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Nacional

Crecimiento lento

Por Eduardo Sarmiento Palacio  

El país regresó a mediados del siglo XX. La información de cuentas nacionales muestra que la economía fue impulsada por la construcción y la minería, creció 4,3%, y el perfil resultó insuficiente para reducir los altos niveles de desempleo e informalidad.

La economía operó con un cuantioso déficit

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Por Eduardo Sarmiento Palacio  

El país regresó a mediados del siglo XX. La información de cuentas nacionales muestra que la economía fue impulsada por la construcción y la minería, creció 4,3%, y el perfil resultó insuficiente para reducir los altos niveles de desempleo e informalidad.

La economía operó con un cuantioso déficit

en cuenta corriente contrarrestado con una explosión del crédito y unos precios de la vivienda disparados. El esquema no es sostenible. En algún momento los usuarios dejan de cumplir con las obligaciones del crédito y el valor de los inmuebles se viene abajo.

El modesto crecimiento del producto va de la mano con el empleo. La ocupación aumentó 2,2% y la reducción del desempleo se explica por el incremento de trabajadores inactivos. La disminución de la informalidad se realizó a cambio del empleo de los trabajadores veteranos.

El crecimiento de la economía fue liderado por la minería y la construcción; sin embargo, la mitad del valor agregado minero sale del país por vía de la repatriación de capitales y la otra se compensa por las secuelas negativas sobre la industria y la agricultura.

Por otra parte, la construcción está conformada por las edificaciones y las obras civiles. Las primeras han sido movidas por la burbuja de precios que parece estar llegando a su final. En el último trimestre se observaron síntomas de desinfle. Mientras, las obras civiles corresponden a los presupuestos ejecutados y no guardan relación con los materiales de construcción, en particular con el cemento, que apenas aumentó 1% en el año.

La recuperación del agro, anunciada por el Gobierno a mitad del año pasado, no se refleja en información. El crecimiento del sector se explica por el café, pero el empleo cayó 5%. Los cultivos semestrales (en particular cereales) y la ganadería no despegan.

La industria es caso aparte. El sector cumple un año y medio en recesión. En la mayoría de las actividades los precios nacionales superan los internacionales. A diario se anuncian los cierres de las empresas de automóviles y partes. La leve mejoría del sector proviene de la elevación de los aranceles a las confecciones y calzado.

La economía lleva dos años con tasas de crecimiento de 4%, que son muy inferiores a las predicciones del plan de desarrollo y a la tendencia histórica. La explicación se encuentra en el perfil de desarrollo. La economía está liderada por sectores de baja productividad y reducida capacidad de expansión sostenida.

Por lo demás, el crecimiento no guarda relación con el aumento de la capitalización de los últimos diez años, revelando que la inversión extranjera ha ido a actividades de dudosa eficiencia y utilización.

La debilidad de la economía colombiana reside en que continúa montada en un modelo de revaluación e inversión extranjera que prescinde de la industria y la agricultura e introduce una gran inestabilidad por las burbujas y la explosión del crédito. Aún más diciente, induce un perfil dominado por la minería y las obras civiles con el agravante de que el mayor margen de maniobra está en las últimas.

De allí la propuesta del FMI de una reforma tributaria para financiar el programa gubernamental de infraestructura. El remedio es peor que la enfermedad, porque significaría elevar los gravámenes al trabajo y al IVA para sustentar un gasto que favorece, primordialmente, a los sectores de altos ingresos.

Lo que se plantea es un cambio en la estructura productiva hacia un menor déficit en cuenta corriente y mayor presencia de la industria y la agricultura. Ya está visto que la tarea no puede realizarse por la vía de la devaluación debido a los efectos sobre el salario real. En su lugar, se plantea una revisión de fondo de los aranceles y la aplicación de subsidios explícitos a la contratación de trabajadores informales.

El Espectador, Bogotá, 24 de marzo de 2014.

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