Departamento Nacional de Embustes

Por José Arlex Arias Arias  

Aún está fresco el recuerdo de la abrupta salida de dos Directores del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas –DANE–. Sobre César Caballero Reinoso –2002 al 2004– los medios de comunicación informaron que tuvo contradicción con el Gobierno por la forma de medición

de la violencia, cuyos datos contradecían la “Seguridad Democrática”; y de Jorge Bustamante Roldan –2010 al 2013–, porque denunció que realizar el Censo Agropecuario en época electoral era politizarlo. En ambos, fueron condicionamientos del Gobierno que se comprometieron a asumir sus sucesores, arrojando al cesto la ética profesional. Así se imponen los cambios de los métodos y variables con los que se calculan los diferentes indicadores, con el objetivo de maquillar la realidad, muy a pesar de que contradice la percepción de la población. Esto ha llevado a que el sarcasmo de ese pueblo, lapidario en sus calificaciones, haya definido al DANE como el “Departamento Administrativo Nacional de Embustes”.

Estos gobiernos neoliberales se parecen mucho a las gallinas: es más lo que cacarean, aunque estas prestan mejor servicio con los frutos de su existencia, mientras los primeros tienen que utilizar una serie de indicadores maquillados, que a fuerza de la repetición por sus grandes medios de comunicación, nos hacen sentir una realidad que no vivimos. Esa es la máxima virtud de los neoliberales: el manejo de la estadística, acondicionada a sus propias necesidades, y el fleteo de los grandes medios de comunicación, que hacen parte de la estructura económica y sus circuitos de poder, que actúan como correas de transmisión en la alienación a la población.

Hay unos indicadores del DANE que nadie se los cree: la reducción de la pobreza y la miseria, y la del desempleo. Y no es porque la gente tenga el prurito del “antigobierno” sino porque la percepción, esa realidad que es tozuda, desborda con creces las cifras. El presidente Santos hace esfuerzos por “vender” un país de “prósperos”, sin pobres ni miserables, pero: i) los grandes cordones de miseria, convertidos en cinturones que aprietan los perímetros de riqueza de las urbes, llenos de gente en el rebusque, desempleados, desplazados y la clase media caída en la pauperización, y ii) la conformación de las pandillas urbanas de jóvenes sin opciones –también factor de la inseguridad–, lo contradicen. Todo, producto de un modelo económico clasista y excluyente que ha concentrado la riqueza del país en esos pocos prósperos del círculo del Poder. La realidad supera con creces a la virtualidad de Santos.

El DANE publicó las cifras de desempleo, que en promedio del 2013 se ubicó en 9,6 por ciento. El presidente Santos y sus corifeos salieron entonces a pregonar que vivimos en el país de “Alicia y sus maravillas”, pero la gente reaccionó, como lo ha venido haciendo ante este gobierno, expresando que, entre los múltiples problemas del país, se encuentran la falta de empleo y la generación de trabajo precario, “tercerizado”, sin estabilidad ni garantías laborales. Esa percepción la avala el DANE, que expone que en 2013 en Colombia hay un verdadero ejército de desocupados y rebuscadores. Veamos: Desocupados: 2 millones 243 mil; inactivos: 13 millones 15 mil; subempleo subjetivo: 7 millones 268 mil; y subempleo objetivo: 2 millones 652 mil. Total: 22 millones 935 mil personas en “la industria del rebusque”. ¡El análisis, aunque simplista, refleja la percepción de la gente y su opinión en las encuestas!  

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 10 de febrero de 2014.