemos hecho. Es el acuerdo que yo llamo del ‘ni-ni’, ni con Santos ni con Uribe. Aunque ahora que Vargas Lleras anda de astuto, lo voy a ampliar a ni, ni, ni (risas). Para que no se me vuele. Porque como él es tan vivo y se salió de un ni, toca volverlo a meter.

Entonces, ¿ese es el motivo de su afinidad?

Así lo veo. El 100 % de los presidentes y de los ministros de Colombia han sido de la tradición liberal-conservadora, ahora con otros nombres. Y también el 99,9 % de los concejales, los alcaldes, los gobernadores, los diputados y los congresistas. Lo que representamos Claudia López, Sergio Fajardo y yo no es eso. Hay que reconocerle a Fajardo que derrotó en Medellín y en Antioquia a toda la clase política. Ese es el fundamento de este acuerdo. Porque ellos son los responsables políticos de todo lo que funciona mal en Colombia, que es casi todo, incluida la gran corrupción que destruye al país.

¿Antes de hacer esa alianza con López y Fajardo, buscando coincidencias sobre las diferencias, usted no llegó a considerar la posibilidad de que sería más coherente hacer alianzas con la izquierda pura y simple?

Repito, el tema de los rótulos define muy mal porque usted puede encontrar, por ejemplo, que a mí me catalogan en la izquierda y en nombre de la izquierda han secuestrado, pero yo nunca he estado de acuerdo con el secuestro. O en nombre de la izquierda alguien se corrompe, y yo no tengo nada que ver con eso.

Sin rótulos: ¿no era más lógico que usted se aliara con Petro?

En el Polo no tenemos ninguna relación con Gustavo Petro a partir del 2010, cuando se retiró del partido para desarrollar el acuerdo que hizo con el presidente Santos. Tampoco votamos por él para alcalde de Bogotá. Y desde la primera vuelta de las elecciones del 2014, él votó por Santos y Vargas Lleras. Entonces tenemos unas distancias bien grandes. Petro, además, también cree que hay que repetir, en las presidenciales, el plebiscito del Sí contra el No. Y ha dicho que quiere aliarse con el Partido Liberal y con De la Calle, Clara, Ernesto Samper y César Gaviria, es decir, con Santos. Lo que pasó fue que no le aceptaron la propuesta. Ante la idea de un ‘gobierno de transición’ con todos ellos, frase que acuñaron las Farc, la Junta Nacional del Polo que le dio origen a mi candidatura dijo que no le jalábamos a ese acuerdo.

¿Esa izquierda que usted representa al lado de Fajardo será capaz de derrotar a la izquierda que apoya a Petro?

Creo que sí. Pero, además, el punto medular es este: yo solo hago en política, y por eso renuncié a mi candidatura presidencial y vuelvo al Senado, aquello que considero lo mejor para Colombia, aun cuando no sea o parezca no ser lo mejor para mí. El respaldo a Fajardo se aprobó por consenso en el Polo. Y Fajardo es el único que puede generar una unidad tan amplia que sea capaz de vencer a los mismos con las mismas.

Fajardo es el único que puede generar una unidad tan amplia que sea capaz de vencer a los mismos con las mismas

Existe una posibilidad real de que a estas alturas de la vida, el Polo, un partido que se ha ganado en la brega democrática su lugar en la política colombiana, pueda no alcanzar el umbral. Al igual que sus socios, los ‘verdes’…

Algunos trabajan para que no existan ni el Polo ni Robledo. Pero soy optimista en que habrá Polo para rato y tenemos listas de lujo. Cada cuatro años nos dicen que nos vamos a acabar. Tampoco podemos despreciar que tenemos competidores que se mueven, y la campaña está siendo muy sucia. Fajardo representa un riesgo para todos ellos y nos están tirando al alma, pero, con el respaldo ciudadano, pasaremos el umbral.

Hablemos de Clara López. En una jugada algo insólita, tiene un pie en una lista al Congreso con Petro que se llama ‘lista de la decencia’, lo que lleva a inferir que las otras listas son indecentes. Incluyendo la del Partido Liberal, donde hoy funge como vicepresidenta de De la Calle…

Las inmensas incoherencias de doña Clara López señalan que el Polo acertó cuanto tomamos la decisión de no seguir su orientación de volvernos santistas. Es una incoherencia tras otra y tras otra.

Ustedes no aceptaron a Humberto de la Calle en la coalición porque tenía la cola del Partido Liberal. ¿Eso se va a mantener hasta el final?

Este proyecto lo creamos así, por la razón fundamental de que es ni-ni.

Ni, ni, ni, me dijo atrás, para incluir a Vargas…

Eso, ni, ni, ni. Y ello excluye también la opción que usted acaba de mencionar; es evidente que De la Calle es el candidato del Partido Liberal, y que el liberalismo es requetesantista, y que De la Calle, por toda su trayectoria (nadie ha sido alto funcionario de más gobiernos que él), cabe perfectamente dentro de la definición de los mismos con las mismas.

