Conecta con nosotros

Nacional

El compromiso político de García Márquez

Por François Houtart*  

Cuando a fines de la década del 70 del siglo pasado se organizó en Bruselas un tribunal sobre las dictaduras en América Latina, convocado por Lelio Basso, jurista y senador italiano, antiguo miembro del Tribunal Russel sobre los crímenes de los Estados Unidos en Vietnam, Gabriel García Márquez,

Publicado

en

Por François Houtart*  

Cuando a fines de la década del 70 del siglo pasado se organizó en Bruselas un tribunal sobre las dictaduras en América Latina, convocado por Lelio Basso, jurista y senador italiano, antiguo miembro del Tribunal Russel sobre los crímenes de los Estados Unidos en Vietnam, Gabriel García Márquez, familiarmente conocido como Gabo, fue uno de los jueces, entre otros, con Juan Bosch, Eduardo Galeano y Julio Cortázar. Poco después se constituyó el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP).

Algunos años después, a principios de la década del 80, cuando Occidente rechazaba la reunificación de Vietnam, García Márquez visitó el país para defender su causa. Yo colaboraba allí en la creación del Instituto de Sociología y había recorrido gran parte del país. Como él no tenía mucho tiempo, me pidió que pasara un día con él en Hanói. Después publicó un brillante artículo que impactó la opinión occidental.

También en el 80 tuvo que ver en la búsqueda de solución del conflicto de Etiopía con los eritreos.

Estos reclamaban su independencia, en virtud del principio del respeto de las fronteras establecidas en África por el tratado de Berlín (fines del S.XIX). Una parte de los eritreos había sido entrenada en Cuba que, con el Che, apoyaba las luchas de liberación en el continente africano.

Fidel Castro trató de mediar en el conflicto y fue a Yemen del Sur, pero sin éxito. Entonces, los consejeros militares y los médicos cubanos fueron retirados del territorio eritreo ocupado por Etiopía, a la que la Unión Soviética apoyaba, por razones estratégicas (el control del Océano Índico frente a la base estadouninense de Diego García).

El TPP condenó la política de Etiopía y la ayuda militar de la Unión Soviética. Sin embargo, para llegar a la paz, el Frente de Liberación de Eritrea quería el apoyo de Cuba, y me pidieron intervenir, pues tenían contactos con el Centro Tricontinental de Lovaina-La-Nueva. Como yo no podía viajar a Cuba entonces, establecí contacto telefónico con García Márquez en México, quien en varias visitas a Cuba habló con las autoridades de la isla. Cuando se terminó el conflicto, estaba a punto de realizarse un viaje de eritreos a Cuba. Más tarde Gabo me invitó a su casa de México DF, donde rememoramos el evento.

Y cuando el papa Juan Pablo II visitó Cuba y el Gobierno constituyó un comité para monitorear el evento, con Julio Girardi, filósofo italiano, Pedro de Oliveira, sociólogo brasileño, Frei Betto y yo, y cada noche nos reuníamos con Pereira (Barba Rosa) y Hart (antiguo ministro de cultura) para evaluar la situación, Gabo asistió una noche, preocupado por el éxito de esta visita de alto sentido político para Cuba.

Son algunos ejemplos de su preocupación política.

*Sociólogo belga, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina, fundador del Centro Tricontinental y cofundador con Samir Amín del Foro Mundial de Alternativas.

El Telégrafo, Ecuador, 22 de abril de 2014.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *