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Después de 14 años, corrupción supera al conflicto como mayor preocupación de los colombianos

La investigación del Observatorio de Democracia de la Universidad de los Andes apuntó que, pese a que la pobreza y el desempleo puntean en la medición como el principal problema que perciben los colombianos, por primera vez la corrupción está por encima de la guerra.

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La investigación del Observatorio de Democracia de la Universidad de los Andes apuntó que, pese a que la pobreza y el desempleo puntean en la medición como el principal problema que perciben los colombianos, por primera vez la corrupción está por encima de la guerra.

 

La investigación del Observatorio de Democracia de la Universidad de los Andes apuntó que, pese a que la pobreza y el desempleo puntean en la medición como el principal problema que perciben los colombianos, por primera vez la corrupción está por encima de la guerra.

Una encuesta de percepción sobre los principales problemas de Colombia, realizada por el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, detalló que por primera vez la corrupción superó al conflicto armado como la mayor preocupación de los colombianos. Sin embargo, la pobreza y el desempleo siguen punteando en la medición.

Así entonces, la situación económica de los 1.663 encuestados lidera con un 24.2% los resultados de la encuesta, mientras que la corrupción con un 19% y el conflicto armado con un 16.2%.

No en vano hubo ese cambio de percepción con el conflicto armado tras la firma del Acuerdo de Paz en La Habana, según dijeron los expertos. “Al silenciarse las armas y los combates, el país empezaría a concentrarse en otros problemas que se viven, entre esos la corrupción”, explica el Observatorio de Democracia.

Por ejemplo, la medición en 2008 sobre la percepción determinó que solo el 2% de los encuestados aseguraron que la corrupción era el problema más grande del país. Y en 2016 ese porcentaje solo aumentó seis puntos hasta que en 2018 los números superaron el dígito.

El codirector del Observatorio, Juan Carlos Rodríguez, explicó que este cambio se dio, además de la firma del Acuerdo de Paz, por el conocimiento público de escándalos de corrupción que han hecho eco no sólo en los medios de comunicación, sino, también, en las redes sociales. Odebrecht, Triple A, Medimás, el cartel de la toga y de la hemofilia son algunos de los más conocidos.

Según investigaciones de la Procuraduría, al Estado le cuesta $50 billones al año los casos de corrupción, lo que significa el “4% y 6% del PIB”, según explicó Fernando Carrillo, jefe del Ministerio Público, a La República.

La preocupación por la corrupción fue ratificada en la Consulta Anticorrupción de agosto de 2018. Más de once millones de personas salieron a las urnas para exigir reformas que prevengan las prácticas deshonestas.

Aunque el umbral no logró superarse, una Mesa Técnica, compuesta por todos los partidos políticos y el Gobierno, se comprometió en tramitar los siete puntos de la Consulta en el Congreso. Cumplida la primera legislatura, el panorama es negativo. Solo tres iniciativas sobreviven.

Entrando en las minucias de la investigación, Bogotá arrojó las cifras más altas en corrupción cuando se les preguntó cuál era el principal problema. “En la capital hay una mayor sensibilidad por este tema, mientras que en otras regiones no se ve tanto y claramente se ve más en zonas urbanas donde hay mayor cercanía con los lugares de decisión y de grandes contratos”, agregó Rodríguez.

Eso responde, también, por qué en las zonas urbanas hay mayor percepción negativa sobre la corrupción (20.3%) que el conflicto (13.5); mientras que en las zonas rurales sucede lo contrario. La guerra puntea con un 27% y las prácticas deshonestas un 13.9%.

Tomado de https://www.elespectador.com

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