Nacional
Discurso Proclamación Candidatura Jaime Dussán Calderón
Señoras y Señores, Amigos y Amigas Todos.
Quiero agradecerles la asistencia a este encuentro, sin duda produce una gran emoción volver a estar juntos…hace mucho tiempo no lo hacíamos.
Señoras y Señores, Amigos y Amigas Todos.
Quiero agradecerles la asistencia a este encuentro, sin duda produce una gran emoción volver a estar juntos…hace mucho tiempo no lo hacíamos.
Como ustedes me conocen y saben, me he dedicado casi toda mi vida a la política activa, pasando por ser maestro de escuela (porque la escuela es política), dirigente sindical y social del sindicato de maestros y trabajadores y las organizaciones comunales y de derechos humanos, ser diputado de mi departamento, presidente de la más prestigiosa organización sindical FECODE, senador de la República en 4 periodos creando el movimiento “educación, trabajo y cambio social”, después el partido Social Demócrata y finalmente unidos en el PDI y el PDA del cual fui cofundador y presidente en varias ocasiones y que hoy es parte de las fuerzas alternativas que trabajan por producir los cambios y las transformaciones que requerimos para construir una nueva nación.
He participado en la construcción de propuestas e iniciativas para buscar procesos unitarios en varios sectores políticos y sociales que nos permitan tener un canal o un instrumento para el ejercicio de la política y desde ella construir un programa que gane el apoyo ciudadano y más temprano que tarde pueda ponerse en práctica desde la presidencia de la República que aspiramos a ganar el próximo año para construir un mejor país.
Los 16 años en el Congreso Nacional y los 8 hoy ausente de él, me han permitido reflexionar sobre los valores éticos y morales que se han perdido en los políticos y gobernantes y sobre la realidad histórica en que se han venido desarrollando y toman cuerpo para bien o para mal.
Lo digo porque en todas las democracias los gobernantes y los políticos están donde ejercen sus funciones (Estado, partido, sociedad, porque ahí los han designado los ciudadanos) por eso los ciudadanos colombianos hoy empezaron a quejarse como no lo hacían antes, se cansaron de tolerar las prácticas corruptas y deshonestas de muchos políticos, partidos, gobernantes, instituciones, que han destruido no solamente los valores sino que han lesionado la democracia violentando la constitución y la ley.
Hemos tratado de buscar un lenguaje común que permita identificar los liderazgos, lejos de egoísmos y de vanidades, para que comprometidos con un programa político tengamos la capacidad de cambiar la opinión de los ciudadanos para que decidan en adelante no seguir eligiendo los responsables de la crisis sino atreverse a apoyar con su voto una iniciativa nueva que inicie una revolución radical, que cambie el status quo y construya un Estado ligado a la sociedad, honesto y comprometido con el fortalecimiento de la democracia y la libertad.
Queremos ser voceros de las reclamaciones y las inconformidades de todos los sectores de la sociedad buenos (que son la mayoría), cansados de tantas plagas que asedian la República. La falta de soberanía, de derechos, de libertades, de democracia, de oportunidades, de empleo, de salud, de educación, de cultura, de recreación, de una mejor redistribución del ingreso, de apoyo a la industria, al campo, a las oportunidades de generación de empresa, en fin, el cansancio colectivo de ver un país más desigual, con inseguridad, violencia, concentración de riqueza, privilegios para pocos, narcotráfico y corrupción campante en todos los estamentos del Estado; han levantado una rebelión colectiva de la ciudadanía, que se está disponiendo al basta ya! Y a manifestar su inclinación hacia propuestas, iniciativas y opciones políticas diferentes a las tradicionales.
Diríamos algo así como cuando la gente se cansa, se mama (como dice Robledo) de todos los males y la corrupción y la respuesta ya no es, rechazar las ideas políticas buenas como lo venían haciendo en el pasado (demostrado en muchos hechos), sino intervenir y decidir para limpiarse de estos males. Algo así como convertirse en el antídoto al veneno. Y apoyar nuevas y atractivas ideas, alternativas y coaliciones que estén lejos de parecerse a las del establecimiento tradicional responsable de la crisis.
Nuestra aspiración y por eso nuestra tarea permanente, acuciosa, inteligente, cuidadosa, coherente, significativa, es lograr que las y los ciudadanos buenos de la patria que son la mayoría le digan SÍ, nos tocó el turno, apoyando la coalición que hemos anunciado las fuerzas del Polo, Partido Verde, Compromiso Ciudadano, Representada en los candidatos presidenciales, Claudia, Robledo y Fajardo; que tienen la tarea de girar la mirada ciudadana hacia esta propuesta que es sin duda la mejor para buscar un país de las libertades, las oportunidades y la democracia.
Nuestra tarea entonces y a la cual los invito, es a apoyar esta iniciativa, enriquecerla, entregarle propuestas viables que enriquezcan su programa, convertirnos “fans”, es decir, seguidores de ella y apropiarla de tal forma que la hagamos nuestra y logremos una cadena inmensa de millones de colombianos y colombianas que permitan que en el año 2018 esta “Coalición Ciudadana Por Colombia” gane la presidencia.
Los polistas como yo, muchos de ustedes y los amigos, apoyamos en esta coalición y respaldamos el nombre de Jorge Enrique Robledo, nuestro candidato para que gane la consulta. En nuestra opinión es el mejor, está preparado, comprometido, decidido, con entusiasmo desbordado por seguir trabajando por la nueva Colombia de los sueños, de los niños, de los jóvenes, de las mujeres, de los adultos mayores, de los afrodescendientes, de los indígenas, de los campesinos, de los empresarios del campo y la ciudad, de los trabajadores, de los educadores, de los intelectuales, de los profesionales, en fin, de toda Colombia.