De la Calle, por toda su trayectoria (nadie ha sido alto funcionario de más gobiernos que él), cabe perfectamente dentro de la definición de los mismos con las mismas

Pero ¿puede que la óptica tenga que cambiar en segunda vuelta?

La decisión que tenemos tomada es ganar en la primera con Sergio Fajardo, pues, si así no fuere, puede pasar lo que pasó en la segunda vuelta del 2010, cuando todos ellos, los que hoy son la Unidad Nacional, el Centro Democrático y el vargasllerismo, se unieron para elegir a Juan Manuel Santos. Hasta César Gaviria se hermanó con Uribe para elegirlo. Ahí están las fotos de Odebrecht: estaban juntos todos.

Y en el 2014 hasta los suyos se fueron a votar por Santos. Es decir, Clara López, además de Petro…

En la segunda vuelta del 2014 hubo quienes en el Polo votaron por Santos. Pero yo no, públicamente llamé a votar en blanco. Pienso que ese es uno de mis grandes aciertos. Puedo pararme ante el país y decir: “Nunca he votado por Santos”.

Pues para que Fajardo gane en primera vuelta le apareció un competidor muy fuerte, que es Gustavo Petro. ¿Después de su desastroso paso por la Alcaldía de Bogotá, cómo explica que esté punteando en las encuestas?

Eso puede ser algo misterioso, digamos. Sin embargo, tiene que ver con que Colombia está hasta la coronilla de la clase política tradicional. Hasta la coronilla es hasta la coronilla. En la Costa nos decían: “ya está bueno”. Una señora me dijo: “mamados no, senador, remamados”. Entonces, eso le abre paso a opciones que no parecen de los mismos con las mismas. Pero también creo que quien mejor puede representar ese anhelo de cambio es Sergio Fajardo.

¿Petro califica en el ni-ni?

Es un hecho que él no viene de la vertiente liberal-conservadora, que es el origen de la molestia ciudadana de la que estamos hablando. Por eso puede tener unos resultados favorables. La pregunta es hasta dónde puede llegar, aunque no creo que pueda vencer a los mismos con las mismas.

Perdóneme que le insista, pero ¿en caso de necesidad, usted se ve asociado con Petro, con Clara, con De la Calle, con Gaviria, para una segunda vuelta?

Esa es la pregunta más popular de los periodistas en esta etapa. Insisto: estamos concentrados en ganar en primera vuelta. Ese es nuestro propósito.

Una manera de no contestar la pregunta. ¿De pronto estaría dispuesto a sacrificar un ni, para salvar el otro ni?

Le voy a dar otra respuesta para que vea que sí le contesto: entre las opciones posibles para segunda vuelta hay que incluir el voto en blanco. No lo estoy proponiendo. Pero es un derecho ciudadano que no se puede descartar.

Las Farc tienen suspendida la campaña ante las protestas populares con que los han recibido en varios municipios. ¿Qué opina?

En nada comparto esas agresiones. Y también digo, aunque los casos sean menos graves, que tampoco comparto lo que les ha pasado a otros dirigentes políticos. En la calle han agredido a Serpa, a Vargas Lleras, a Navarro y a Uribe. Un pacto mínimo que debería hacerse en Colombia es el de rechazo a esas conductas. No deben celebrarse ni incitarse. Una de las cosas que nos unen con Sergio y con Claudia es que no vamos a meternos en esas peleas de perros y gatos. El paso de la violencia verbal o del maltrato a formas de violencia más complicadas es parte de la historia de Colombia.

Ataques a Farc: cuando la polarización política se torna en violencia
Pero ¿no puede la gente espontáneamente manifestar su indignación contra las Farc por hacer política sin un solo día de justicia?

Puede haber espontaneidad. Pero también puede suceder que alguien instigue y, en todo caso, no creo que esas formas sean positivas para el país, aunque haya profundas heridas e indignaciones que puedo entender. Debería haber un acuerdo nacional de desacuerdo con esas conductas. Pero no veo a los formadores de opinión ni a los líderes políticos actuando en ese sentido. Llamo a todos a la sensatez y al debate civilizado.

¿La arreciada terrorista del Eln contra el país es un motivo para mantener suspendidas las negociaciones o para reanudarlas?

Creo que es un error grave del Eln, porque insiste en usar las armas con el propósito de imponer sus puntos de vista y además hace más difícil, o imposible, un proceso de paz que le sirve al país.

¿El Polo y usted como su líder condenan el régimen de Nicolás Maduro?

Al respecto señalo varios puntos claves. Somos absolutamente independientes del Gobierno de Caracas y de los partidos venezolanos que lo sostienen. Es grave el rompimiento del orden institucional por parte del gobierno. Sus gobiernos han tomado decisiones que yo no tomaría en Colombia, como las de su modelo económico. Y cualquier salida a la crisis debe ser pacífica y acordada entre ellos, sin ningún país imponiéndoles qué hacer, entre otras razones, porque la experiencia internacional indica que es del máximo interés de Colombia que Venezuela no se incendie.

MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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