Jorge, para nosotros es presidente!!!
En el Congreso trabajé por lograr poner en vigencia los principio de la nueva constitución. La de los derechos fundamentales y sociales. Algo avanzamos.
Como creo que la tarea aún no ha concluido y siento que tenemos fuerza, valor, compromiso, ideas y sobretodo temple para seguir trabajando por Colombia con un grupo excelso de amigos y amigas como ustedes, han tomado la decisión de volver a proponer mi nombre como candidato al Senado de la República de Colombia con el convencimiento de que mi elección como el de varios compañeras y compañeros que me acompañan como candidatos y candidatas a la cámara de representantes, será una importante contribución para fortalecer el partido, la coalición, la democracia y por supuesto ganar nuevas vocerías que ayudarán a construir un país mejor para todos.
No tengo la menor duda de que ustedes nos dirán SÍ y se convertirán en multiplicadores y multiplicadoras de este nuevo reto.
Es evidente que los gobiernos elegidos de la constitución del 91 hasta hoy han sido inferiores a los retos y mandatos de la constituyente, mostrando hoy un país absolutamente diferente al que inspiró la carta de los derechos.
En algunos casos como en el de la firma de los acuerdos de paz, el gobierno actual contó con el apoyo de sectores contrarios a sus políticas con la convicción de que la reinserción a la vida civil y democrática de los grupos insurgentes como lo ha hecho las FARC y lo está haciendo el ELN contribuirán a fortalecer las ideas e iniciativas políticas y democráticas.
La crisis económica es abrumadora, la concentración de la riqueza en pocos es abusiva y exagerada. La pobreza y la miseria aumentan en un país bueno y rico. La industria nacional y el campo se han deteriorado notoriamente y surgen como aves rapaces los monopolios del capital financiero nacional e internacional y un comercio absurdo del libre mercado que ha destruido lo mejor de nuestras empresas del campo y de la ciudad además de nuestra soberanía nacional en todos los campos.
La corrupción, como la violencia, el narcotráfico y el paramilitarismo, las desigualdades y la inseguridad, se convirtió en uno de los males principales del país, de tal manera que penetró el conjunto del Estado, sus instituciones y la sociedad pudiente que ha sido cómplice y parte.
Los poderes todos sin excepción, los partidos políticos del establecimiento y en algunos casos los nuestros, los grupos y los gremios económicos y en general las instituciones públicas y privadas están perdiendo el norte. La ciudadanía decente está alarmada. Parece ser que nos encontráramos en un callejón sin salida. Están prendidas las alarmas. La sociedad con pánico colectivo parece inerme frente a estos graves hechos. Un huracán o un terremoto son menos fuertes y dañinos que lo que le pasa hoy a nuestra patria Colombia.
Los partidos políticos dueños del establecimiento pretenden en medio de la complicidad configurar alianzas que les permitan a unos o a otros permanecer en el poder anunciando tibias medidas que pretenden engañar a la ciudadanía cambiando algunas caras, no las políticas, y seguir los mismos con las mismas.
Es imposible que los colombianos que mayoritariamente son buenos, sigan permitiendo ver destruir su nación sin que estén dispuestos a evitar que eso suceda.
Los sectores políticos democráticos, las organizaciones sociales, cívicas y populares, las dignidades, los movimientos afrodescendientes, los LGTBI, los empresarios del campo y la ciudad, los intelectuales, los profesionales, las universidades, las instituciones de investigación, los defensores de derechos humanos, las víctimas de la violencia y en general, los ciudadanos todos; debemos trabajar sin descanso para cambiar el estado actual enfermizo en que vivimos y construir una nación saludable y próspera.
No se pueden curar los males de la nación sino tenemos la capacidad de curar la política y los políticos y las instituciones de los males que la han penetrado y que han sido responsables de sus desastres. No es posible apagar los incendios con ramas de olivo, la política, los políticos y los partidos políticos, requieren reformas sustanciales inspiradas en la constitución nacional para poder transformar las instituciones y que ellas se dediquen a servirle a los ciudadanos y les brinden la solución a todas sus expectativas. Estamos convencidos de que tenemos una nueva posibilidad que con objetivos claros, propuestas realizables, con líderes éticos y transparentes podríamos construir una nación con valores, principios y normas que se resuman en una democracia para todos sin excepción.
Está demostrado históricamente que quienes han ostentado el poder político en todas las épocas de la República no han tenido la capacidad de gobernarla bien. Son responsables de la crisis, no pueden negarlo, ni unos ni otros pueden salirse por la tangente acusándose mutuamente o simulando divisiones, todos son los mismos con las mismas, no nos podemos dejar engañar, ni en nombre de la paz, ni en los retrocesos democráticos, ni en volver a la guerra, ni en una oportunidad mejor, no vamos a estar con ese tipo de opciones que son dañinas, no tenemos ningún interés de aliarnos con ellos, sería un crimen contra la democracia, sus instituciones, sus ciudadanos y su nación.
De ellos nos interesan sólo sus gentes, que equivocadamente o engañados depositaron sus votos sin ser conscientes que ellos no les cumplirían.
Para producir los cambios y las transformaciones que es mi mantra, solo es posible lograrlo si producimos una revolución pacífica para construir una nación grande.
Inspirado en los mártires más grandes de la historia que lucharon por la democracia y la libertad o murieron pensando en ella como Carlos Gaviria.
Reitero entonces mi invitación, a que juntos porque nos toca, participemos en esta gran marcha por hacer de Colombia el país que sueñan nuestros hijos, nuestros nietos y nuestros mayores.